Un hecho lamentable ha vuelto a colocar la organización de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el centro de la polémica. Un jaguarque escapó e intentó embestir a un cuidador fue sacrificado por militares brasileños poco después de ser exhibido al paso de la antorcha olímpica por la ciudad amazónica de Manaos.
La muerte del jaguar causó indignación en las redes sociales donde se difundió una declaración suscrita por más de 25,000 personas bajo el lema “Justicia para Juma”.
“Juma fue retirada de su hábitat natural para servir de alegoría para las patéticas Olimpiadas que sólo generan prejuicios a Brasil. Una actitud irresponsable que costó la vida de un animal inocente”, se lee en el manifiesto.
El jaguar, considerado el símbolo de la Amazonia y en peligro de extinción, fue abatido con disparos de armas de fuego al mediodía del lunes, luego de que los dardos tranquilizantes no hicieran efecto.
“En la transición de un lugar a otro dentro del zoológico, el jaguar se escapó y corrió. Fue perseguido y se siguió el protocolo con disparos de cerbatana, pero aún con cuatro tiros se dirigió hacia un veterinario, y para resguardar la integridad física del cuidador, fue sacrificado”, explicó a la AFP el coronel Luiz Gustavo Evelyn, que opera en la unidad donde se produjo el incidente.
Juma, de 17 años, vivía en un zoológico que funciona dentro de un comando militar de la Amazonia junto a otros cinco o seis congéneres y acababa de ser exhibida junto a la llama olímpica, que recorre el país antes de llegar a Río de Janeiro para la apertura de los Juegos el próximo 5 de agosto.
El comité organizador del evento deportivo cuestionó la presencia del felino en la ceremonia.
“Nos equivocamos al permitir que la antorcha olímpica, símbolo de paz y unión entre los pueblos, fuera exhibida al lado de un animal salvaje atado. Esa escena es contraria a nuestras creencias y valores. Estamos muy tristes con el desenlace que se produjo tras el paso de la antorcha. Garantizamos que no veremos más situaciones así en los Juegos Río 2016”, señaló la institución en un comunicado.
El Centro de Instrucción de Guerra en la Selva abrió un proceso para investigar el hecho y el Instituto de Protección Ambiental del Amazonas (Ipaam) divulgó una nota en la que aclaró que no le habían solicitado “autorización para que el jaguar ‘Juma’ participara del evento del pasaje de la antorcha olímpica”.
El felino había sido rescatado de cachorro por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama) y estaba acostumbrado al trato con humanos. Era una de las atracciones del zoológico, mantenido por el cuerpo del ejército con personal especializado en fauna salvaje.
“Un evento no tuvo que ver con el otro. Infelizmente ocurrió el día de la antorcha, pero estaba en el zoológico (…). El animal participó del acto porque la antorcha pasó por dentro del zoológico”, detalló Evelyn a la AFP.
Según el Ipaam, los jaguares que permanecen en cautiverio en el estado de Amazonas han sido frecuentemente capturados a edades tempranas, “generalmente por la muerte de la madre al defenderse de predadores o por traficantes de animales silvestres para venderlos y que sean criados ilegalmente”.
El jaguar es el mayor felino de las Américas y puede llegar a pesar 135 kilogramos. Su reinserción en ambientes naturales es compleja y, según el organismo ambiental, la mayoría de las veces terminan siendo destinados a cuidadores autorizados o zoológicos.