A
pesar de ser un tema que no conoce fronteras, que nos afecta a todos y que este
interés vital para las futuras generaciones, el ambiente ocupaba un lugar menor
en el programa previo a la votación histórica en el Reino Unido para salir de
la Unión Europea.
La
respuesta breve a lo que ocurrirá a continuación con la contaminación, con la
vida silvestre, la agricultura, la energía renovable, el cambio climático y más
es “no lo sabemos”, estamos en territorio virgen. Sin embargo, todos los
indicadores, desde los deseos de eliminar el papeleo por parte de los que
votaron a favor de la salida hasta el juicio de los profesionales ambientales
muestran que la protección para nuestro ambiente se volverá más débil.
Sin
embargo, existe un impacto inmediato aquí y ahora: la caída de los mercados
financieros perjudicará a las grandes inversiones que se necesitan para que
crear un ambiente más limpio y más seguro y afectará a la floreciente economía
ecológica de la nación, un sector económico en el que el Reino Unido podría ser
líder.
Desde
el aire que respiramos hasta los alimentos que comemos y el clima en el que
vivimos, la manera en que protegemos y mejoramos el ambiente es el puntal de la
vida saludable y feliz a la que todos aspiramos, ahora y en las generaciones por
venir.
Setenta
y cinco por ciento de los británicos de entre 18 y 24 años de edad que votaron
a favor de permanecer en la Unión Europea deben sentirse traicionados por las
generaciones más viejas. ¿Por qué? Porque la pertenencia del Reino Unido a la
Unión Europea ha sido un bien prácticamente perfecto para el ambiente.
La
votación a favor del Brexit hace que resulte altamente incierto cuáles serán
las protecciones que se mantendrán, y la posibilidad de mejorarlas parece
remota. Nigel Farage de Ukip, el político que hizo más que nadie para impulsar
el referendo relacionado con la Unión Europea ni siquiera piensa que el cambio
climático sea un problema, y desea eliminar los límites de contaminación de las
hidroeléctricas.
Con
400,000 muertes prematuras al año debidas a la contaminación del aire, 40,000
de ellas en el Reino Unido, la Unión Europea vio las cosas de manera diferente
y estableció nuevos límites legales en 2010. En la actualidad, muchas ciudades
del Reino Unido siguen estando por encima de esos límites, y los activistas han
utilizado las reglas de la Unión Europea para demandar con éxito al gobierno de
ese país. Sin embargo, los ministros británicos atacan, incluso ahora, los
nuevos reglamentos de la Unión Europea para reducir las muertes prematuras. La
contaminación no se detiene abruptamente en las fronteras nacionales, y 88 por
ciento de los profesionales ambientalistas del Reino Unido piensan que se
requiere una política que incluya a toda la Unión Europea.
Acciones
legales emprendidas de manera temprana por la Unión Europea obligaron al Reino
Unido a limpiar sus playas contaminadas por aguas negras, mientras que muchas
de las protecciones para la naturaleza y la vida silvestre en todo el país se
derivaron de los reglamentos de la Unión Europea. También en este caso, las
personas cuyo trabajo consiste en salvaguardar esos maravillosos lugares y
revertir los daños causados previamente piensan que el hecho de salir de la
Unión Europea es un error: 66 por ciento afirman que habrá un menor nivel de
protección legal para la vida silvestre y los hábitats, en comparación con 30
por ciento que piensan que la situación habrá de mejorar.
La
Unión Europea también ha impulsado una revolución en las áreas del reciclaje y
el manejo de desechos. ¿Qué ocurrirá con esto, de acuerdo con las personas que la
hicieron ocurrir? Dos terceras partes de los profesionales piensan que las
cosas darán marcha atrás, 30 por ciento señalan que permanecerán igual y sólo
cuatro por ciento piensan que habrán de mejorar.
Una
importante política de la Unión Europea, es decir, su amplio régimen de
subsidios para los agricultores, no ha sido positiva para la vida silvestre, al
fomentar la perjudicial agricultura intensiva: actualmente existen 421 millones
de aves menos en Europa que hace 30 años. Sin embargo, la Política Agrícola
Común consistió en mejorar su enfoque en el ambiente y ayudar a los
agricultores que ponen comida en nuestra mesa todos los días. Ella se
encuentran ahora en un angustiante limbo. Los pescadores podían esperar obtener
mayores cotas ahora que el Reino Unido ha abandonado la Unión Europea, ¿pero
por cuánto tiempo? Sin protecciones sólidas, no habrá muchos más peces en el
mar durante mucho tiempo.
El
Sindicato Nacional de Agricultores (NFU, por sus siglas en inglés) podría
obtener un deseo del Brexit: la eliminación de una prohibición a los pesticidas
que dañan a las abejas y a otros polinizadores cruciales. El NFU y los
ministros británicos combatieron la previsión, pero la voluntad colectiva de la
Unión Europea hizo que se aplicara.
La
voluntad colectiva de la Unión Europea también ha sido muy importante en cuanto
al cambio climático, tanto en el escenario internacional como dentro del
territorio del Reino Unido. Los objetivos de este país en cuanto a la energía
renovable se acordaron en Bruselas, pero el hecho de abandonar la Unión Europea
también los pone en el limbo.
Sin
embargo, a pesar de que el gobierno actual volvió a obtener apoyo para las
energías renovables, el Reino Unido no tiene una legislación local suficientemente
fuerte como para convertir en ley los recortes a las emisiones de carbono. Sin
embargo, Boris Johnson, que actualmente es uno de los principales contendientes
para convertirse en el próximo primer ministro del Reino Unido es un escéptico
del cambio climático: ¿actuará según sus convicciones de que todo este asunto
del cambio climático no son más que paparruchas?
James
Thornton,
director ejecutivo de Client Earth, el bufete de abogados que obligaron al
gobierno a mejorar sus planes de contaminación del aire, señaló que el Brexit “me
deja impactado, desilusionado y extremadamente preocupado por el futuro de las
protecciones ambientales en el Reino Unido.” Craig Bennett, director de Friends
of the Earth, dijo que el voto a favor de la salida de la Unión Europea fue
“una alerta roja” para el ambiente.
No
es de sorprender que la reacción de Farage ante el Brexit haya sido diferente:
“No podía estar más complacido.”
Esta nota fue publicada originalmente por The Guardian y se reproduce aquí como parte de la colaboración de la Sección del Clima.
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Publicado en colaboración con Newsweek / Published in colaboration with Newsweek