El gol, hay que decirlo, fue
un golazo. Éder tomo la pelota cerca de la banda, por la esquina del área
grande; corrió con pelota pegada al pie hacia el centro y entre cuatro defensas
suecos, que parecían maniquíes, definió con derechazo potente.
Ante Bélgica la historia fue
igual, un gol que sorprendió a los 31 minutos y al 92, la tarascada final.
Así juega Italia, es un viejo
depredador que te deja que lo acaricies para después arrancarte la cabeza de
una mordida.
Pese a ello y a tener cuatro Copas
del Mundo en sus vitrinas; el estilo de la selección italiana no es del agrado
de muchos. Jugar “a la italiana” se relaciona a, como se dice en el argot
futbolero, a ser ratonero, defenderse como sea.
La premisa es muy sencilla: si no me
anotas, no puedes ganarme. La defensa italiana ha logrado una perfección que
alcanzó su cenit con futbolistas como Giacinto Facchetti, Paolo Maldini, Fabio
Cannavaro, Franco Baresi y Alessandro Nesta.
Además, los porteros italianos son
auténticas leyendas, Dino Zoff y Gianluigi Buffon son apenas unas muestras de
ello.
77 goles en 83 partidos en Mundiales. En las últimas tres Eurocopas (2004, 2008
y 2012), Italia ha jugado 13 partidos y tiene 13 goles recibidos (y eso por los
4 que le anotó España en al final del 2012, un desastre). En la Euro 2016,
lleva dos juegos y no ha recibido goles.
La realidad es que la Italia actual es la
más ‘desconocida’ de muchos años, apenas se reconoce a Thiago Motta, Ciro
Immobile o Simone Zaza. Pero ahí surgió ya la figura de Graziano Pellé, del
propio Êder o de Stephan El Sharaawy, el cual esperan explote su talento. Italia nunca debe ser tomado a la ligera, juega feo pero gana.
@oscarMAL16