Los estados financieros negativos y la falta de liquidez, así como un bajo precio del barril de petróleo que ha generado volatilidad en los mercados de todo el mundo. Esta fue la realidad que enfrentó a su llegada José Antonio González Anaya, sucesor de Emilio Lozoya Austin como director de la petrolera. Pero, ¿qué tan grave es la crisis que enfrenta Pemex? ¿Podríamos compararla con la de otras paraestatales en Latinoamérica, como Petrobras o Petróleos de Venezuela (PDVSA)?
El
problema principal de las empresas que alguna vez llenaron con abundancia las
arcas de sus estados fue que adquirieron una enorme cantidad de deuda cuando 1.
su producción era mayor, 2. el precio del barril de crudo alcanzaba casi el
triple de lo que vale hoy y 3. sus monedas no se devaluaban de tal manera ante
el dólar. Las consecuencias son, como lo expone Bloomberg Business, que
Petroleo Brasileiro SA sea la empresa petrolera más endeudada del mundo,
mientras que analistas de riesgo crediticio apuestan a un 68 por ciento de
probabilidad de que Venezuela se dirija hacia un default o impago de deuda por insolvencia en los próximos 12 meses.
En los últimos 5 años, esta ha aumentado
un 80 por ciento. Y aunque los problemas que enfrentan cada una de las
compañías son distintos, juntas representan una amenaza colectiva para la
economía de la región, apunta Bloomberg.
En México, las autoridades están
considerando una gran gama de posibilidades para salvar a Pemex de una
situación de posible insolvencia. Una de las más asequibles, por supuesto, es
la de joint venture, o inversión
conjunta con empresas extranjeras, opción que no existía sino a partir de la
reforma energética. González Anaya declaró ante la Cámara de Diputados que una
parte del recorte de 100 mil millones de pesos consistirá en el diferimiento de
inversiones de Pemex Transformación y Pemex Exploración y Producción a empresas
de la iniciativa privada. Y aunque Pemex tiene la calificación de crédito más
alta de las 3, no debe confiarse, pues Moody’s Investors Service ya hizo una
reducción el pasado noviembre y está considerando hacerlo de nuevo después de
las pérdidas récord de 32 mil millones de pesos que se registraron en 2015.
En tanto, Pemex colocó bonos por un
total de 2 mil 250 millones de euros de deuda en los mercados financieros con
rendimientos de 3.8 y 5.2 por ciento a tres y siete años, con una calificación
de BBB+. Al mismo tiempo, contrató líneas de crédito con Banobras, Boncomext y
Nacional Financiera para pagar el 90 por ciento de los adeudos que se generaron
en 2015 a más de 300 mil proveedores. Pemex podría recibir asistencia de
capital proveniente de los ingresos especiales que recibirá el gobierno del
superávit operativo del Banco de México. Sin embargo, todas estas medidas no
solucionarán el problema de fondo: el declive en la producción durante 11 años
consecutivos.
Las crisis petroleras no son menores
si se toma en consideración la profunda dependencia del crudo que tienen las
economías latinoamericanas, sobre todo Venezuela. 96 por ciento de sus divisas
se obtienen de las exportaciones de crudo. PDVSA reportó una disminución de sus
ingresos del 27 por ciento en 2015, una cantidad cercana a los 33 millones de
dólares. Esto empeora el panorama general de contracción económica e inflación acelerada.
En Brasil, la inestabilidad de la paraestatal incluso ha generado escándalos
políticos, sobre todo de corrupción, que involucran a funcionarios de alto
nivel como a la actual presidenta Dilma Roussef y al ex presidente Lula da
Silva.
En 1994, se le llamó “el efecto
tequila” a la crisis del sistema financiero global causada por un peso
sobrevalorado y déficits fiscales altos en México. Hoy, podríamos estar
experimentando un “efecto petróleo”, en el que la volatilidad provocada por la
caída del precio del barril esté permeando a las empresas privadas o
paraestatales que sostienen las finanzas públicas de sus países. Alguna vez su
más grande tesoro, hoy son una bomba de tiempo. Reducir costos, hacer mejores
inversiones y acelerar asociaciones, como lo dijo el subsecretario de Miguel
Messmacher, es esencial para hacer
frente a esta complicada situación.