Oler Lieberman mira la porción de tierra que el 21 de julio de 2014 fue la boca abierta de un túnel. Ese día, diez combatientes del grupo miliciano palestino Hamas viajaron a través del túnel desde la cercana Franja de Gaza y salieron dentro de Israel vestidos con uniformes militares israelíes y equipados con armas de fuego y cinturones de explosivos. Cuatro soldados israelíes y los diez islamistas murieron cuando el ejército israelí enfrentó a los milicianos. “Fue horrible”, dice Lieberman, portavoz del poblado cooperativo Nir Am, el cual se halla a poco más de kilómetro y medio de la cerca que rodea Gaza.
El ataque en Nir Am se dio durante la guerra de 50 días de ese verano entre Israel y milicianos palestinos en Gaza. En el curso de la guerra, 11 soldados israelíes murieron en ataques de palestinos que salían de túneles en territorio israelí. Israel descubrió 32 de tales túneles durante el conflicto. Un acuerdo de cese al fuego terminó la guerra, pero los momentos de calma en el conflicto entre los milicianos en Gaza e Israel no han durado mucho tiempo históricamente. Y Hamas una vez más está haciendo túneles bajo la cerca que separa Gaza de Israel. Los analistas políticos temen que la región pudiera estar de nuevo al borde de la guerra.
“En el caso de que seamos atacados desde túneles en la Franja de Gaza, actuaremos muy contundentemente contra Hamas, y con mucha más fuerza que en la Operación Borde Protector”, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en enero, refiriéndose a la operación militar israelí de 2014. Durante esa guerra, más de 2000 palestinos y 72 israelíes murieron. La lucha resultó en la destrucción de 120 000 hogares en Gaza, y muchos gazatíes siguen sin techo.
Desde principios de este año, casi una docena de túneles ha colapsado sobre los palestinos que los excavan, matando a por lo menos diez personas. Hamas ha empezado a fanfarronear públicamente sobre su capacidad de llegar a Israel; una fuente de inteligencia israelí dice a Newsweek que más de diez túneles ya lo hacen, y que Israel todavía no ha ubicado las posiciones exactas. Para los israelíes que viven cerca de la frontera con Gaza, la amenaza viene de abajo. Los residentes dicen que a veces oyen los sonidos de perforación y cincelado debajo de sus hogares.
“Con los Qassams, hay una alarma y puedes ir al refugio antibombas”, dice Lieberman, usando el nombre del cohete desarrollado por las Brigadas Al-Qassam, el ala militar de Hamas. “Si un terrorista entra en el kibutz, imagine lo que puede pasar aquí”.
La reaparición de los túneles como un arma de guerra ha coincidido con una serie de ataques de individuos palestinos contra israelíes en Jerusalén, la Ribera Occidental y Tel Aviv. Esta última revuelta palestina, que comenzó en octubre, ha resultado en las muertes de 29 israelíes, tres extranjeros y 170 palestinos, alrededor de dos tercios de ellos mientras atacaban a israelíes y el resto durante enfrentamientos con soldados israelíes, según el ejército.
El primer ataque desde un túnel ocurrió en 2006, cuando milicianos de Hamas salieron a la superficie cerca de Kerem Shalom, un cruce fronterizo israelí que ahora es la principal fuente de materiales de construcción para los hogares en Gaza que fueron destruidos durante la última guerra. Los milicianos mataron dos soldados israelíes y secuestraron al soldado Gilad Shalit, de 19 años, a quien retuvieron hasta 2011, cuando Hamas lo liberó a cambio de que Israel liberase 1027 prisioneros, algunos de los cuales eran responsables de matar a cientos de israelíes.
En la guerra de 2014, los túneles se convirtieron en el arma más poderosa de Hamas. Hamas y otros milicianos dispararon 4800 cohetes hacia Israel, según la ONU, pero el sofisticado sistema antimisiles Domo de Hierro de Israel logró derribar la mayoría de los cohetes disparados desde Gaza antes de que pudieran aterrizar en pueblos y ciudades civiles. Los túneles eran más difíciles de combatir.
En un funeral reciente en Gaza por siete combatientes de Hamas muertos en el colapso de un túnel, Ismail Haniyeh, un alto líder político de Hamas y exprimer ministro de la Autoridad Palestina, dijo a miles de dolientes: “Los túneles subterráneos trajeron muerte a nuestro enemigo y victoria y gloria a nuestra gente y nuestra nación. Los combatientes cavan el doble de la cantidad de túneles excavados en Vietnam”.
Algunos gazatíes apoyan la construcción de túneles de Hamas. La madre de un joven de 21 años que murió en enero en el colapso de un túnel, dice a Newsweek: “Este es un honor para mí y mi familia. Los combatiremos hasta que los saquemos a patadas de nuestra tierra”.
Los militares israelíes parecen estar entablando una especie de batalla encubierta contra los excavadores de túneles. El Congreso de Estados Unidos ha asignado 40 millones de dólares este año para que el Pentágono ayude a Israel a desarrollar un sistema para detectar túneles. La meta del proyecto “será establecer capacidades antitúneles para detectar, mapear y neutralizar túneles subterráneos que amenacen a Estados Unidos o Israel”, dice Christopher Sherwood, portavoz del Pentágono. Un portavoz de los militares israelíes se negó a dar detalles sobre el trabajo, pero una persona involucrada en el proyecto dice que el sistema incluye sensores sísmicos que pueden monitorear vibraciones en el suelo.
A principios de febrero, el jefe de Estado de los militares israelíes, Gadi Eisenkot, dijo en una conferencia en el Centro Interdisciplinario de Herzliya que el ejército israelí colocó cerca de 100 vehículos de ingeniería en la frontera con Gaza para ubicar y destruir túneles de Hamas. Pero los funcionarios se han negado a comentar si Israel ha destruido alguno de ellos. Cuando la agencia noticiosa palestina Ma’an le preguntó en enero si Israel era responsable de los colapsos de los túneles, el teniente general Yoav Mordechai, de las Fuerzas de Defensa israelíes, coordinador de las actividades del gobierno israelí en la Ribera Occidental y la Franja de Gaza, respondió: “Sabrá Dios”.
Nissim Hakmon, un residente de Pri Gan, otro pequeño poblado colectivo a apenas tres kilómetros de la cerca de Gaza, está entre los muchos israelíes quienes esperan que los militares dediquen recursos a la detección y destrucción de túneles. Él dice que estaba en la casa de su vecina el mes pasado cuando oyeron lo que parecía ser el ruido de obras de construcción realizándose bajo sus pies. Llamaron al ejército, y a los diez minutos llegaron jeeps y soldados. Dice que las tropas revisaron el terreno y escucharon los sonidos que su vecina grabó en su teléfono celular. “Ellos vienen y hacen una investigación, beben café y regresan a la base”, dice Hakmon, de 39 años de edad y administrador agrícola en Pri Gan y padre de cuatro niños. “No me siento seguro en absoluto. No tengo en quién confiar. Sólo en mí y Dios”.
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Publicado en cooperación con Newsweek /