El Instituto Nacional de Antropología e Historia
autorizó que la empresa Desarrollo Las Monjas construya un centro comercial en
la zona arqueológica “La Peña” en Valle de Bravo. Desde hace varios años se
comenzó la edificación de casas de descanso sobre el terreno y los pobladores
habían realizado asentamientos de manera irregular en la parte norte del mismo,
pero esta vez se construirá un inmueble comercial.
La empresa que lo edificará es propiedad de
Alejandro Martí y Alejandro Aboumrad.
EL apoderado legal de su empresa, Adalberto Arrellano aseguró que todos
los permisos necesarios se habían conseguido pero que ignoraba que en uno de
los tres terrenos que se adquirieron para la obra no había autorización para
construir.
Desde 1989 en ese terreno el INAH prohibió
cualquier edificación, pero en diciembre del año pasado revocó esa decisión y
liberó el terreno, sin hacer investigación o rescate de vestigios. El permiso para construir la
edificación del centro comercial se concedió argumentando que serían los
constructores los que harían la labor de rescate.
La empresa Desarrollo Las Monjas Valle de Bravo
S.A. de C.V: inició las labores desde hace 13 años para construir la plaza
comercial Patio Valle, que tendrá locales, restaurantes, cines, 218 cajones de
estacionamiento y un Bodega Aurrerá. Todo ello sobre un terreno de 17 mil 355
metros cuadrados en La Peña.
Los alrededores de la obra, que se terminaría en
cerca de cuatro meses, serían bosque y casas veraniegas cuyo valor asciende
hasta 38 millones de pesos. Los empresarios compraron terrenos en Valle de
Bravo por 4 millones de pesos y 2 millones 400 mil pesos. Luego formaron la
empresa Desarrollo Las Monjas y traspasaron ambos terrenos a ella.
La empresa siguió comprando terrenos incluido uno
el 2 de septiembre de 2011 llamado “Casa de Ídolos”. Este último es un sitio
arqueológico de resguardo, con “alto potencial” para explicar la cultura
matlatzeca, de acuerdo al INAH. Era también el único para el que no tenían
permiso de construcción.
De ese terreno salieron, en la década de los 80,
algunas figuras que se encuentran en el Museo Arqueológico de esa localidad. En
1989, 1997 y 200 el INAH había negado permisos de construcción a Andrés
Robertson.
En 2014, después de que la empresa consiguiera
el permiso de uso de suelo, el
INAH detuvo las construcciones tras las denuncias de los vecinos. Se constató
el daño irreparable y la “destrucción del patrimonio arqueológico”.
“Casa de ídolos no ha contado con una liberación;
se localiza dentro de la poligonal de protección institucional; no forma parte
de los predios liberados y por lo tanto es sujeto de protección de las normas
en la materia de investigación arqueológica”, dice el proyecto de salvamento.
FOTO: Animal Político
Siguieron
construyendo
Cuando la obra fue suspendida, fue la primera vez
que la desarrolladora solicitó un permiso de construcción para el terreno. El proyecto de rescate arqueológico
inició en marzo de 2014 y los arqueólogos expresaron su preocupación ante la
construcción, pues esta requeriría excavaciones de cuatro metros de profundidad
lo cual haría que “definitivamente
los contextos arqueológicos localizados en el predio Casa de ídolos se verían
totalmente destruidos”.
Los arqueólogos propusieron una segunda fase de
salvamento, pues era un sitio de complejidad y con vestigios importantes. Esta vez, a través de una reunión entre
Adalberto Arrellano y Ricardo Jaramillo se acordó que cuando terminara los
trabajos de salvamento el terreno sería liberado a la empresa.
Los arqueólogos fueron ordenados llevar a cabo su
trabajo a la brevedad posible. Los
pequeños altares a nivel superficial se desmantelaron y se esperó una posible
reconstrucción del pequeño basamento.
El 17 de diciembre se liberó el predio, para que
Casa de ídolos fuera usado por la empresa para construir su centro comercial.
Los terrenos fueron liberados sin restricción alguna a pesar de que encontraron
22 áreas de actividad, 28 entierros y 112 vasijas completas.