Según un resumen anual
compilado por George Burgess, del Museo de Historia Natural de Florida, hubo 98
ataques no provocados de tiburones en 2015 en todo el mundo, el total anual más
alto en la historia, rebasando el récord anterior de 88 ataques en 2000.
Sin embargo, sólo hubo seis
muertes, que ha sido el promedio de la última década, dice Burgess, director
del Archivo Internacional de Ataques de Tiburones, que lleva el registro de las
interacciones entre humanos y tiburones.
No obstante, el aumento en los
ataques era de esperarse. “Cada año debería haber una cifra récord, en teoría,
porque hay más y más humanos que van al agua y un aumento en aquellos
interesados en la recreación acuática”, dice él.
Las temperaturas del agua más
cálidas de lo habitual también parecen tener algo que ver. Esta tendencia, que
posiblemente continúe con el cambio climático global, permite que los tiburones
amantes del calor amplíen su hábitat. Y tales especies —como los tiburones de
puntas negras y de aleta negra, los cuales pasan mucho de su tiempo en las
aguas cálidas cerca de las costas— son responsables de la mayoría de los
ataques a humanos en Estados Unidos.
Como es usual, EEUU tuvo la
mayor cantidad de ataques en 2015, con un total de 59. Y, también como es
típico, la mayoría de los ataques en EEUU (30) se dieron en Florida. Burgess
dice que el Estado Soleado ve la mayoría de las mordeduras porque tiene
muchísima gente, incluidos millones de turistas, que acude a nadar a sus aguas
cada año.
El año pasado, los ataques de
tiburones mataron a dos personas en la isla Reunión en el Pacífico, y una en
Hawái, Australia, Nueva Caledonia y Egipto.
En una de las historias más
inverosímiles relacionadas con tiburones, un hawaiano afirmó que le arrancó el
ojo a un tiburón tigre que lo atacó en octubre. Otro tiburón tigre fue
responsable de la única muerte ese año en el estado.
Cientos de millones de personas
nadaron en aguas oceánicas durante 2015, pasando miles de millones de horas en
ello, dice Burgess. El hecho de que los tiburones solo provocaron seis muertes
demuestra que la muerte por ataque de tiburón es una de las formas menos
probables de morir. Por ejemplo, usted tiene 75 veces más probabilidades de
morir por un rayo que por un tiburón.
Aun cuando las poblaciones
humanas han aumentado en años recientes, las de tiburones han disminuido,
principalmente porque se los pesca mucho, buscados para sopa de aleta de
tiburón, una exquisitez asiática. Un estudio de 2013 calculó que los humanos
mataron 100 millones de tiburones y rayas cada año.
“Entonces, la historia real no
es que el tiburón ataque al hombre, sino que el hombre ataca al tiburón”, dice
Burgess.
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Publicado en cooperación con Newsweek // Published
in cooperation with Newsweek