La Comisión Internacional Independiente
de Investigación sobre la República Árabe Siria acaba de presentar otro pasmoso
informe sobre asesinatos masivos ante el Consejo de Derechos Humanos de Siria.
El texto titulado“Out of Sight, Out of Mind: Deaths in Detention in
the Syrian Arab Republic” (Ojos que no ven, corazón que no
siente: Muertes en detención en la República Árabe Siria) no deja títere con
cabeza: menciona abusos mortales ilegales perpetrados por ISIS, el Frente Nusra
y otras facciones armadas no gubernamentales.
Sin embargo, sus conclusiones más
severas y su prosa más fuerte se reservan para el gobierno de la República Árabe
Siria. Nadie que esté actualmente empleado por ese gobierno puede alegar de
manera creíble su ignorancia sobre lo que apoya.
Dos partes que nunca han alegado
ignorancia sobre la criminalidad que facilitan son Irán y Rusia. Durante la
Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense produjo siete películas para
el consumo público sobre “Por qué luchamos”.
Si Moscú y Teherán desean emprender un
esfuerzo similar para explicar a sus ciudadanos el sacrificio humano y material
a favor del régimen de Bashar al-Assad, quizás puedan usar los siguientes pasajes
de “Out of sight, out of mind” para congregar a la opinión pública:
85. Fuerzas gubernamentales y
organismos al mando de instalaciones de detención son responsables de tortura, trato
degradante e inhumano que incluye la violación y otras formas de violencia
sexual.
86. La información obtenida de los
detenidos bajo coacción, incluso durante el uso de tortura o amenazas de
violación u otro tipo de violencia contra los miembros de su familia, se usaba
frecuentemente como base para el arresto y detención de otras personas, en
violación de las leyes internacionales de derechos humanos.
88. A través de su realización extendida
de arrestos masivos, arrestos arbitrarios y desaparición forzada, la
victimización de la población civil en general que vivía en áreas de conflicto y
de personas consideradas opositoras al gobierno, y el subsiguiente maltrato y
asesinato de los detenidos, las fuerzas gubernamentales han participado en la
Comisión de múltiples crímenes, que constituyen un ataque sistemático y
extendido contra una población civil.
En el contexto del conflicto armado en
la República Árabe Siria, el número de civiles sometidos a la detención
arbitraria, la desaparición forzada y violaciones posteriores, en contravención
de las leyes humanitarias internacionales y sin ninguna justificación militar
legal, indica que la población civil como tal es el centro principal de ese
ataque.
89. Los actos fueron cometidos en
cumplimiento de una política dirigida a atacar a civiles percibidos en general como
relacionados con la oposición, lo cual queda demostrado por la ocurrencia
sistemática de crímenes en distintas áreas geográficas.
La existencia de una política de estado
queda demostrada aún más claramente por el hecho de que importantes recursos
del Estado fueron empleados en la comisión de los crímenes y por la manera en
que numerosas instituciones del Estado en todo el país participaron y
coordinaron activamente las operaciones en distintos niveles de la conducta
secuencial, durante la cual ocurrieron muertes en custodia y otros crímenes.
Los tribunales militares y civiles
omitieron constantemente ordenar investigaciones en casos en los que los
detenidos que comparecían ante un juez se encontraban visiblemente maltratados,
en ocasiones exhibiendo lesiones graves, y en casos de muertes en custodia.
90. La función de las instituciones del
Estado, concretamente los organismos de inteligencia y las fuerzas armadas, y
su liderazgo al ejecutar activamente arrestos masivos, traslados de detenidos,
su maltrato y su tortura, y la posterior emisión de certificados de defunción
para distorsionar las circunstancias de la muerte en un esfuerzo de ocultar el abuso
a los detenidos, demuestran lo existencia de una política de Estado y el carácter
común del propósito criminal.
93. La información indica que las
muertes de detenidos fueron informadas meticulosamente hasta la cima de la
cadena de mando en varias instalaciones de detención de las directivas de
inteligencia, y que los superiores de las instalaciones de detención y las
directivas de inteligencia conocían la ocurrencia de las muertes.
La información de las personas que murieron
también era transmitida a la Policía Militar, que en ocasiones informaba a las
familias. La información también indica que, en lugar de entregar los cuerpos
de los difuntos a sus familias, los detenidos eran enterrados anónimamente en
fosas comunes.
97. Dado lo anterior, es evidente que
las autoridades del gobierno que administraban las prisiones y centros de
detención sabían de la ocurrencia de muertes a gran escala.
Las muertes en custodia acumuladas fueron
provocadas al infligir condiciones de vida en un conocimiento calculado de que
tales condiciones causarían las muertes masivas de los detenidos en el curso común
de los acontecimientos, y ocurrieron en el cumplimiento de una política de
Estado que consiste en atacar a una población civil.
Existen bases razonables para creer que
la conducta descrita intuye un exterminio, considerado como crimen contra la
humanidad.
98. La Comisión declara que el gobierno
es responsable de los siguientes crímenes contra la humanidad: homicidio,
violación u otras formas de violencia sexual, tortura, encarcelamiento u otra
privación grave de la libertad física, en violación de las reglas fundamentales
del derecho internacional, desaparición forzada y otros actos inhumanos.
99. Los hallazgos factuales de la
Comisión proporcionan bases razonables para creer que, en relación con la
conducta relevante que ocurrió después del inicio del conflicto armado, el
gobierno ha cometido los siguientes crímenes de guerra: homicidio, trato cruel,
tortura, violación, violencia sexual, y ultrajes contra la dignidad personal.
Esto es lo que Irán y Rusia luchan por
preservar: un pulmón de hierro depravado y delictivo que bombea oxígeno al
esfuerzo de reclutamiento de ISIS en todo el mundo. La idea de que ISIS es,
para Washington, Teherán y Moscú, un enemigo común fue una ficción diplomática
conveniente, decisiva para crear la apariencia de un proceso de paz en Siria. Esa
ficción no puede ser mantenida.
“Existen bases razonables para creer
que la conducta [del régimen de Assad]… constituye un exterminio considerado como
un crimen contra la humanidad.” Esto es por lo que
luchan Irán y Rusia.Es ante esto que Estados Unidos permanece impasible.
Frederic C. Hof es miembro de alto
rango del Centro Rafik Hariri para el Medio Oriente del Atlantic Council.
Este artículo apareció por primera vez en
el sitio del Atlantic Council.
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