La periodista siria de 30 años fue asesinada en septiembre, mas
la noticia de su muerte fue confirmada esta semana por activistas de Raqqa,
pese a que miembros de ISIS afirmaban en medios sociales que seguía con vida.
Hassan, quien escribía bajo
el seudónimo Nissan Ibrahim, también publicaba reportajes sobre los frecuentes
ataques aéreos de la coalición contra ISIS en Raqqa, informó el periódico Guardian. En una de sus publicaciones,
cuestionó el dilema que encaraba su ciudad. “De acuerdo, no queremos a Daesh -término árabe para designar al estado islámico-, no queremos que la coalición bombardee a
Daesh, y tampoco queremos que el Ejército Libre Sirio combata contra Daesh…
Entonces, ¿qué queremos, exactamente?”, escribió el verano pasado.
Hassan, quien estudió
filosofía en la Universidad de Alepo, se unió a un levantamiento estudiantil
contra el presidente sirio Bashar al-Assad cuando estalló la revolución en
Raqqa, en 2011. Después que ISIS tomara la ciudad, en agosto de 2013, se negó a
marcharse. Más tarde, informó que los militantes se habían apoderado de los
cafés Internet, limitando las comunicaciones entre la ciudadanía y sus amigos y
familiares fuera de Raqqa.
Debido a su trabajo como
reportera, ISIS puso a Hassan bajo vigilancia y terminó por arrestarla en
agosto del año pasado, acusándola de estar en contacto con el Ejército Libre
Sirio. El fundador del grupo activista anti-ISIS, Raqqa is Being Slaughtered
Silently (Raqqa está siendo masacrada silenciosamente), tuiteó los últimos
mensajes que Hassan logró publicar en Facebook. La presencia de la reportera en
los medios sociales se interrumpió en julio, informó The Independent.
Según la organización
periodística Syria Direct, Hassan es el quinto miembro de la prensa que ISIS
asesina por participar información del grupo, desde octubre del año pasado. El
domingo, ISIS divulgó un vídeo de propaganda que muestra a un enmascarado con
acento británico, ejecutando a cinco hombres acusados de espiar a ISIS para el
Reino Unido. El verdugo está acompañado de un niño pequeño, de unos seis o
siete años, quien dijo que estaba allí para matar a los “no creyentes”.