Como gobernador, Fidel Herrera aspiró a la omnipresencia. Tan sólo en 2005, su primer año de gestión en Veracruz, asistió a 1956 eventos en la entidad, equivalentes a 5.6 actos en cada jornada de los 365 días del año. Además, hizo 97 apariciones públicas fuera de su estado y visitó catorce veces al otrora presidente de México, Vicente Fox, en la Residencia Oficial de Los Pinos.
Era un tradicional animal político del PRI, un encantador de serpientes que gustaba de ofrecer entrevistas colectivas donde, en veintitrés minutos, contestaba nueve preguntas tocando veintiún temas distintos que abarcaban desde obras de vialidad, frentes fríos y temas de seguridad, pasando por la recesión en Estados Unidos, el reporte climático y los pronósticos para las temporadas de equipos deportivos como los Tiburones Rojos, los Halcones Xalapa y, por supuesto, dedicando un par de minutos para hablar de su cumpleaños.
“En los funerales del obispo de Veracruz, monseñor Luis Gabriel Cuara, la catedral estaba totalmente llena por los feligreses, las autoridades junto a toda la jerarquía católica y, de repente, pide la palabra sin que hubiese terminado la homilía. Los obispos estaban desconcertados, no sabían qué decir ni qué hacer, como yo era alcalde de Veracruz lo tenía al lado. Estupefactos le dieron la palabra y ahí se echó un speech desde el atril, como un predicador, diciendo que todos íbamos a extrañar al obispo, pero que seguiríamos trabajando por el bien del pueblo; bueno, ese es Fidel”, recuerda el diputado panista, Julen Rementería.
Una década después, el hombre que no se callaba ni dejaba de recorrer los 212 municipios de Veracruz, así como los estados vecinos de Tamaulipas, Oaxaca y Tabasco, muchas veces sobrevolando la región en su helicóptero Bell porque las carreteras no satisfacían su afán por la ubicuidad, ahora no quiere hablar. Refugiado en su reciente rutina laboral como cónsul en Barcelona (España), ha sido el epicentro de la controversia mediática-diplomática más álgida que recuerde la comunidad mexicana asentada en Cataluña.
“Quienes abogamos por la solidaridad y la defensa de los derechos humanos en México tomamos su designación con preocupación, ya que este señor tiene antecedentes, manejados por la prensa, que lo vinculan con la delincuencia organizada y el narcotráfico. Aunque eso no nos consta, lo que sí nos llama poderosamente la atención es el hecho de que durante su gobierno hayan asesinado a periodistas y que hayan desaparecido personas. Además hubo violencia a grupos de migrantes según denuncian las organizaciones de derechos humanos y los reporteros dentro del estado de Veracruz”, declara el sociólogo y activista Arturo Landeros, mexicano residente en Cataluña.
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Fidel Herrera desmiente y niega en tono categórico todas las acusaciones, como puede apreciarse en la única entrevista reciente que concedió a El Periódico, de Cataluña: “Son falsas. Es una estrategia político electoral muy explorada y muy conocida en mi patria, de un solo personaje, que fue mi correligionario que ahora está en la derecha y es una personalidad cuyo método de trabajo ha sido la guerra sucia. Han sido estrategias mediáticas inventando cosas que no existen”.
El político se refiere a Miguel Ángel Yunes, exdirigente del PAN veracruzano y actual diputado federal, con quien mantiene una larga reyerta de enfrentamientos verbales y denuncias porque este último asegura que el exgobernador recibió financiamiento del grupo criminal Los Zetas para su campaña, a cambio de dejarlo incursionar en el estado.
“Las denuncias contra Fidel Herrera y todo el escándalo de su nombramiento se basan en hechos concretos: fue gobernador de 2004 a 2010 y aumentó la deuda pública del estado, que estaba en 3000 millones de pesos, como la había dejado el gobernador Alemán, a prácticamente 40 000. Ni siquiera se tiene bien especificado el monto porque hay una deuda bancaria y otra con proveedores del estado que es enorme”, explica Fernando Yunes, hijo de Miguel Ángel y quien a sus 33 años es el senador más joven de la república.
La dupla política de padre e hijo ha presentado numerosas denuncias contra Herrera y sus discípulos. Sólo en mayo pasado, Fernando denunció el presunto desvío de recursos por cerca de 4600 millones de pesos, acción en la que podrían estar implicados colaboradores del actual gobernador, Javier Duarte, y de Herrera, incluidos tres candidatos a diputaciones federales.
En esa guerra política por el control político de Veracruz las acusaciones abundan, pero quizá las más graves responden a dos casos donde el exgobernador aparece presuntamente implicado con el crimen organizado.
Uno es el del empresario chino mexicano Zhenli Ye Gon, que fue identificado en Estados Unidos, donde se encuentra detenido, como el operador de un multimillonario comercio ilegal de metanfetaminas. En una larga entrevista con dos periodistas de Univisión, Gerardo Reyes y Mónica Cruz, Zhenli admite que empezó a financiar campañas políticas en México e hizo referencia, sin dar nombres, a un político que fue elegido como gobernador de Veracruz en 2004.
El ciudadano les mostró a los reporteros, a través de la lámina de cristal en la sala de detenciones, un documento firmado por el senador Herrera, como enlace legislativo del Congreso de México. “En un correo electrónico el senador respondió a Univisión que no conoce a Ye Gon y en cuanto a la credencial explicó que ‘fue declarada apócrifa en la investigación del caso'”, puntualizan los investigadores en su reportaje.
El otro caso es relatado por Yunes, con pelos y detalles: “Hay un expediente en una corte de Texas donde, claramente, uno de los contadores de Los Zetas señala que le dio 12 millones de dólares a la campaña de Fidel Herrera a cambio de que les permitiera operar en el estado, cosa que desde luego ocurrió. Además de esto se vio el enriquecimiento de muchísimos funcionarios con Herrera que hoy continúan con Javier Duarte”.
Cabe precisar que al revisar algunos fragmentos del testimonio del contador de Los Zetas, José Carlos Hinojosa, ante la Corte Oeste de Austin (Texas), no se menciona directamente a Herrera. Se habla del apoyo al “candidato a la Gobernación”, de las posibilidades de trabajar en la administración de ese político, pero se nombra en repetidas oportunidades a Francisco Pancho Colorado Cessa, un empresario originario de Veracruz con quien el exgobernador aparece en una foto, montados a caballo, en actitud amistosa.
Colorado Cessa era un próspero contratista de Pemex y del gobierno veracruzano que amasó más de 2000 millones de pesos con su empresa ADT Petroservicios. En Estados Unidos fue acusado, en 2013, por el delito de conspirar para lavar dinero, pero en mayo pasado la Corte revocó la sentencia de culpabilidad por el delito de conspiración para lavar dinero.
“Sobre los señalamientos con la delincuencia tenemos que no existe ninguna investigación o acusación formal en contra de Fidel Herrera, pero, específicamente sobre la duda de entrega de dinero a una campaña en Veracruz (2004), al no haber señalamiento puntual de a qué candidato se le entregó ayuda económica sólo quedan los supuestos, y aunque eso son, estos deben de ser de alguna manera fundados en evidencias y lo que tenemos son los resultados de esa elección, estos indican que quien ganó en la zona de influencia de Francisco Colorado fueron los candidatos del PAN al imponerse ampliamente en Tuxpan, Poza Rica, Panuco y, en general, en la zona norte del estado”, afirma el abogado Jorge Marín, miembro de Movimiento Ciudadano y quien está escribiendo un libro donde desmiente muchas de las acusaciones contra el exgobernador.
Yunes afirma, por su parte, que existen otras irregularidades en la gestión de Herrera como los libramientos de las ciudades Cardel y Orizaba que quedaron a la mitad, la torre de especialidades médicas en el puerto de Veracruz, que está deshecha, la clínica de especialidades de El Tabladero, en la sierra Papantla, donde construyeron el edificio, pero nunca fue dotado con equipos y, lo peor, según el senador panista, es que todas estas obras fueron reportadas como hechas y entregadas en los informes de gobierno.
“El servicio exterior tiene como una de sus principales funciones representar y ser la cara de México en el mundo, no sólo es el Consulado de Barcelona, sino de gran parte del norte de España y quien nos representa es una persona acusada de narcotráfico, de dejar a su entidad endeudada a más no poder y de corrupción”, finaliza el joven legislador.
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Si existiese la quimera de un mexican dream, la historia de Fidel Herrera podría encarnar el típico guion cinematográfico del self-made man que supera todas las adversidades hasta alcanzar “la plenitud del pinche poder”, como le dijo a un candidato durante la campaña de su discípulo Javier Duarte, según una grabación filtrada por los medios donde, supuestamente, se le escuchaba hablar de dinero destinado para las candidaturas.
Nacido en el pueblito veracruzano de Nopaltepec, en 1949, suele afirmar que le tocó trabajar vendiendo limones y longaniza en el mercado para poderse pagar los estudios de primaria. En la preparatoria ya dirigía el periódico estudiantil y, aunque le gustaba la carrera de Medicina, terminó cursando estudios de Derecho en Xalapa. Y desde la facultad se inició en la militancia del PRI donde ha logrado, en treinta años de carrera, ser diputado en cuatro ocasiones, senador, gobernador y, ahora, cónsul.
“Este caso es vergonzoso, no por el nombramiento, sino por el hecho de que para que este personaje pudiera evitar la presentación ante el Senado, donde lo destruirían, el presidente cambió la categoría del consulado. En vez de mantenerlo como consulado general de la ciudad más importante de España, que es Barcelona, aunque la capital sea Madrid, lo transforma en un consulado de carrera. Es decir, ahora es una oficina consular de un nivel inferior y esto no sienta un buen precedente”, expresa el exembajador Héctor Cárdenas.
Diplomático con una larga trayectoria en Oriente Medio y Rusia, Cárdenas explica que hay dos formas de ingresar al servicio exterior. Los funcionarios de carrera se preparan arduamente con estudios, exámenes y concursos para lograr ascender a los niveles superiores del servicio.
Entre las condiciones exigidas están permanecer en la plaza cuando menos dos años o máximo cuatro, luego vienen exámenes de ascenso a la categoría siguiente, y se les toma en cuenta que hayan hecho publicaciones, el aprendizaje de otro idioma y los informes que rinde su superior, entre otras cosas.
Como pasa en otros países, México también contempla las designaciones políticas: “El presidente tiene la facultad constitucional de nombrar a representantes en el extranjero. Generalmente embajadores y cónsules generales, pero todos los nombramientos de esa categoría tienen que ser ratificados por el Senado de la República. Una vez que se ratifica la designación, toma posesión”, asevera el diplomático y académico de la Universidad de las Américas.
José Luis León Manríquez, exmiembro del servicio exterior e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, recuerda otros nombramientos polémicos como el de Marisela Morales, procuradora general de la República en el sexenio pasado, que fue designada como cónsul en Milán (Italia) —caso donde también se rebajó la categoría del consulado de “general” a uno de “carrera”—. O el nombramiento de Eduardo Robledo Rincón, quien era el gobernador de Chiapas cuando fue el alzamiento zapatista y que, “como premio de consolación” por su remoción, recibió el cargo de embajador en Argentina. O el de Jorge Madrazo Cuéllar, procurador general durante la administración de Carlos Salinas y quien estuvo como cónsul en Seattle por varios años y, en su momento, fue una decisión muy cuestionada.
“Esta práctica es algo típico en México, muy normal desde los tiempos de las primeras administraciones priistas, se trata de una combinación de nombramientos de carrera y cargos políticos. En el caso de Fidel Herrera parece que el servicio exterior se vuelve refugio de políticos en desgracia como un penúltimo paso en su carrera; por supuesto que es un nombramiento muy infeliz”, acota el académico.
Justo Manuel Martínez, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM y especialista en política internacional, refiere otros ejemplos de políticos que se refugiaron en el mundo diplomático como Cecilia Soto, la excandidata presidencial del Partido del Trabajo que fue nombrada embajadora en Brasil; la exgobernadora Beatriz Paredes en Cuba o los expresidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, que salieron del país en misiones luego de momentos muy álgidos de la democracia mexicana. Martínez afirma que, generalmente, a los exgobernadores se les da un rango mucho mayor como embajador o cónsul general.
“A pesar de que Herrera ha sido señalado con testigos protegidos, de momento no hay nada en firme, por lo tanto tendría todo el derecho de ser designado en el lugar que el presidente quiera. Sin embargo, si el tema sigue generando controversia, lo más conveniente es que se opte por otros políticos mexicanos con capacidad de diálogo y que, al mismo tiempo, pudieran hacerle un buen servicio al país. Esta fue una decisión desafortunada por toda la polémica, y más en un momento tan complicado como el que vive Cataluña con todo el tema de la independencia”, explica el estudioso.
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Según Transparencia Internacional, México es el país con la mayor percepción de corrupción en la OCDE y ocupa el puesto 103 (de 174) del ranking global, detrás de países como China, India y Egipto. La impunidad es un factor determinante en el arraigo de estas prácticas: entre 1989 y 2012 se presentaron 459 denuncias penales en la Auditoría Superior de la Federación, pero sólo siete fueron consignadas por la Procuraduría General de la República.
La administración del actual mandatario, Enrique Peña Nieto, lidia con el escándalo de la Casa Blanca y las irregularidades en las investigaciones por la muerte de los estudiantes de Ayotzinapa, entre otras situaciones bochornosas. Así las cosas, ¿por qué apostar por el nombramiento de un funcionario tan cuestionado?
Para Julen Rementería, el exgobernador aún tiene mucha influencia sobre lo que pasa en Veracruz y, como ya viene la elección del candidato al gobierno del estado, el año entrante, una forma de apartarlo de las decisiones diarias es mandarlo a Barcelona. “Eso corresponde a la vieja práctica de mantener activo a un político, que no es bien visto, pero del que no pueden prescindir y entonces lo alejan. Aunque hubo gran cantidad de notas periodísticas, creo que todo eso va a pasar y Fidel tiene un don para granjearse la voluntad de los demás. No me extraña que termine siendo directivo del Barça, porque tiene una grandísima habilidad para hacer amigos, establecer alianzas y vender su historia”, asevera el político.
Sobre esta decisión, el embajador Cárdenas explica con resignación:
“Es el regreso del PRI: vemos que ha llenado las embajadas y consulados de nombramientos políticos. En el pasado llegaron a ser hasta el 60 por ciento del servicio exterior, cosa que molestaba mucho a los diplomáticos de carrera porque los retrasaba. El presidente tiene toda la facultad de cambiar las categorías de los consulados, sin embargo, lo que la gente va a pensar es qué le debe el presidente a este señor para cambiar la estructura de los consulados en un país determinado. Es obvio y por eso hay tantas críticas. Espero que se le dé marcha atrás a ese nombramiento”.
Por lo pronto, Fidel Herrera le declaró a El Periódico, en la entrevista ya citada, que Cataluña “es una región de un gran dinamismo y crecimiento con la que tenemos mucha relación comercial. Trabajamos ya para restablecer el vuelo directo Barcelona-México y Barcelona-Cancún. Es una prioridad”.