El coloso alemán del automóvil Volkswagen, sumido en profunda crisis por el escándalo de los motores diésel trucados, nombró este viernes a Matthias Mueller, jefe de su rama de autos de lujo deportivos Porsche, como su nuevo director ejecutivo tras la dimisión de su predecesor, Martin Winterkorn.
Mueller, jefe de su rama de autos de lujo deportivos Porsche, tendrá la tarea de sacar a la empresa del escándalo de la falsificación de sus motores para que parecieran menos contaminantes.
El nuevo presidente, de 62 años, asumirá el cargo de inmediato, en reemplazo de Martin Winterkorn que renunció hace dos días, dijo el jefe del Consejo de vigilancia de la empresa, Berthold Huber, en la sede del fabricante en Wolfsburg (norte).
Huber calificó el viernes el caso de “desastre moral y político”. “Digo claramente que las manipulaciones de las pruebas de emisiones constituyen un desastre moral y político” para el grupo, añadió Huber en breve conferencia de prensa.
“Un pequeño grupo de personas causó un enorme perjuicio” a Volkswagen, dijo por su parte Bernd Osterloh, quien representa a los trabajadores en el Consejo.
Éste, llamado hasta hace poco “Mr Calidad” por la prensa alemana, anunció su dimisión el miércoles y asumió la total responsabilidad por el escándalo aunque afirma que ignoraba lo ocurrido.
La purga no se va a limitar a la cumbre de la pirámide, y otras cabezas caerán también, había confirmado el jueves Olaf Lies, miembro del consejo de vigilancia de VW.
El constructor alemán espera así iniciar una nueva era tras haber confesado esta semana que colocó en 11 millones de vehículos en todo el mundo un dispositivo para burlar los controles anticontaminación y hacerlos pasar, ante los consumidores y las autoridades, por vehículos más ecológicos de lo que eran en realidad.
Esta confesión tuvo un efecto devastador en Alemania y en todo el mundo para la imagen de integridad que tenía Volkswagen en los últimos años.