De acuerdo con Thomas Ormerod, psicólogo de la Universidad
de Sussex, en Inglaterra, basta entablar una conversación cotidiana con el
sospechoso(a) y seguir una serie de pasos preestablecidos para identificar si
está mintiendo.
De acuerdo con la BBC, el investigador llegó a esta
conclusión luego de que le propusieran un reto: entrenar a un grupo de agentes
para que identificaran a los viajeros que mienten por su paso por el aeropuerto.
Parte del desafío consistía en que, de cada 1 000 viajeros, descubriesen
a la única persona que intentaría engañarles.
“No hay signos consistentes que se presenten siempre con el
engaño. Yo me río de forma nerviosa, otros se ponen más serios, algunos
fomentan el contacto visual, otros lo evitan”, indicó el experto.
Sin embargo, la clave, aseguró, está en centrarse en lo que la
persona está diciendo. Así se puede “bucear” en su historia hasta que caiga en
una contradicción que le delate.
¿El método?
Según Ormerod, hay que ser pacientes y fingir interés, ya
que si un mentiroso se siente acosado, no ofrecerá la información necesaria
para averiguar que aquello que está contando es falso. Por tanto, indicó que lo
esencial es no someterle a un interrogatorio y dejarle hablar. Con base en la
historia, hay que seguir las siguientes “claves” para descubrirle:
1. Usar preguntas
abiertas que obliguen al mentiroso a ampliar su historia. De esta forma,
caerá en errores o fallos que luego no podrá recordar.
2. Hacer preguntas
que no haya supuesto, extrañas. Una de ellas puede ser obligarle a contar
su historia de forma inversa (de delante hacia atrás). De esta forma es mucho
más difícil mantener una mentira.
3. Fijarse en los
pequeños detalles que sean fácilmente verificables. Es decir, si quieres
saber sobre el lugar al que fue, pídele información sobre como llegó allí (qué
autobuses usó, qué carretera…). Eso sí, siempre de forma cotidiana y sin que
se sienta presionado.
4. Detectar qué puntos de su historia obvia y cuáles potencia, preguntarle por los más débiles.
5-Finalmente, Ormerod recuerda que no hay que atacar al mentiroso cuando se delate con sus engaños, ya
que cortará la conversación y cambiará de tema. Lo mejor es seguirle la
corriente.
¿Método efectivo?
En el reto, los agentes tuvieron 20 veces más posibilidades
de detectar a los mentirosos. De hecho, los descubrieron en un 70 por ciento de las ocasiones.