Con el deceso de una mujer la madrugada de este jueves en el Centro de Reinsersión Social (Cereso) de Tula, suman 16 muertes en centros penitenciarios del estado en los últimos 21 meses.
A diferencia de los casos anteriores, la última víctima, de 28 años de edad, de nombre Areli Mendoza Martínez, no estaba recluida, sino que ingresó como visita conyugal de un reo que está preso desde el 16 de noviembre de 2012 por el delito de secuestro agravado.
Según el Diagnóstico Penitenciario del primer semestre de 2015 que elaboró la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), de enero a junio de este año se registraron nueve defunciones en centros penitenciarios: cuatro en Pachuca y dos en Tulancingo, cuyas causas fueron sepsis, insuficiencia respiratoria, infarto y asfixia; y uno en los penales de Apan, Huichapan y Tula.
El incidente al que hace referencia la CDHEH en Tula data del 13 de abril, cuando un hombre de 31 años, que se encontraba recluido por el delito de robo a mano armada, falleció producto de una riña.
La comisión también documentó tres decesos en el segundo semestre de 2014, todos por complicaciones de salud: dos internos del Cereso de Pachuca, uno por broncoaspiración y otro por una supuesta complicación diabética y derrame cerebral, y una tercera muerte por cáncer en el Cereso de Tula, en agosto.
A estos se suman a otras tres muertes, también por motivos de salud, durante el primer semestre del año pasado.
Según el informe de la CDHEH, las historias clínicas y los expedientes médicos de los pacientes no son comunes en los centros penitenciarios, lo cual ocasiona que no se tengan antecedentes confiables de los padecimientos de los internos con algún tipo de enfermedad y tratamiento de las mismas.
Añade que los padecimientos cardiovasculares, respiratorios, gastrointestinales, gastritis y diabetes son, junto con las lesiones por accidentes de trabajo, los más comunes entre los reclusos.
Además de estas 16 muertes, 15 de internos y el ocurrido la madrugada de este jueves de una mujer que acudió a la visita conyugal, el pasado 3 de enero otro interno del Cereso de Tula falleció por desnutrición, pero en el Hospital Regional Tula-Tepeji, donde fue trasladado de emergencia.
El hombre, de 82 años, purgaba una sentencia de 42 años por el delito de violación. Sólo cumplió cuatro.