Eran las 9:35 horas de una soleada mañana del jueves 17 de mayo de 2012, cuando un hombre de tez morena que vestía una playera polo color verde entró en las oficinas del despacho López Joers & Varela Abogados, ubicado en la calle Dos Poniente, cerca del centro de Tulum. El hombre —que dijo llamarse Erik— solicitó al abogado Luis Hernández Patiño que le señalara la oficina de Álvaro López Joers. Al abrir la puerta para presentarlos, el visitante sacó un arma tipo escuadra, encañonó a Hernández y le exigió que se metiera en el baño y se postrara boca abajo. Acto seguido, el hombre se acercó a López Joers, que tenía 52 años, lo obligó a hincarse frente al escritorio y le disparó dos tiros que le dieron muerte, uno en el pecho, otro en el cuello; el asesino salió corriendo. Dos sujetos lo esperaban en un auto y los testigos los vieron huir sin que, hasta la fecha, se conozca el nombre, los motivos y el paradero del criminal. Los reportes del homicidio se dieron de inmediato; en el expediente consta que los agentes del retén policiaco, instalado en la carretera de Playa del Carmen, en el norte de Tulum, detuvieron a los tres sujetos, hablaron con ellos y los dejaron ir. Los lugareños aseguran que el asesino pertenece a la policía judicial de Cancún; tres años después el homicidio sigue impune.
El litigio más complejo que llevaba López Joers al momento de su muerte estaba relacionado con el despojo de seis predios costeros, ubicados en el kilómetro 10 de la carretera costera Tulum-BocaPaila, especialmente en los hoteles ecoturísticos denominados Vía Laktea, Hamaca Loca, Xicho, Casa del Jaguar, Tierras del Sol y Sueños. Según los ejidatarios, el juicio presentaba avances positivos para los afectados. Unas semanas antes de su muerte, el 16 de abril, López Joers manifestó (ante un reportero del diarioPor Esto!de Quintana Roo) que, como parte de los litigios para conservar la propiedad de terrenos de la zona costera, interpuso una demanda contra documentación apócrifa presentada ante esta instancia por una familia de Nuevo León, de apellido Garza Ponce, que pretendía quedarse con una fracción de la franja costera de seis kilómetros, la cual pertenece al ejido de Pino Suárez.
Añadió que los empresarios José María Garza Ponce, Agustín Villarreal Elizondo, Esteban Schiavon Magaña y Felipe de Jesús Montemayor Garza pretendían despojar a los dueños de las tierras costeras pertenecientes a este ejido ubicado entre la selva y el mar Caribe, mediante escrituras públicas cuyo origen es un falso título de propiedad (No. 673, de fecha 27 de octubre de 1948). López Joers aseguró públicamente que Garza Ponce lo amenazó, argumentando tener una relación cercana con el gobernador Roberto Borge.
familia Garza Ponce, agotadas las vías jurídicas federales, ha realizado
operativos de desalojo de todo tipo a través de asociados locales y su
representante, Carlos Amador Treviño Lozano.
Tras el asesinato de su abogado defensor, los integrantes de la Asociación de Colonos Turísticos Ecológicos Pino Suárez denunciaron ante las autoridades y los medios de comunicación el despojo que pretendían llevar a cabo los empresarios neoleoneses, representados por Carlos Amador Treviño Lozano, también originario del estado. Los despojos se sostienen en operaciones que vinculan directamente a políticos, servidores públicos y empresarios oportunistas. Como en todos los ejidos del país, la cantidad de títulos apócrifos y de ventas fraudulentas de terrenos representa un problema legal de grandes proporciones (en el informe de la FAO, “Mercado de tierras en América Latina”, Héctor Robles analiza el caso de México y explica el contexto de la desactualización del registro catastral, transacciones dudosas, ventas irregulares y vacíos legales que favorecen esta crisis).
¿POR QUÉ SON EJIDATARIOS?
El 8 de octubre de 1974, el gobierno federal, presidido por Luis Echeverría Álvarez, determinó que el territorio del sureste mexicano con 50 000 kilómetros cuadrados denominado Quintana Roo se convertiría en estado libre y soberano.
Esta frontera sur ha sido mina de chicleros, de maderas exóticas y de la industria turística. Con el decreto de 1974, Quintana Roo precisaba 80 000 habitantes, muchos traídos de diversos estados. Se exigía una infraestructura agrícola, comercial y educativa mínima para tener independencia económica y considerarse estado federal; de allí que los migrantes se convirtieron en pioneros y, en algunos casos, como el ejido Pino Suárez de Tulum, vivían en condiciones precarias en medio de la selva, sin servicios, tan sólo con la promesa de la Secretaría de la Reforma Agraria de que sus tierras les permitirían tener un patrimonio propio al pasar de los años.
El 25 de febrero de 1972, el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC) descubrió que parte de los terrenos baldíos propiedad de la nación eran reclamados por dos ciudadanos que no vivían en Quintana Roo: Antonio González Avilés (ciento cinco hectáreas) y Felipe Hernández Collí (diez hectáreas), ambos frente al mar.
CARLOS AMADOR TREVIÑO LOZANO (de sombrero) en el desalojo del 19 de julio de 2013.
Esos títulos de propiedad eran locales y no tenían respaldo; ellos eran, según el comisario ejidal Hidalio Martínez, “empresarios acaparadores de tierras”. Al crear el Centro de Población Ejidal (CPE), con autorización presidencial, el DAAC entregó a Hernández Colli y a González Avilés doscientas hectáreas de ejido a cada uno a fin de cancelar futuros conflictos de posesión. Ninguno se inconformó y sus escrituras antiguas quedaron canceladas de facto. Sin embargo, González Avilés vendió ilegalmente sesenta terrenos a José María Garza Ponce, Agustín Villarreal Elizondo, Esteban Schiavon Magaña y Felipe de Jesús Montemayor Garza.
Los ejidatarios siguieron erigiendo pequeños hoteles, restaurantes y tiendas, pero las cosas se complicaron cuando los Garza Ponce comenzaron a mencionar al expresidente Miguel Alemán como su defensor.
Para entonces, López Joers había explicado que Garza Ponce documentaba el acto ilegal con escrituras públicas derivadas de un apócrifo título de propiedad (el mismo al que se hace referencia líneas arriba), expedido a Antonio González Avilés por el entonces presidente Miguel Alemán Valdez, el cual ampara una parcela ubicada en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, inscrita en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio de Chetumal, el 20 de octubre de 1970, pero extrañamente se inscribió veintidós años después de haberse emitido dicho título, denominándose “Punta Piedra” Tulum.
Las autoridades agrarias han determinado, una y otra vez, que los títulos con los que estos compraron son apócrifos; sin embargo, desde el año 2000 la familia Garza Ponce, agotadas las vías jurídicas federales, ha realizado operativos de desalojo de todo tipo a través de asociados locales y su representante, Carlos Amador Treviño Lozano. El 20 de noviembre de 2011, el Tribunal Unitario Agrario 44 elevó a carácter de cosa juzgada y emitió sentencia a favor de los ejidatarios legítimos. Hasta la fecha se han girado juicios de nulidad de los títulos de propiedad de Garza Ponce y otros, así como dieciocho sentencias sobreseyendo el juicio de amparo de Garza Ponce y otros; dichos documentos están en poder de esta reportera1.

En una casa sin número en la calle 3 Durazno, en el centro de Cancún, hallamos las oficinas de Luis López, originario de Monterrey y presunto operador de los despojos vía juicios laborales. Ahí nos encontramos con “el contador” que laboró durante casi un año bajo el mando de López, hasta que, según su versión, se dio cuenta de que lo que hacían era una operación ilegal de despojo, ordenada por el gobernador, Roberto Borge, y por un grupo de sus socios.
“Cuando tú como empleado vas a la Junta y demandas al patrón, cuando ya pasaron años y hay sueldos caídos, y al final la sentencia es favorable para el trabajador, la Junta verifica las propiedades del patrón, se gravan y se embargan. Se llama embargo precautorio. Si el patrón tiene el dinero, le paga al trabajador; en su defecto, ese bien se vende en una subasta y el dinero se entrega al trabajador”, dice el contador. “Ese es el procedimiento legal. Pero De la Cruz le propuso (al gobernador) investigar la situación de los predios; el góber le dio el visto bueno (…) fabrican empleados, fabrican empresas, fabrican todo”, explica.
El de la idea original de empezar a adjudicarse todos los terrenos y propiedades por medio de la Junta fue Enrique de la Cruz (…) pero el cerebro es Luis López Naranjo, egresado del TEC de Monterrey, estudió con Beto Borge. “Por medio de la Junta se ha hecho de muchísimos terrenos; uno de ellos en Punta Venado”, detalla el contador.
+ UNA RESOLUCIÓN PRESIDENCIAL
DE 1973 fundó el Nuevo Centro de Población Ejidal José María Pino Suárez con 10
410 hectáreas; 9379 quedaron bajo el control de la Junta Ejidal y se convirtió
en Tulum.
Punta Venado está dentro del municipio de Tulum; el presidente Enrique Peña Nieto denominó novena decisión prioritaria de su sexenio el Tren Transpeninsular, con una inversión de 20 000 millones de pesos. Sin embargo, en enero de 2015 se canceló el proyecto debido al recorte presupuestal, no obstante el gobierno federal pagó 1343 millones de pesos a la empresa AdHoc Consultores, propiedad de Aarón Dychter Poltolarek, por los estudios sobre Tulum.
El 23 de mayo de 2014 se llevó a cabo el denominado megadesalojo de cuatro hoteles de playa en Tulum. Dos supuestos trabajadores que nunca laboraron ni vivieron en Tulum (Omar Homero Tijerina Herrera y Samuel Aguilar Ibarra, sus nombres aparecen en el exhorto Playa NUM:40/2013) ganaron un juicio laboral de forma expedita. La fuerza pública desalojó a trabajadores, turistas hospedados y empleados gerenciales de cuatro hoteles. Los propietarios de dichos predios quedaron paralizados frente a la toma ilegal de sus terrenos, operada nuevamente por un centenar de policías estatales y municipales fuertemente armados. Uno de los empleados de la junta local de Conciliación y Arbitraje ordenó al jefe de la policía municipal que detuviera a cualquier reportero que estuviera tomando fotografías; los fotógrafos fueron advertidos. Testigos y propietarios aseguran que la policía les robó tanto a ellos como a los turistas cámaras y teléfonos celulares con los que documentaban el desalojo. Las quejas de diplomáticos ante el gobernador no surtieron efecto alguno2.
Tulum, que pertenecía a Cozumel, se convirtió en municipio libre en 2008 debido a los cambios del Plan Maestro de Desarrollo Tulum, orquestados por el exgobernador Félix González Canto (expresidente del PRI en Nuevo León y senador de la república). En 2011, la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó el nuevo Plan de Desarrollo y ordenó que se protegieran las zonas naturales y sitios arqueológicos. Entonces González y su sucesor movieron los planes hacia la zona sur, en donde se encuentra el Ejido Pino Suárez. El Parque Nacional Tulum y una parte de la Biósfera de Sian Ka´an serían zonas afectadas por esta inmobiliaria. El estudio denominado Turismo, Áreas Naturales Protegidas y Apropiación Territorial: el caso del Parque Nacional Tulum, elaborado por el investigador del CIESAS Gustavo Marín Guardado, señala que “la Corte determinó que es facultad exclusiva de la Federación regular y proteger los parques nacionales, y que por lo pronto contuvo la embestida de particulares y funcionarios interesados en disponer de este espacio para la urbanización y los grandes negocios”. Lo cierto es que las construcciones siguen avanzando; la evidencia física y fotográfica es irrefutable.
+ TULUM, QUE PERTENECÍA A
COZUMEL, se convirtió en municipio libre en 2008 debido a los cambios del Plan
Maestro de Desarrollo Tulum, orquestados por el exgobernador González Canto. En
2011, la SCJN invalidó el Plan y ordenó proteger las zonas naturales y arqueológicas.
En plena playa, un oficial de la Policía Municipal de Tulum—armado con pistola y rifle— se ostenta como guardián de terrenos costeros. Se le pregunta la razón por la que un elemento de Seguridad Pública cuida predios.
“¿Cómo que por qué la policía? Porque hay un oficio del Ministerio Público que nos giraron para custodiar predios que invadieron (sic) gente ajena”, explica, y pide la presencia de un notario para que se nos permita el ingreso a la playa. Durante la conversación, el oficial, que no porta una sola identificación, es videograbado e intenta sacar el arma y arrebatar la cámara al fotógrafo. El agente asegura que la Constitución prohíbe que se le tomen fotos a la policía.
Cuestionado sobre la identidad de quienes —dice—invadieron los terrenos que cuida, responde que la desconoce. Al escuchar que existen versiones de que quienes han invadido los terrenos son gente del gobernador, el oficial ríe y exclama: “No, qué pasó…O’rasí que es puro cuento, a nosotros nos mandan a custodiar nada mas los predios, que no haya gente ajena”.
El policía explica su presencia como custodio por instrucciones del director de Seguridad Pública, Luis Germán Sánchez Méndez, con base en una presunta orden del Ministerio Público que no exhibe. “Yo nada más obedezco órdenes.” Esta reportera intentó entrevistar al director de la policía municipal, Luis Germán Sánchez, quien declinó hablar sobre el asunto con la prensa.
En las oficinas de la Procuraduría General de Justicia de la zona norte, los cuatro ministerios públicos adscritos aseguran que, hasta donde saben, no existen órdenes judiciales para la custodia de predios por parte de la policía. “Esos son asuntos entre civiles”—asegura el Ministerio Público—, la policía no tiene por qué intervenir.” Ante la solicitud de una entrevista grabada, los agentes aseguran que las órdenes del gobernador son que nadie hable con la prensa, “porque se está aprobando una nueva ley para regular la libertad de expresión”.
En una visita a los predios invadidos por la gente de Treviño Lozano, el representante legal, originario de Monterrey, pudimos contar ciento cincuenta personas vigilando los terrenos desde miradores construidos con madera. Todos están armados y portan walkie talkies.
Además, hay setenta guardias privados vestidos de negro y también armados con pistolas 9 milímetros; ellos pertenecen a una agencia de seguridad, propiedad de Rafael Zozil Rodríguez, alias el Dóber. Sin embargo, no existen registros oficiales de dicha agencia. Zozil ha sido acusado por las autoridades y señalado de pertenecer al Cártel de Sinaloa en la Riviera Maya.
Doña Chabela, ejidataria de Tulum desde 1970, narra frente a otras mujeres de la Junta Ejidal cómo se han vivido los desalojos. “Cuando a nuestras familias les entregaron las tierras ejidales estábamos en la plena selva, con puro manglar, lleno de moscos y alimañas. Allí comenzamos a construir unas cabañitas, hicimos pozos y un camino de terracería para entrar en el poblado. Pero nada más se dieron cuenta de que en el decreto presidencial dice que a todos los ejidatarios nos corresponde el acceso al Caribe, comenzaron a hostigarnos.”
“Hace veintidós años empezaron a pelear nuestras tierras. Nos quedábamos a dormir en tiendas de campaña en la playa, para que no nos invadieran de noche”, interviene Columba, otra ejidataria que llegó de Tabasco hace treinta años.
+ DENUNCIA PENAL de
Mario Ernesto Villanueva Madrid en contra de sus socios Félix González Canto,
Felipe Enríquez y Hugo Flores Toba.
Careaga se explica la compleja problemática de lo que ella llama “la frontera olvidada del sureste” de esta manera: “Quintana Roo genera una gran derrama económica, tras la cual subyace una organización social de escasa institucionalidad, con precariedad de justicia y un estilo de gestión social anclado en el caciquismo, la intervención personal y el peso decisivo de la voluntad e idiosincrasia de los gobernadores”.
El investigador del CIESAS Gustavo Marín Guardado, en su estudio sobre la crisis de esta zona, concluyó: “En Tulum, los políticos advierten que la sociedad debe aprender de su historia y que no debe repetirse la desgracia que representa el caso de Cancún. No obstante, sin mucho esfuerzo, es posible advertir que no hay diferencia alguna y que continuará un proceso de expansión turística incontenible…”.
EL CASO HOY
El amparo frente al juicio laboral interpuesto por el equipo de Treviño Lozano y Luis López fue ganado con el número de expediente 138/2912, pero las autoridades locales se niegan a ejecutar la devolución de los predios a pesar de que los amparos salieron publicados el 26 de enero de 2015 y la policía carece de documentos para sustentar su presencia.
La inacción de las autoridades locales es evidente; el juez segundo de Distrito ordenó que Treviño Lozano y otros devolvieran las propiedades a sus legítimos dueños respondiendo al amparo 627/2014-III acumulados:629/2014-III y 634/2014-III. La policía de Tulum dice desconocer esta sentencia.
Mientras editábamos este reportaje, el 24 de agosto recibí una llamada de algunos ejidatarios a los que entrevisté: el viernes 21 de agosto, a las 8:30 a. m., la Policía Judicial del Estado ingresó en los hogares de tres de mis entrevistados y hostigó a sus familiares; sin motivo alguno, encarcelaron a Miguel Ángel Benítez Rasgado y a Juan Manuel Ayala Mariano. Al mismo tiempo, la Policía Judicial, sin orden de aprehensión, detuvo a otras fuentes que habían pedido sigilo por temor a sufrir represalias: Héctor Apolinar Huesca Damián, Cruz García Ramírez y Miguel Vázquez Nieva fueron retenidos por “sospechosos”; después de ser fuertemente golpeados, los pusieron en libertad sin que mediara acusación de ningún tipo.
Esta misma semana desaparecieron otras dos personas del ejido, ambas partícipes del movimiento cívico en defensa de Tulum. Sus abogados interpusieron ya amparos para localizarlos bajo el número 1175/2015 Juzgado 4º de distrito, el 1137/2015-1 Juzgado 3º de Distrito y el1193/2015-D-7 Juzgado 5º de Distrito. Los desaparecidos son José Tec Poot, Miguel V y un tercer testigo cuyos familiares no desean que se publique su nombre.
Las investigaciones de los demás ejidatarios cuyas familias aseguran que son víctimas de desaparición forzada están en los amparos de localización 1176/2015 Juzgado 1º de Distrito, 1153/2015 Juzgado 2º de Distrito y 1136/2015 Juzgado 3º de Distrito. Los demás expedientes que señalan despojo, hostigamientos, amenazas de muerte y desapariciones o secuestro, han quedado sin investigar bajo los expedientes 341/2013, 1134/2014, 251/2015, y lo mismo sucede con las averiguaciones previas PGJE/DPRAM/AMP/ TULUM/951/2011 y 950/2011.
El temor persiste en la localidad.
—
La investigación especial de la ganadora del Premio Mundial UNESCO Guillermo Cano de Libertad de Prensa (2007) y autora de “Esclavas del poder” (2010), “Memorias de una infamia” (2007), y “Los Demonios del Edén” (2005), entre otras obras, se publica hoy de forma paralela en la revista Newsweek en Español y el portal Aristegui Noticias.