Las autoridades de la ciudad de Herat (oeste de Afganistán)
convocaron hoy una reunión de emergencia después de que al menos 348 alumnas y
varias profesoras fueron supuestamente envenenadas esta semana en cuatro
incidentes.
Un portavoz del hospital central de Herat al que fueron
trasladados todos los intoxicados, Mohammad Rafiq Sherzai, explicó que
“todas las estudiantes tenían los mismos síntomas: vómitos, mareos y dolor
de cabeza”, aunque dijo desconocer las causas.
El primero de los casos se produjo el lunes en el colegio
femenino Habib Mustafa, con 126 alumnas intoxicadas y algunas profesoras, y el
miércoles volvió a repetirse otro supuesto envenenamiento en el mismo centro
educativo con otras 60 víctimas.
El tercer caso se produjo un día después en la escuela
Babaji, con 130 colegialas más hospitalizadas, y hoy 32 estudiantes y
profesoras del centro educativo Tukhi fueron también ingresadas en el hospital
con los mismos síntomas de intoxicación.
Sospechan de gas tóxico
El portavoz de la Policía de Herat, Abdul Raouf Ahmadi,
afirmó que están investigando los casos y que por el momento no tienen claro
quién puede estar detrás de los supuestos envenenamientos, algunos de ellos
producidos seguramente tras ser rociadas las aulas con un gas tóxico, aclaró.
Una profesora del Habib Mustafa, Hasina, relató a la agencia
afgana Pajhwok que se encontraba en un aula cuando percibió “un mal
olor” y se desmayó, para recuperar la conciencia más tarde en una camilla
del hospital.
El portavoz del Ministerio regional de Educación, Kabir
Hagmal, señaló que los casos están siendo “seriamente investigados”.
Mañana se producirá una reunión de emergencia de
representantes de las autoridades locales sobre el asunto, pues se ha generado
una situación de pánico en toda la provincia entre los estudiantes y sus
padres.
Lo alarmante es que
este tipo de actos son frecuentes
Los casos de intoxicaciones en escuelas femeninas son
bastante frecuentes en Afganistán (en junio al menos 60 escolares fueron
hospitalizadas tras sufrir mareos y vómitos en el centro del país) y suelen
estar rodeados de cierto misterio.
En 2013 se dieron varios casos de intoxicaciones masivas,
cuando unas 230 estudiantes resultaron envenenadas.
Muchos analistas responsabilizan de las intoxicaciones a los
talibanes, pero portavoces de los rebeldes han negado su implicación en estos
sucesos y recientemente aseguraron que un nuevo Gobierno en Afganistán liderado
por ellos permitiría la educación femenina.
Los insurgentes se han opuesto tradicionalmente a la
educación de las niñas y adolescentes y la prohibieron, de hecho, durante su
régimen fundamentalista islámico en el país (1996-2001).
Desde la caída de los talibanes a raíz de la invasión
estadunidense en 2001, la comunidad internacional ha puesto mucho énfasis en
impulsar la educación femenina en Afganistán.
(Con información de Excélsior)