Las ideas y la creatividad de cada aplicación que se descarga en las tiendas de aplicaciones de cada sistema operativo móvil, llámese iOS, Windows o Android, han sido valoradas dependiendo de sus estadísticas en descargas y ventas, aunque las calificaciones de usuarios y retroalimentación es también un denominador que alimenta el ego del proveedor de la plataforma que alberga esas apps. Por eso grandes compañías, como Apple y Google, se han dado a la tarea de buscar las mejores aplicaciones para recordar contraseñas, procesadores de notas, apps de ayuda e infinidad de utilidades, para copiar e integrar en sus sistemas.
De esta forma le han ido dando vida y mejorando sus ya robustos sistemas, utilizando las claves e innovación de emprendedores y pequeñas startups como si de un programa de talentos se tratara.
Windows hace unos meses compró dos grandes aplicaciones: Acompli, a la que le cambió el nombre y la volvió su oferta en aplicación para correo electrónico móvil, mejor conocida como Outlook, y otra app llamada Sunrise, un excelente calendario que mantiene el mismo nombre y aún no se sabe qué sucederá con su futuro.
Apple, sin embargo, ha tomado lo mejor de las aplicaciones, y en lugar de ofrecer una cantidad por adquirirlas ha preferido desarrollar remedos adaptados a su software,volviéndose un rival de los pequeños. Una competencia bastante complicada de sostener por las empresas jóvenes en contra del gigante de Cupertino. Contender contra millones de dólares, el mismo dueño de la plataforma operativa y las características de integración con otras aplicaciones se vuelve un poco desleal y monopolizador.
Al parecer, nadie sabe para quién trabaja cuando desarrolla una aplicación que es subida a las tiendas de aplicaciones de smartphones, tabletas y ordenadores. La premisa es arriesgarse y ganar la lotería siendo adquirido por uno de los grandes jugadores o ser el David peleando contra Goliat.
En lo que se refiere a Apple es innegable que cierto “monopolio” sea beneficioso de alguna forma, tener un sistema operativo bien diseñado y desarrollado que solamente trabaje en equipos de la misma marca, iPhone, iPad o Mac, ha logrado crear equipos con menores errores y de inigualable desempeño. Y, si toman lo mejor de cada aplicación para incluirlo en su suite de herramientas hacen que la faena mejore exponencialmente. Bien dicen que el diablo está en los detalles, y el cuidar cada detalle de creación y gestión entre software y hardware hacen que la finalidad sea exquisita.
No hay que dejar de innovar en el desarrollo, no todo es negativo cuando de realizar una excelente aplicación se trata, existen muchos que comenzaron como pequeños competidores con una gran idea y ahora son grandes empresas de tecnología con enormes servicios. Si la estrategia es la correcta, la pasión vive y la funcionalidad mejora, aunado a un poco de suerte, se puede lograr ser el enemigo perfecto de los monopolios tecnológicos.