Estados Unidos y Cuba reanudaron formalmente este lunes sus relaciones diplomáticas, con la colocación de la bandera cubana en el departamento de Estado, un histórico gesto que pone fin a décadas de hostilidades entre los dos rivales de la Guerra Fría.
El estandarte cubano -rojo, blanco y azul -, se sumó al resto de banderas de otros países que ondean fuera del edificio en Washington.
La bandera también debía izarse en la misión diplomática de La Habana en Washington – elevada al rango de embajada tras la reanudación de las relaciones diplomáticas- por primera vez desde 1961.
La sección de intereses de los Estados Unidos en la capital cubana también ascendió al rango de embajada, aunque una ceremonia más formal tendrá lugar en las próximas semanas cuando el secretario de Estado estadounidense John Kerry la visite y se ice el estandarte.
Este lunes, Kerry recibirá a su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, para mantener conversaciones en Washington, y Rodríguez presidirá una ceremonia en la embajada cubana, situada a pocas manzanas de la Casa Blanca.
Desde entonces se han producido varios momentos históricos, incluido el encuentro de Barack Obama y su homólogo Raúl Castro en Panamá en abril, el primer encuentro entre dos presidentes de Estados Unidos y Cuba desde la revolución cubana de 1959.
En mayo, Washington retiró a La Habana de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo, superando el primer escollo clave para la normalización de las relaciones bilaterales.
Esperan mayor contacto con familiares
En este viaje, Rodríguez lleva en su voluminoso equipaje sobre todo ropa para su hijo de 23 años, quien es profesor de educación física en Cuba, según señala a la agencia AFP este hombre de 47 años mientras espera para abordar en el aeropuerto de Miami, Florida, un vuelo hacia La Habana.
“Siempre que haya relaciones, va a ser mejor para el pueblo”, dice Rodríguez, quien dejó a toda su familia cuando se vino hace doce años a probar suerte a Estados Unidos, como lo continúan haciendo miles de cubanos todos los años. Ahora trabaja para una empresa de exportaciones.
La nueva situación “quizás permita viajar más a menudo”, dice. “La situación está caótica” económicamente en la isla, dice, y por eso trata de llevar lo más que puede a sus familiares, que viven en Matanzas.
Rodríguez, como muchos de los cubano-estadounidenses que van a Cuba, a donde pueden viajar sin restricciones, se quejan de lo costoso de los pasajes de los vuelos fletados, los únicos que por ahora hacen la conexión directa entre ambos países.
Por eso saluda los anuncios de posibles futuras rutas de ferry, que podrían empezar a operar posteriormente este año, y un mayor número de líneas aéreas, dentro del proceso de deshielo entre Estados Unidos y Cuba, que este lunes reanudaron formalmente sus relaciones diplomáticas bilaterales con la reapertura de embajadas.
“Los precios están muy caros, con más opciones seguro que bajan”, dice.
Javier Rodríguez, de 50 años, coincide con su compatriota al desear que la nueva realidad logre “que la gente pueda ir más” a visitar a sus familiares en la isla.
(Con información de AFP)