Este miércoles,
Floyd Wisner, jurisconsulto en aviación con oficinas en Chicago y representante
de los familiares de 17 víctimas del vuelo Malaysia Airlines MH17, demandó al
coronel ruso Igor Girkin, miembro del Servicio de Seguridad Federal, quien
desempeñó un papel crítico como organizador de la República Popular de Donetsk.
Aunque la acción
pretende que Girkin pague daños por 783 millones de euros (852.98 millones de
dólares), Wisner asegura que la demanda no fue motivada por el dinero. “Es un
intento de dirigir la atención hacia las familias de nuestras víctimas, que
quizás se han perdido de vista en este embrollo”, explica. “Nosotros, y ellos,
consideramos que no se ha hecho lo necesario. Ningún perpetrador ha sido
llevado ante la justicia criminal y las familias se sienten abandonadas.
Necesitan algún tipo de respuesta”.
Wisner agrega
que optó por perseguir a Girkin porque es la voz de Rusia en Ucrania. “Hay que
establecer responsabilidades inmediatas. ¿Quién disparó aquel misil, bajo las instrucciones
de quién y con el apoyo de quién? Me parece que todo apunta a Rusia”.
El objetivo
final de la demanda es averiguar la verdad de lo ocurrido a las víctimas del
siniestro. “Considero que las familias quieren saber quién o quiénes son los
individuos responsables y juzgarlos por crímenes de guerra en un tribunal
internacional; eso es lo que quieren en realidad”, afirmó Wisner. “Las familias
esperan que esta demanda presione a Girkin e indirectamente, obligue a los
rusos a tomar medidas”.
Wisner también
espera que se levanten cargos criminales contra los perpetradores del caso.
“Opino que el derribamiento del avión fue, definitivamente, un crimen de
guerra, un acto absolutamente criminal. Es incluso mucho peor que un crimen de
guerra; un acto terrorista contra personas inocentes”. Cualquiera que sea la
terminología, el abogado pretende proceder con el caso en esos términos. “Tal
vez la definición pueda cambiar el enfoque político, pero cuanto más patente es
la intervención de Rusia, el conocimiento de Rusia, su respaldo en el
incidente, el caso se vuelve más sólido para un tribunal internacional y la
consecución de justicia”
Wisner cree que
la aprobación y participación de Rusia en la investigación es indispensable
para desentrañar la verdad sobre la tragedia de MH17. “A nada llegaremos si
Rusia no participa, coopera y respalda todo esto”, sentencia. “Si se forma un
tribunal sin la intervención y aprobación de Rusia, podrán decir ‘bueno, estuvo
mal, no fue transparente’, o algo así. Rusia debe ser parte del tribunal, para
que no pueda argumentar que fue injusto. Creo que tienen mucha información”.
El lunes, Rusia
presentó a ONU un anteproyecto de resolución en el que persiste en rechazar la
información del tribunal internacional avalado por el organismo multinacional y
exige más transparencia en la investigación del siniestro MH17.
Wisner formó
equipo con James Healy-Pratt, de la firma londinense Stewarts Law, para
presentar el caso MH17 en Estados Unidos bajo la ley estadounidense de
Protección para Víctimas de Tortura de 1991, estatuto que permite demandar a
nacionales de origen extranjero en el territorio de Estados Unidos que hayan
cometido tortura u homicidios extraterritoriales en representación de gobiernos
extranjeros, contraviniendo las leyes estadounidenses.
En julio del año
pasado, el vuelo MH17 de Malaysia Airlines volaba a Kuala Lumpur cuando fue
derribado mientras sobrevolaba un área controlada por los rebeldes en la región
de Donetsk, al oriente de Ucrania. En el siniestro perecieron los 298 pasajeros
que iban a bordo.
Tras el
incidente, la Unión Europea y Ucrania responsabilizaron del ataque a los grupos
rebeldes regionales patrocinados por Rusia, y UE impuso sanciones a
miembros del establishment ruso vinculados con los
rebeldes. Rusia y los separatistas persisten en negar su participación.
Aunque la
Resolución 2166 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas –enfocada en la
investigación de las causas del derribamiento de MH17- fue aprobada en julio
21, 2014, poco se ha avanzado en la investigación debido a la oposición
constante de Rusia. El propio presidente Vladimir Putin ha declarado que
organizar un tribunal internacional para definir quién derribó el jet sería
“contraproducente”.
Rusia y los
rebeldes que patrocina niegan toda responsabilidad en el derribamiento del
avión y han propuesto teorías alternativas para explicar el incidente. El
verano pasado, el Ministerio de Defensa ruso convocó a una conferencia de
prensa donde afirmó que un caza ucraniano SU-25 había abierto fuego contra el
vuelo MH17.
A principios de
esta semana, Dmitry Peskov, asistente de Putin, dijo a la agencia noticiosa
estatal, Itar-Tass, que la posición del Kremlin no había cambiado, mas no pudo
confirmar ni negar si Rusia vetaría una votación sobre la investigación del
Consejo de Seguridad ONU.