Una familia cena en la total oscuridad. En su comunidad no hay luz eléctrica. Dos jóvenes mexicanos buscan llevar luz y electricidad a esos lugares adonde el gobierno mexicano no ha logrado llegar. Yusef Jacobs y David Bronzwaig, ambos de veintiún años de edad, inventaron un sistema de energía solar con el fin de ayudar a comunidades remotas y al medioambiente.
Los jóvenes mexicanos dicen que la gente aún no se da cuenta de que es más barato implementar estos paneles solares y que gastan más dinero comprando velas: “Por velas pagan 6 pesos diarios, pagarían la mitad por (focos) de electricidad solar, con el plus de que no contaminas”, dice Jacobs, cofundador de la empresa ALTEDH.
Al estudiante de Ingeniería Física en la Universidad Iberoamericana lo emociona que su proyecto, además de dar energía a los más necesitados, constituye un gran negocio que aún no ha sido explotado en México. “Nuestros sistemas son muy sencillos, son sistemas portátiles, libres de instalación y totalmente dirigidos a comunidades sin electricidad”, explica.
Cuenta que también han asistido a algunas comunidades que sí tienen electricidad, pero que el servicio es muy ineficiente. Que cuando hay lluvia o vientos fuertes y se va la luz, al estar muy apartadas, se tardan mucho en ir a arreglarlas. De ahí que sus sistemas sean “totalmente independientes de la CFE, eso significa que nosotros ahí mismo almacenamos la energía con baterías, tenemos un panel que genera la energía, se almacena en las baterías y ya sale la corriente y el voltaje”, afirma Jacobs.
Los emprendedores Jacobs y Bronzwaig saben que, aunque su propuesta es innovadora e interesante, aún enfrenta retos. Para ALTEDH —que fabrica equipos de iluminación solar, portables, eficientes y de bajo costo— el mayor reto es contar con el financiamiento que facilite sus aparatos a personas de bajos recursos. “Ellos no pueden pagarlo de contado y nosotros no queremos dar créditos porque es muy complicado el cobro.”
El problema del cobro tiene que ver con que con este tipo de energía no hay manera de cortar la luz: mientras la luz del día cargue las baterías, siempre habrá luz en las casas. “Por eso estamos desarrollando una manera para que las personas puedan pagar a plazos y que nosotros les podamos cortar la luz cuando su periodo pagado haya vencido”, afirma el joven. Tiene en mente un sistema de cobro por medio de códigos, tal cual hacen las compañías de telefonía móvil al vender “tiempo aire”.
El principal beneficio que ofrecen estas compañías de energía renovable es que es sólo un gasto de contado y después todo es gratuito. “La clave ha sido que nos han ayudado fundaciones que construyen casas en comunidades. Nosotros les presentamos el proyecto. Lo que siempre pasa en esas comunidades es que el usuario se cuelga a la CFE, entonces nosotros por 10 000 pesos más en el costo de fabricación de toda la casa les podemos dar un sistema y ya tener electricidad sustentable por la que no tienen que pagar nada”, explica el cofundador de ALTEDH.
La energía solar no es la única opción de energía renovable que existe en el mundo, aunque es la más común para uso personal. La empresa española Vortex pretende aportar una forma de energía eólica que ahora no existe y que puede apoyar a la energía solar para generar mayor cantidad y calidad de energía a precios mucho más bajos que los que existen ahora.
“Entre Vortex y ALTEDH lo único que cambia es el método de generación de energía, todo dependerá de la zona en que lo haces. México es un país ideal para [energía] solar e ideal para la eólica. Pero ahorita es mucho más rentable la energía solar porque hay mucho más desarrollo y fabricación en serie de paneles solares que molinos tipo Vortex que apenas están desarrollándose”, diferencia Jacobs su proyecto respecto a Vortex, desarrollado por unos españoles en la Universidad de Harvard en Estados Unidos.
VORTEX Y LA ENERGÍA EÓLICA
El aerogenerador sin aspas que Vortex utiliza para generar energía es un cilindro vertical de fibra de vidrio que se ancla en el terreno. “Es como poner un cono de helado sin helado, hacia arriba, y que oscila”, explica David Suriol, uno de los tres fundadores de esta compañía.
La energía eléctrica se genera por la deformación que el cilindro sufre al entrar en resonancia con el viento. Vortex es capaz de extraer del aire un 40 por ciento de energía, cuando el límite es 59 por ciento.
“Lo más difícil fue encontrar la manera de generar energía constantemente”, explica David. “A un rango de viento específico el cilindro empieza a oscilar, entonces hicimos unos imanes que se repelen con la oscilación; esa repulsión ayuda a que el mástil oscile constantemente”, agrega. Así es como genera energía todo el tiempo.
Los españoles David Suriol, David Yáñez y Raúl Martínez comenzaron con un negocio que producía narices artificiales. Seis años después lo vendieron para perseguir un proyecto nuevo e innovador: Vortex Bladeless —una empresa que diseña, produce y comercializa turbinas de viento sin cuchillas o aspas.
Los creadores del proyecto refieren que esta compañía se sustenta en un nuevo concepto de generación de energía, muy competitivo para los parques eólicos, en especial para las empresas de turbinas con aspas. Los costos de producción bajan en un 53 por ciento comparados con la de las turbinas convencionales, ya que no se usan partes móviles que requieran de lubricación o reposición: “Lo mágico es que se utilizan imanes y la estructura está flotando, no hay ni engranajes ni partes móviles en contacto”.
Tampoco hay componentes que pongan en peligro la vida de los pájaros o que puedan generar contaminación auditiva. Por tal motivo este proyecto —tras ganar el premio del Fondo de Emprendedores en 2010— recibió apoyo de la compañía Repsol y logró recaudar más de un millón de euros en Europa. “Cuando ganamos el dinero de Repsol y comenzamos con las pruebas nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo que nadie había intentado antes”, comparten los fundadores de Vortex.
Como ALTEDH, Vortex ha encontrado una manera de generar energía que es benéfica para el medioambiente; sin embargo, se enfrentan al mismo problema al de cualquier nueva empresa: introducir nueva tecnología en el mercado y conseguir el financiamiento adecuado. “Los bancos no quieren financiar algo que les es desconocido”, dice Suriol.
Lo anterior pese a que es claro que con este tipo de energías la reducción de costos no es sólo para las empresas que manejen los aparatos o para un gobierno municipal que decidiese utilizar este tipo de tecnologías en los hogares de sus habitantes. Los costos de energía bajan para el ciudadano común. De acuerdo con el español, “la diferencia de la energía que le compras a una compañía y de la que tú produces es que por la tuya no pagas. Con la energía solar y eólica no hay costo más allá que el de la instalación, y el mantenimiento es barato: cuanto más energía generes más barato será”.
“LES CAMBIAS LA VIDA”
Los métodos para el uso de la energía solar y eólica apenas están siendo explorados en México y en su mayoría resultan atractivos para jóvenes universitarios. Es el caso de Jerónimo Castrillón, un estudiante de Ingeniería de la Universidad Iberoamericana que trabaja para la empresa Climatik. Esta compañía se encarga de evaluar el recurso eólico y solar.
Castrillón cuenta que en varios congresos de energía eólica las supuestas tecnologías revolucionarias son expuestas y generan mucha expectación. Sin embargo, suelen quedarse en la fase de mero proyecto, “rara vez una compañía que quiere invertir grandes cantidades de capital va a hacerlo confiando en el actuar de un prototipo”.
Considera que aún “se requiere mucho tiempo, muchas simulaciones y pruebas de campo para asegurar el valor comercial real de uno de estos prototipos”. Y agrega que en el caso de que, en efecto, lleguen a cumplir todas estas pautas impuestas por quienes rigen sobre la industria eólica, “se verían absorbidas por los grandes productores de generadores eólicos”.
Al hablar sobre países que cuentan con zonas en las que conseguir energía puede parecer imposible, David Suriol comenta por su parte: “Estamos desarrollando un proyecto en la India, y digo la India porque puede ser Haití o lugares que tienen zonas a las que es muy difícil llevar energía y es muy cara. Si le damos un Vortex de poca potencia (100 watz) a toda esa gente que no tiene acceso y lo complementamos con una placa solar de 125 watts y una batería les damos energía suficiente para tres bombillas led y una televisión, les cambias la vida con eso”.
Frente a la situación en México, un país donde hay 600 000 hogares que carecen de electricidad, Yusef Jacobs propone una solución ideal: “Que al igual que el gobierno tiene un subsidio enorme a la electricidad, le diera un subsidio a las energías renovables, entonces los usuarios podrían pagar todavía menos. O sea, hay comunidades en las que el subsidio a la CFE es hasta del 58 por ciento, si les dieran un subsidio así a nuestro sistema pagarían menos de un peso. Sería lo ideal”.