A dos semanas de los comicios del 7 de junio, más candidatos
políticos han sido asesinados. El último en caer fue Luis Manuel Lara, ex líder
municipal del PRI de Tierra Blanca, Veracruz. El tricolor fue acribillado en
una carretera cuando conducía su camioneta el miércoles 20 de mayo. Pocas horas
antes, Jehová de la Cruz Gallegos, coordinador de la Unión Campesina Oaxaqueña
(UCO) del PT de Juchitán de Zaragoza, en Oaxaca, corrió la misma suerte. Pero
el sangriento recuento, en solo un mes, no acaba aquí.
Enrique Hernández aparece inquisitivo en un video de YouTube
fechado hace cinco meses. En él se enfrenta al presidente de Yurécuaro,
Rigoberto López Serrato, cuando este había terminado de dar su tercer informe
de gobierno. Le acusa de “corrupto y mentiroso”. Hernández fue líder de las
autodefensas de esa localidad de Michoacán y era el candidato a la alcaldía por
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en las próximas elecciones
intermedias. Fue asesinado el jueves 14 de mayo mientras daba un mitin en la
plaza del pueblo.
En una entrevista para Grupo Imagen Multimedia, José Martín
Godoy, procurador de Michoacán, dijo que “se investiga algún nexo por las
actividades de Enrique Hernández como exlíder de las autodefensas en
Michoacán”. Y añadió que el asesinato del candidato municipal “no pone en
riesgo las elecciones”. El antaño autodefensa estuvo detenido en 2014 por el presunto
asesinato de Gustavo Garibay, alcalde de Tanhuato, pero fue absuelto por falta
de pruebas.
El 20 de mayo, Valentina Rosendo Cantú renunció a su
candidatura por Morena a la alcaldía de Acatepec, Guerrero, por una “cuestión
de seguridad”, ya que había sufrido amenazas mucho antes de empezar la
contienda electoral.
Héctor López Cruz, candidato del PRI a noveno regidor de
Huimanguillo, en Tabasco, también fue asesinado el 14 de mayo. Unos hombres
armados le acribillaron en el exterior de su vivienda cuando regresaba de un
acto de campaña.
Doce días antes, el 2 de mayo, Ulises Fabián Quiroz, candidato
de la alianza PRI- PVEM a la alcaldía de Chilapa, Guerrero, fue ejecutado a
balazos. La Procuraduría General de la República (PGR) afirmó que un grupo armado
detuvo el coche del político en una carretera próxima a la cabecera municipal
y, después de golpearlo, lo asesinó. El eslogan de campaña de Fabián Quiroz
rezaba: “Por un Chilapa con orden y paz”
Debilidad institucional
Varios crímenes se han cometido en algunos de los estados más
violentos de México, como Michoacán y Guerrero. Estos actos ensombrecen aún más
el proceso electoral infundiendo miedo y temor entre la población. En opinión
de Alberto Mendoza, consultor de comunicación política, “la violencia afecta
directamente a la vida democrática. Afecta a todos los aspectos de la vida de
los ciudadanos, y el ámbito político y electoral no escapa del problema”.
Más aún, el experto refiere que si bien la muerte de candidatos
en otros países se tilda llanamente de terrorismo, en México el impacto de
estas muertes “se diluye en un problema mayor, que es el del narcotráfico y la
debilidad institucional en algunos territorios, donde lógicamente hay otras
muchas víctimas no vinculadas a la política”.
La empresa consultora Integralia señala que desde 2008 han sido
asesinados 24 candidatos a puestos de elección popular.
Hay lugares con una presencia amenazante que impide o dificulta
cosas tan simples como hacer una encuesta o una investigación electoral. De hecho,
hay zonas donde no se pueden hacer o, si se hacen, se debe acordar previamente
con quien domine la plaza para que no confundan a los encuestadores con agentes
del orden o de otro grupo rival. De lo contrario, puede ocurrir alguna
desgracia.
Ninguna formación, de izquierda o de derecha, está inmune a la
violencia. Una violencia que tiene grados. Destaca por su crudeza el caso de
Aidé Nava González, candidata del Partido de Revolución Democrática (PRD) a la
alcaldía de Huacuotzingo, en Guerrero, que fue tiroteada y decapitada el pasado
mes de marzo. Sobre su cuerpo había un mensaje escrito en una narcomanta
atribuido al cartel de Los Rojos. En él advertían que otros políticos
encontrarían el mismo destino que Nava González. “Esto le va pasar a todos los
putos políticos que no se quieran alinear y putos chaqueteros. Atte: Puro Rojo
ZNS”.
Más afortunados fueron estos tres candidatos: Luis Walton
–candidato a la gubernatura de Guerrero por Movimiento Ciudadano, quien
denunció el 26 de abril que un comando armado le había apuntado en Chilapa–,
Silvia Romero –candidata a diputada por el PRD, que estuvo secuestrada 24 horas
y Juan Mendoza Acosta –el candidato del PRD a la alcaldía de San Miguel
Totolapan, Guerrero, quien fue secuestrado el 5 de mayo y liberado pocas horas
después.
Democracia imperfecta
Ante esta ola de violencia, el dirigente nacional del PRD,
Carlos Navarrete, hizo un llamado a todos los partidos políticos a no
amedrentarse frente a la delincuencia. “Los delincuentes no van a impedir que
los mexicanos salgan a las urnas a votar con libertad el 7 de junio” y emitió
una serie de recomendaciones a todos los candidatos para tomar medidas
preventivas.
En cualquier país, las campañas electorales deberían servir
para que los contendientes expongan sus ideas y programas. Para que entren en
contacto con los electores, así como para que voluntarios y simpatizantes
puedan hacer su parte movilizando votantes y dando a conocer su opción
política. Esto definiría el índice de democracia. Una democracia que está en
crisis de legitimidad, ya que, según Daniel Vázquez Valencia, coordinador del
Doctorado en Ciencias Sociales de la Flacso (México), “los partidos políticos
no reconocen ni la crisis ni las fuentes de la misma, es como si vivieran en
otro México así que tenemos dos México, uno donde viven los actores estatales y
otro, donde estamos todos los demás mexicanos”. Y es que la violencia ha
colmado todos los espacios de la vida social en México, incluida la política.
“Además de estos asesinatos, el hecho de que municipios, gobernadores, jefes
militares, estén coludidos con el crimen organizado ya nos habla de esta
alteración. Es la conformación de lo que se ha denominado narco-estado”, añade
Vázquez Valencia.
Un estudio de The Economist Intelligence Unit (EUI) señala a
México como una “democracia imperfecta”, con un índice de 6.68 sobre 10. Esta
cifra se mide en aquellos estados que tendrían elecciones libres y justas y
derechos básicos respetados, pero presentan debilidades en otros aspectos como
bajo nivel de participación, acceso a las urnas, proceso electoral y pluralismo
o gobernabilidad. Los países han sido clasificados en cuatro categorías:
“democracias plenas”, “democracias imperfectas”, los que
tienen modelos “híbridos” y los “regímenes autoritarios”.
Rodrigo Salazar Elena, coordinador de la Maestría en Gobierno y
Asuntos Públicos de la Flacso, cree que en esta democracia imperfecta que sería
México hay lugares en los que debería cuestionarse hasta qué punto es viable
celebrar elecciones. Aunque estos últimos asesinatos hayan sido cometidos a
nivel municipal, no le resta gravedad, ya que, según el investigador, “si el
crimen organizado tiene una presencia tal en ciertas zonas, la idea de voto
libre carece de realidad porque las autoridades electas en esas condiciones no
son representativas de nada”.
El hecho de que mueran asesinados candidatos es parte de un
fenómeno general: la vida en esas comunidades no es normal, y los distintos
órdenes de gobierno no están cumpliendo la tarea de normalizar ese entorno de
inseguridad. “No es lo mismo poder desplazarte tranquilamente por un estado o
un municipio para hacer campaña que tener que evitar ciertos recorridos,
hacerlo rodeado de elementos de seguridad, sufrir amenazas o sentirte
intimidado para ejercer un derecho básico como lo es el voto”, explica el
periodista Alberto Mendoza.
La violencia también puede inhibir a algunas personas a la hora
de votar, aunque hasta ahora en México se ha votado a pesar de la situación.
“Por eso es importante que se coloquen todas las casillas, y que la elección
democrática sea la vía para cambiar las cosas. Que los ciudadanos votaran sin
problemas sería una buena noticia”, concluye el especialista.