La sustentabilidad debe ser un estilo de vida llevado al límite de lo posible y no una moda que se expanda peligrosamente, así lo considera Juan Carlos Baumgartner, arquitecto y socio fundador de la firma internacional de arquitectura Space.
Mientras mira el segundo piso del Periférico de la Ciudad de México desde las oficinas de Space —la firma con la que ha diseñado aproximadamente millón y medio de metros cuadrados sustentables—, Baumgartner asegura que las políticas públicas de sustentabilidad en México deben estar mejor vigiladas por los funcionarios.
“El Periférico pudo haber sido mejor planeado, debieron poner más cuidado a la estética; además, esta obra ya se volvió insuficiente en poco tiempo”, señala el arquitecto que recibió el Silver Design Award en proyectos sostenibles por las oficinas de Google México.
Y no sólo el Periférico y la insuficiencia de otras principales arterias son el problema de todos los días en la Ciudad de México: la ínfima calidad del transporte público impide que millones de conductores renuncien a la comodidad de sus autos.
“Hay mucho que hacer en el tema de transporte público. Todos los que tenemos coche no vemos una alternativa decente de transporte… ¿cómo harías para que todos los que tienen auto salgan de él? La única alternativa que tenemos es horrible (el metro).”
Al pasar al tema de la arquitectura sustentable, me vienen a la mente las azoteas verdes en las colonias Roma, Condesa y Polanco, pero no logro recordar espacios de este tipo más allá de esta zona de la ciudad. Pregunto a Baumgartner si estos proyectos son exclusivos también de un sector social.
“Son proyectos elitistas porque las clases altas son las pocas que tienen la iniciativa, la conciencia y, sobre todo, los recursos.”
Si bien es claro que la pirámide de las necesidades afecta sobremanera el tema de la sustentabilidad, para Baumgartner el tema de las políticas públicas es fundamental: “Permiten influir en los sectores desfavorecidos de la sociedad para concienciar y lograr un impacto positivo y un equilibrio entre desarrollo y ecología que impacta directamente en la calidad de vida de las personas”.
—¿Lo primero —y lo último— que le darías a esta ciudad como arquitecto?
—Sustentabilidad, es una obsesión personal. Desafortunadamente los mejores ejercicios en el tema no son a escala urbana o de política pública, sino de instituciones o individuos, empresas o desarrolladores.
—¿Los últimos proyectos verdes que viste?
—Los mejores proyectos verdes son de corporaciones que se están metiendo mucho en el tema y el nicho que más reduce su huella de carbono. Habrá que darle una revisada a fondo y a futuro al tema de sustentabilidad en la Ciudad de México.
—Azoteas verdes, jardines verticales, ¿un inicio?
—Si bien es una élite la que los desarrolla, una solución para una base más amplia son los parques… al DF le faltan parques. Y si bien hay camellones que se han adaptado y la gente se los apropia, esto no es suficiente, tenemos que asegurarnos de que la ciudad no siga creciendo hacia zonas sin vegetación ni árboles.
—El nuevo aeropuerto…
—Al DF le urge dramáticamente un aeropuerto de primer mundo, el que tenemos está sobrepasado en ambas terminales. Norman Foster sin duda es el gurú de la arquitectura de ese tipo de proyectos, creo que será muy exitoso.
—¿Qué harías con el actual?
—Regresarlo en la medida de lo posible a la sociedad, es una gran oportunidad para convertirlo en un pulmón verde, darle un uso benéfico para los capitalinos. Entre la inseguridad y lo poco humana que es la ciudad nos hemos vuelto introvertidos y nos hemos dejado de apropiar de los espacios públicos.
—¿Menos es mejor?
—Sí, desde el punto de vista de sustentabilidad lo es. Procuramos tenerlo como filosofía de vida individual y como empresa. En Space buscamos llevar nuestros proyectos al extremo de la sustentabilidad.
—La moda verde, ¿un riesgo?
—El riesgo de la moda verde es que se está subiendo mucha gente que no necesariamente entiende de qué se trata y lo “sobresimplifica”. Afortunadamente los clientes solicitan certificaciones internacionales que tienen estándares, metodologías y procesos de medición de sustentabilidad de los proyectos, lo cual ayudará a filtrar a quienes lo toman como una pose de quienes estamos realmente comprometidos.