Al menos 43 personas murieron este miércoles en un ataque contra un autobús que transportaba a musulmanes chiitas en Karachi, la principal ciudad del sur de Pakistán, víctima de la violencia comunitaria que azota el país.
Seis hombres armados, que circulaban en moto, abrieron fuego contra el vehículo en el que viajaban unos 60 ismaelíes, una corriente minoritaria del islam chiita.
Los asaltantes dispararon primero contra el chófer y, cuando se detuvo el autobús, abrieron fuego contra los pasajeros de forma indiscriminada, explicó un responsable de la policía local, Najeeb Ahmed Khan.
Las televisiones locales difundieron las imágenes de un autobús rosa manchado de sangre y de los familiares de las víctimas que se precipitaban hacia los hospitales con la esperanza de hallar supervivientes entre la decena de heridos.
Según la policía, hay 16 mujeres entre las víctimas del ataque. Los chiitas representan cerca del 20% de los 200 millones de habitantes de Pakistán, un país de mayoría sunita.
Ningún grupo ha reivindicado el atentado, que podría llevar el sello de Lashkar e Jhangvi (LeJ), un grupo extremista sunita que ha perpetrado numerosos ataques contra los chiitas en el país.
En Pakistán, los ataques contra esa minoría se concentran sobre todo alrededor de Quetta (suroeste), Parachinar (noroeste), Gilgit (noreste) y cada vez más en Karachi, una ciudad de unos 20 millones de habitantes que ya sufre enfrentamientos entre grupos armados vinculados a partidos políticos.
(Con información de AFP)