Luego de darse a conocer un video por la cadena estadounidense Telemundo en el que se muestra a Angélica Rivera y sus hijas realizando compras en un centro comercial de Beverly Hills, la opinión pública en México se ha expresado sobre los excesos de la familia presidencial que, pese a que la situación económica y social de México atraviesa por momentos delicados -y ante los que se esperaría una actitud más empática con la sociedad mexicana-, demuestra una indiferencia grotesca ante los problemas del país, como lo señala el historiador y analista político Lorenzo Meyer Cossío.
Previo al evento en el que se anunció el amparo interpuesto por un grupo de periodistas y ex colaboradores en el espacio radiofónico de Carmen Aristegui para exigir la restitución de la comunicadora y su equipo de trabajo en el espacio original de MVS -apelando a una violación de los derechos de las audiencias en términos de la Ley Federal de Telecomunicaciones-, Meyer expresó que “los políticos mexicanos parecen vivir en otro planeta”.
(Beverly Hills) “demuestra la ausencia de empatía en un país que tiene a la mitad de su población en la pobreza -clasificada por los mismo indicadores del gobierno-. Un país con una economía mediocre que desde 1982 realmente no crece y sin embargo su clase política parece vivir en otro planeta”, señaló el analista que colaboraba regularmente en el espacio radiofónico de Aristegui en MVS, ahora fuera del aire por un mediático conflicto entre la conductora y los dueños de la concesionaria.
Y es que, si se juntan los casos de “la casa blanca de las Lomas”, los vestidos de más de cien mil pesos en la visita de Estado a Londres con una comitiva de más de 200 personas, “lo de Beverly Hills no es más que un indicador de lo imposible que es la pregunta: ¿cómo puede esa clase política gobernar para un país de pobres si vive exactamente de la manera contraria?”.
Meyer afirma que “si ahí (en el gobierno) no hay escasez y sí existe el exceso, entonces, ¿los que se pueden dar una vida de excesos son los que determinan cómo va a vivir el grueso (de la población)?, es una contradicción(…) una falta de empatía”.
Al final y con voz pausada en el atrio del Club de Periodistas, Meyer concluye “no puede llevar las riendas del poder quien vive tan alejado de las formas cotidianas de los mexicanos”.