Una estadística del PEW Research Center muestra que el 14 por ciento de los adultos no entran en internet. Y ¿qué pasa con las generaciones que según las estadísticas deberían de entender la tecnología y en cambio se han vuelto reacios a ella? Sexismo, acoso, amenazas o violencia potencial, cuidado de la familia y el equilibrio trabajo-vida han creado un ambiente hostil para las mujeres que conviven en los campos de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), y ese número se está reduciendo, y ha sido otra de las evasivas en el entendimiento de la tecnología digital.
Hoy muchos dependemos de teléfonos, de permanecer conectados, trabajamos, vivimos y compartimos con la tecnología digital, a diario la utilizamos y necesitamos de su funcionalidad para poder agilizar nuestra vida rutinaria. Pero, ¿acaso la entendemos? Si bien no necesitamos entenderla cabalmente para utilizarla, sí debemos conocer cómo trabaja para evitar errores y crear soluciones e innovaciones.
La astenia a entender cómo actúa y es creada la tecnología digital es la oportunidad perfecta para disuadir cualquier posibilidad de resolver situaciones, aportar un valor agregado para mejorar el dinamismo con el que trabajamos, y en algunos casos emprender una idea de negocio o startup.
Si abrimos un poco más nuestra mente y creatividad, si nos damos la oportunidad de conocer el modo en que operan las cosas, un día nos podremos encontrar con que nuestro cerebro llega a estructurar una respuesta, innovar en algún campo de nuestro interés y hasta generar una idea millonaria conectando nuestras experiencias y el conocimiento que hemos puesto en la tecnología, y en ese momento existirá un beneficio completo.
Pensemos por ejemplo en Uber, la compañía más odiada por los taxistas de las principales ciudades del mundo. Las compañías de taxis tradicionales no requerían entender la tecnología digital hasta que apareció una aplicación para dar servicio de transporte privado. O el caso de Airbnb, una aplicación de uso amigable que ha llegado a alertar a las cadenas hoteleras, brindando la capacidad de ofertar y demandar habitaciones, departamentos y casas completas en muchos destinos en donde el hospedaje llega a tener un precio muy alto.
Administrar o ser presidente de una empresa en años anteriores no requería tener conocimientos tecnológicos o de un mayor entendimiento de la tecnología que el de saber utilizarla. Los cambios y dinamismos en los procesos de comunicación y trabajos corporativos obligan a las empresas a contar con directivos con una visión tecnológica.
Hemos advertido el crecimiento exponencial de nuevas empresas utilizando todas las herramientas innovadoras que están al alcance, y también nos hemos percatado de muchos corporativos que al no contar con una visión tecnológica han perdido terreno o terminan sucumbiendo a las actualizaciones de los mercados.
No solamente puestos altos y de ejecutivos son los beneficiados con el buen entendimiento de las nuevas tecnologías. Las amas de casa podrían resolver situaciones habituales, así como emprender negocios desde la comodidad de una tableta, o los pequeños negocios podrían crecer e impulsar sus productos y servicios apoyándose en aplicaciones, logística y demás atajos que ofrecen los nuevos descubrimientos en las áreas STEM.
Solo necesitamos estar más abiertos a experimentar, preguntar, leer y atrevernos a conocer y entender cómo trabajan los aparatos, aplicaciones y gadgets que manipulan nuestras vidas.