Primero, la incontrolable emoción de salir de vacaciones: recorrer el mundo, conocer lugares distintos, salir de la rutina y comprar decoraciones para la casa. Después, el remordimiento: tanta gente que no tiene que comer y nosotros viajando como si el mundo nos perteneciera.
¿Cómo sería si descubriéramos que hay una nueva forma de viajar? ¿Una más consiente en la que podemos ayudar mientras conocemos el mundo?
El ecoturismo está de moda; es una forma de turismo que se encarga de preservar las zonas naturales y de hacer de los destinos turísticos algo cómodo para sus visitantes sin estropear lo que la naturaleza nos ha dado. Hay para quienes esto no es suficiente, ahora hay quienes se dedican a mezclar este tipo de viajes de ecoturismo con aventura y voluntariado.
“Nosotros le llamamos turismo alternativo y es la mezcla de aventura, ecoturismo y voluntariado, todo dentro de una misma experiencia” explica Sebastián García López, cofundador de la organización Nomad Republic. “Esto con el fin de que nuestros viajeros conozcan realmente los países que visitan, porque creemos que solo puedes conocer un lugar a fondo cuando conoces a su gente” continúa.
Lo interesante de este tipo de proyectos, que comenzaron hace varios años en otros lugares del mundo y que hasta ahora llegan a México, es que no llegan a imponer proyectos de voluntariado a comunidades que ellos creen son las más necesidades. “Conectamos directamente con ONGs y con una empresa de voluntariado que se llama Seeds, así no llegamos a imponer un proyecto, lo que hacemos es que a través de ciertos talleres y actividades que hacemos con la comunidad resaltamos las principales problemáticas que hay y con base en ellas realizamos los proyectos de voluntariado”, habla Sebastián cuyo interés por este tipo de actividades de voluntariado nació desde que salió de preparatoria en 2010.
Muchas veces queremos viajar y no tenemos ni la menor idea de lo que queremos hacer, no sabemos a donde queremos ir, y cuando tenemos alguna idea de lo que queremos no sabemos como hacerlo. Para eso están estas empresas: para ayudarnos a ayudar y llevarnos a conocer el mundo, porque es verdad lo que Sebastian dice “relacionándonos con la gente de un lugar es como realmente conocemos”.
Estos jóvenes han llegado a lugares distintos del mundo por razones muy diferentes a la creación de nuevas rutas y sin embargo se les han presentado situaciones que no pueden dejar de lado. “Yo fui a Jordania con mis hermanos de vacaciones y decidimos ir a Petra, íbamos en un plan de bajo presupuesto y encontramos que podíamos quedarnos en una cueva con un beduino real. Todos emocionados llegamos a la cueva con Abdula -un beduino que nació en Petra y toda su familia es de ahí-. Hicimos una relación increíble con él y platicando salió el tema del voluntariado. Ahorita es nuestro mejor viaje porque somos la única organización en el mundo que tiene voluntariado ahí”, cuenta Sebastian mientras sus compañeros de trabajo ríen de la bizarra experiencia.
Otra de las opciones de voluntariado que hay es la que se da a grupos de universitarios, así podemos cumplir nuestro servicio social con este tipo de empresas que además de darnos una increíble oportunidad de conocer el mundo nos dan la opción de proporcionar una ayuda real, a personas en verdad muy necesitadas y sobre todo cubriendo necesidades reales de esas personas. ¿Quién no querría hacer su servicio social en Tailandia en lugar de en una fría oficina en el Distrito Federal?
Lo increíble del asunto es ver que tantos jóvenes se preocupen por el bienestar de los demás y no solo por el de ellos mismos, tan solo la idea de que existe un enorme mercado para este tipo de viajes que implican -aunque sea solo por unos días- dar nuestro tiempo de vacaciones a las necesidades de los demás es una gran esperanza para el futuro de un mundo que hasta el día de hoy parece solo estar en guerra.