Pagofácil es una empresa mexicana especializada en fabricar herramientas para que sus clientes le puedan cobrar a sus clientes. De acuerdo con la revista Forbes, la compañía es una de las 30 promesas de negocios en México debido a que, de manejar transacciones por 11 millones de pesos en el año 2013, el 2014 lo terminó operando con alrededor de 750 millones.
Eugenio Perea es el genio creativo detrás de la compañía. Nacido en México, Distrito Federal, hace 43 años, su formación académica es por completo ajena a la labor que desempeña en una de las empresas más pujantes de México, pues es trunco en ingeniería química y en mercadotecnia (que, por sí mismas, son profesiones completamente opuestas).
“Mi vida ahorita no se parece a lo que yo imaginé hace 15 años”, dice en entrevista con Newsweek en Español. “Era yo muy buen estudiante, pero pésimo en conducta. En ingeniería química mi vida estudiantil se desmoronó porque la carrera no me agradaba, pero entré porque mi papá me convenció y había una niña que me gustaba. Luego me fui a mercadotecnia y me fue peor. Ahí una maestra dijo que la mercadotecnia es la ciencia de descubrir las necesidades escondidas de la gente para satisfacerlas… Y yo dije: ‘A ver, vamos a ser honestos, la mercadotecnia utiliza conocimientos de psicología para convencer a la gente de comprar productos’. Así lo dije en clase y me tacharon de retrógrado. Luego otra maestra explicaba que la principal responsabilidad de la empresa es con la sociedad y con su entorno, con sus vecinos… ‘Perdón —interrumpí—, pero eso no es correcto: la primera responsabilidad de una empresa es con sus accionistas, y no lo digo yo, lo dice la ley de una empresa pública’. Todo el mundo dijo que era yo un dinosaurio, que ese era pensamiento setentero. Estaba yo muy desesperado, no la pasaba bien, y me salí.”
Luego de trabajar como consultor en una compañía de su padre y, posteriormente, en varias empresas privadas, un día repentinamente se quedó sin trabajo, justo cuando estaba recién casado. “En ese momento dije: no quiero volver a trabajar para nadie porque no quiero que esto me pase a los 50 años con cuatro hijos.”
Así emprendió su propio negocio de mystery shopper(cliente incógnito) y, años después, crearía la gran estrategia con la que Pagofácil se ha convertido en una de las empresas más importantes del mercado.
Revela Perea: “Es un negocio de mucho volumen. Nos tomó 22 semanas, en 2013, juntar nuestro primer millón de pesos en transacciones, y cerramos el año con 10 millones. Y en 2014, el primer millón nos tomó 15 días; el segundo, 14; el tercero, 13; el siguiente, 12… Ahora tardamos 2.25 días en recopilar el último millón, y tenemos que cerrar el año con 2 millones diarios”.
Pagofácil comenzó como una empresa de medios de pago, es decir, fabricaba herramientas para que los comercios pudieran cobrar a sus tarjetahabientes. No obstante, hoy “lo que estamos haciendo es invertir en abrir nuevos canales y crear una plataforma de transferencia de valor donde las personas, las pymes y las grandes empresas puedan transferir valor de un lado a otro de manera segura, barata, eficiente”.
Finalmente, Eugenio Perea manifiesta que su perspectiva como empresario mexicano es de mucha fe en el México de hoy y el del futuro.
“Yo sé que no está muy de moda ese pensamiento, pero somos la decimocuarta economía del mundo y tenemos crecimientos que no se ven ahorita en Europa; no ha sido nuestro mejor año de la historia, pero toda la macroeconomía está bien. Tenemos una ventana de oportunidad, el famoso mexican moment, y Pagofácil debe ser una de las muchas piezas que permitan que este país alcance su potencial de estar en la lista de las 10 mejores economías del mundo en los siguientes 15 años.
“Y tenemos que transitar al aquí sí se puede —finaliza—. Hay un crucial tema de consecuencias para este país, mi gran queja es que no hay consecuencias ni buenas ni malas: si te portas mal no hay mala consecuencia, si te portas bien no hay buena consecuencia. Tiene que haber un cambio de mentalidad, vamos a jalar parejo, vamos a aceptar que no todos podemos ser millonarios en esta vida, pero sí podemos trabajar para que a nuestros hijos les dejemos un país donde sí pueden ser ricos y tener una vida en paz.”