En 2011, Terry Gou, el presidente de Foxconn de Taiwán, el mayor fabricante de componentes de computadoras del mundo, se apareció en una fiesta de empleados y anunció que reemplazaría a los trabajadores que rocían, sueldan y montan productos para Apple, Sony y Nokia con un millón de robots en tres años. Gou quería reducir los crecientes costos de mano de obra despuésde que los escándalos sobre las onerosas condiciones de trabajo y los suicidios de obreros le habían obligado a aumentar los salarios. Aunque Foxconn aún no ha cumplido con su plan, la compañía ya ha añadido miles de robots a su personal.
Otras compañías, entre ellas, la cadena de restaurantes Panera, el gigante de las comunicaciones PG&E y muchas otras, están haciendo movimientos similares. Si las tendencias se mantienen, las máquinas inteligentes, es decir, computadoras y robots equipados con inteligencia artificial, agotarán el mercado de trabajo profesional en la próxima década tan despiadadamente como la automatización y los robots lo hicieron con las líneas de montaje en la década de 1980.
La mayoría de los pronosticadores están de acuerdo en que los trabajos de nivel medio, como las labores fabriles y el trabajo de oficina son los que presentan el mayor riesgo. Desafortunadamente, estos representan una gran parte de las carreras profesionales disponibles en la actualidad. Un estudio realizado en 2013 sobre la propensión de los trabajos a la automatización llegó a una conclusión pasmosa: “Cerca de 47 por ciento del empleo total en Estados Unidos se encuentra en la categoría de alto riesgo… Son trabajos que esperamos que sean automatizados relativamente pronto, quizás en la siguiente década o dos”.
Los empleos en el transporte y la logística, dice Carl Benedikt Frey, del Programa sobre los Impactos de la Tecnología Futura de la Escuela Oxford Martin, podrían desaparecer permanentemente. En parte, esto se debería a la proliferación de vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés), mejor conocidos como drones. Los UAV parecidos a minihelicópteros alimentados por baterías y equipados con tecnología GPS, sensores de radar ultrasónico, cámaras, bancos de memoria y comunicación podrían surcar el cielo dentro de una década. El año pasado, el Consejo Nacional de Seguridad Vial de Estados Unidos invalidó una prohibición a los aviones no tripulados, emitida por la Administración Federal de Aviación, que tendrá nuevas reglas para su operación este mes. Mientras tanto, muchas compañías ya están por invertir en tecnología UAV, entre ellas, Amazon, Aeryon Labs, la joven empresa Skycatch y Google, a través de su adquisición del espacio aéreo de Titan. Una vez que los aviones no tripulados sean desplegados, es casi indudable que tendrán un impacto en los empleos: imagine retirar todos los paquetes de Amazon de los camiones de reparto y de las maletas de entrega y ponerlos en el aire.
Dado que tienen que seguir las reglas del camino (o del cielo), los trabajos en el sector del transporte y de la logística son particularmente vulnerables a la invasión de máquinas inteligentes, afirma Richard B. Freeman, codirector del Foro sobre el Empleo y la Vida Laboral de la Facultad de Leyes de Harvard, y director del Programa de Estudios Laborales de la Oficina Nacional de Investigación Económica. Lo mismo ocurre con los trabajos de apoyo en las oficinas. “Siguen reglas, lo que quiere decir que pueden ser descritos por programas informáticos”, dice Freeman. Las carreras en las labores de servicios, donde ha ocurrido el mayor crecimiento en el número de empleos en Estados Unidos durante las últimas décadas, son “muy propensas a la computarización”. Freeman destaca ejemplos como ATM y los quioscos automáticos de venta de boletos, donde los robots ya ocupan muchos puestos de atención al público.
Pero las máquinas inteligentes pueden hacer más que simplemente seguir reglas. Usando grandes conjuntos de datos y procesos analíticos sofisticados, también pueden tomar decisiones. Es por ello que Freeman piensa que cuando las máquinas inteligentes comiencen el proceso de reemplazo, “los médicos, abogados y contadores serán los siguientes”.
Por ejemplo las máquinas inteligentes pueden realizar muchos aspectos del trabajo de un radiólogo, como leer y analizar patrones en los exámenes corporales. Los oncólogos del Centro Memorial Sloan-Kettering de Nueva York usan la computadora Watson de IBM no solo para diagnosticar el cáncer, sino también para desarrollar planes de tratamiento individuales para los pacientes. Watson coloca los síntomas, de cada paciente, así como sus antecedentes médicos, familiares y genéticos, dentro del contexto de los grandes conjuntos de datos disponibles: más de 600 000 informes médicos, 1.5 millones de registros de pacientes y ensayos clínicos, y 2 millones de páginas de textos de revistas médicas.
En los grandes bufetes jurídicos, el sistema Clearwell de Symantec escanea sus propios conjuntos de datos, explorando miles de resúmenes y precedentes legales para realizar las investigaciones previas a los juicios. El escribano más incansable del mundo no puede hacer lo que este sistema hace: analizar más de medio millón de documentos en dos días. Y pronto, las máquinas inteligentes deberán poder llevar a cabo algunas de las tareas más fáciles de los abogados, como redactar un testamento estándar o un contrato de divorcio simple.
El aprendizaje de las máquinas, que permite que el softwarese reprograme a sí mismo conforme recibe inmensas cantidades de nuevos datos, ocuparon los puestos “incluso de los ingenieros más listos”, de acuerdo con un informe sobre las máquinas inteligentes publicada en 2014 por Gartner, la empresa de investigación en tecnología informática. Al parecer, estas máquinas inteligentes pueden realizar trabajos de ingeniería en campos que van desde el pronóstico del clima hasta la gestión de servicios básicos: el Departamento de Obras Hidráulicas y Alcantarillado Metropolitano de Cincinnati emplea la plataforma de aprendizaje de computadora de GE para acelerar su respuesta ante condiciones de tormenta y desbordamiento.
La ausencia de necesidades humanas por parte de las máquinas, como salarios, sueño y alimentos, es una clara ventaja sobre los trabajadores de carne y hueso. Una ventaja menos evidente es la falta de susceptibilidad de una máquina inteligente ante las debilidades emocionales. Dado que las máquinas inteligentes carecen de prejuicios, algunos economistas prevén que asumirán el papel de los jueces de un tribunal, por ejemplo. En un estudio reciente se mostró que los jueces emiten más sentencias indulgentes después del almuerzo que antes del mismo, algo que ninguna máquina haría.
Incluso aquellas labores que, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) crecerán más en la próxima década están en riesgo. Tomemos por ejemplo las oportunidades de empleo para traductores e intérpretes, que según la BLS crecerán con un índice más alto (46 por ciento) que casi cualquier otra profesión de 2012 a 2022, y muy por encima del crecimiento promedio de 10.8 por ciento que se espera para todas las ocupaciones. “Aunque el software de traducción ha hecho que el trabajo de los traductores se vuelva más eficiente, estos trabajos no pueden ser completamente automatizados”, informa el BLS. “En la mayoría de los casos, las computadoras aún no pueden producir un trabajo comparable con el que realizan los humanos.”
¿O sí? Cuantos más datos registren los traductores de hoy, mejores serán las máquinas inteligentes de mañana. Por ejemplo, los datos de documentos de las Naciones Unidas, que son traducidos a seis lenguas por seres humanos, son usados por el software de traducción gratuita de Google para monitorear y mejorar el desempeño de distintos algoritmos de traducción automática.El destino de estos seres humanos podría traducirse en el desempleo.
No está claro si los trabajos que se pierdan debido al uso de máquinas inteligentes serán compensados por los trabajos generados por la necesidad de crear, programar, supervisar y atender a dichas máquinas. “Hay un enorme desacuerdo sobre si se crearán o se destruirán más trabajos en la nueva economía industrial digital”, señala Kenneth F. Brant, director de investigación de Gartner. “Nadie tiene un argumento definitivo claro.”
En realidad, la revolución cibernética produjo muchas oportunidades de empleo; Dell, por ejemplo, dio trabajo a aproximadamente 112 000 trabajadores en 2013. Pero a diferencia de aquellas computadoras tempranas, las más recientes máquinas se están volviendo los suficientemente inteligentes como para reprogramarse, e incluso para repararse, a sí mismas. Las máquinas inteligentes son capaces de dar mantenimiento predictivo y de prever en qué momento ciertos equipos, como los medidores de gas y de agua, deben ser reparados. Las máquinas inteligentes incluso podrán operar, dar mantenimiento y reparar otras máquinas, como los robots usados en la fabricación.
Por otro lado, es probable que los puestos ocupados por los seres humanos que programan originalmente las máquinas inteligentes se mantengan sin riesgos. “Los ingenieros de software nunca se volverán obsoletos, porque lo que hacen requiere mucha creatividad y originalidad”, dice Frey. Aunque los algoritmos como los que usa Google pueden analizar profundamente miles de páginas de información para encontrar patrones, el desarrollo de esos algoritmos en primer lugar es “un elemento humano en gran medida”, dice. Esa es también la razón por la que los trabajos ocupados por personas en campos creativos como el periodismo, la comedia y el drama se mantendrán sin cambios ante las máquinas inteligentes, de acuerdo con Werner Eichhorst, director de Política Laboral de Europa del Instituto de Estudios del Trabajo.
Las profesiones que muestran un crecimiento más notable son aquellas que requieren los conjuntos de habilidades más mundanas, anticuadas y sencillas. Entre ellas están ocupaciones como la de asistente de cuidado personal, que ayudan a los enfermos a vestirse y comer, y cuya habilidad principal es la compasión, y los albañiles, cuya competencia principal es tener un pulso firme. De hecho, la mayoría de las 31 carreras que se espera tengan un mayor crecimiento entre 2012 y 2022 no requieren una educación universitaria. Así que hasta que las máquinas inteligentes adquieran el nivel de benevolencia y destreza de un ser humano, esos trabajos no correrán ningún riesgo.
Y las máquinas inteligentes también podrían tener algún potencial no revelado. Estas generarán nuevos trabajos en el área del diseño, investigación y desarrollo, mantenimiento y supervisión, de acuerdo con Eichhorst. También tiene que haber alguien para entrenar a los nuevos propietarios y usuarios de las máquinas inteligentes. A diferencia de muchos especialistas en ciencias políticas, Eichhorst también prevé que las máquinas inteligentes y la digitalización generen nuevos empleos en las áreas de servicios sociales, atención sanitaria, investigación y educación.
Si el futuro nos depara menos oportunidades de empleo que hoy, también podría traer este agridulce resultado adicional: una mayor productividad de las máquinas inteligentes podría hacer que el precio de los productos se redujera, y este ahorro se transferiría al consumidor. Para quienes pierdan su empleo, tales ahorros podrían ser un regalo del cielo.