Una brújula electrónica podría ayudar a invidentes y discapacitados visuales a desplazarse utilizando minúsculas descargas eléctricas.
El bastón blanco, plegadizo, con regatón de caucho que utilizan 4.8 millones de invidentes y discapacitados visuales está por experimentar una transformación.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM), México han desarrollado un dispositivo que podría ayudar a que individuos con problemas visuales naveguen complejos ambientes fijos como hospitales, oficinas, escuelas y centros comerciales. La herramienta, sincronizada con mapas virtuales de ambientes cerrados instalados en la memoria y complementados con sistemas de posicionamiento global (GPS), emite descargas microeléctricas en el sistema vestibular del usuario (parte del oído interno que contribuye al equilibrio y la orientación) y de esa manera informa al usuario cuándo, dónde y cómo maniobrar.
El usuario recibe descargas con “corrientes de entre 0.15 y dos miliamperios, con intervalos de menos de tres segundos cuando tiene que girar a derecha o izquierda”, explica el director del estudio, Alfredo Víctor Mantilla Caeiros, profesor de mecatrónica en ITESM campus Ciudad de México.
A diferencia de cualquier otro instrumento para invidentes (como aplicaciones de mapeo para smartphones con salidas de sonido para navegación), el dispositivo no interfiere ni requiere de otros sentidos como oído o tacto. Además, calcula la dirección y cuenta la cantidad de pasos.
La combinación de mapeo y la capacidad GPS produce una tasa de precisión de 99 por ciento, asegura Mantilla Caeiros aunque, por supuesto, como todos los dispositivos de asistencia, se requiere de aprendizaje y calibración individual para garantizar la más alta precisión.
Existen otras tecnologías similares, como BrainPort V100, dispositivo de asistencia no quirúrgico para invidentes que pretendía mejorar la orientación, movilidad, identificación de objetos y lectura de puntos. El aparato recogía información con una cámara digital y la traducía en suaves patrones eléctricos sobre la superficie de la lengua.
El Dr. Richard Rosen, profesor y director de Ophthalmology Research en New York Eye and Ear Infirmary del Hospital Monte Sinaí trabajó en el desarrollo de BrainPort V100 y reconoce que no fue del todo eficaz en sus pacientes, por lo que se muestra escéptico en cuanto al potencial del dispositivo de ITESM. Dice que un obstáculo es que “algunas personas tienen problemas de equilibrio y el aparato puede exacerbarlos”. En ausencia de visión, el sistema vestibular no está bien equilibrado y en tal caso, la estimulación eléctrica puede afectar aun más el equilibrio y ocasionar fuertes mareos”.
Pese a todo, ITESM sigue adelante. El equipo ya ha diseñado y producido el primer prototipo y ha solicitado la patente. El siguiente paso, dice Mantilla Caeiros, es perfeccionar el proceso de calibración para responder mejor a las necesidades individuales de los usuarios.
@lizcelineb