Noticias recientes son nada indicativas de lo que un espíritu de limpia competencia debe brindar.
Se han juntado las historias alrededor de una industria deportiva sumamente lucrativa en Estados Unidos.
Entre el básquetbol de la NBA y el fútbol americano de la NFL podemos encontrar noticias recientes nada indicativas de lo que un espíritu de limpia competencia podría brindar.
Hemos detallado la situación de Donald Sterling y cómo la NBA hizo la venta forzada de Los Ángeles Clippers. Ahora el caso de los Atlanta Hawks y una supuesta comunicación de su dueño, Bruce Levenson, tiene extrañas señales.
Levenson “reconoce” que envió un correo electrónico cargado de racismo en el 2012, justo un año después de que hacía saber que le gustaría vender la franquicia.
En algún momento de tantas declaraciones alrededor del caso Sterling, se leyó que no era el único dueño con gestos racistas, la cuestión es que era complicado —precisamente por las implicaciones legales— siquiera mencionar cuál o cuáles serían los otros dueños en ese “club de la ignominia”.
El punto importante es que esto se va debatiendo entre si los estudios referidos en dicho correo electrónico van en el rango de “racialmente ofensivo” sin llegar a un racismo tan grave como el de Sterling.
Supuestamente, la opinión pública está siendo benévola con Levenson, al ser él mismo quien reportó esa comunicación.
Hay extrañeza por la manera en que la NBA ha manejado la información, pues al parecer sabía de esa información, probablemente la manera de colaborar con el organismo deportivo fue negociada en cuanto a la salida de los Hawks y hacer público el desliz.
Otro caso sumamente comentado es el del ahora excorredor de los Baltimore Ravens, Ray Rice.
Rice se encontraba hace meses en Atlantic City de visita con su entonces prometida Janay Palmer, cuando se dio un episodio de violencia entre la pareja, el cual se había castigado por parte de la NFL con un par de juegos de suspensión para el jugador.
La opinión pública de inmediato se encendió contra el comisionado Roger Goodell al percibir que la sanción era corta para un jugador, con una gran fuerza, golpeando a su mujer.
Es llamativo que Janay Palmer se casaría con Ray Rice mes y medio después del alterado, posterior a las medidas dictadas por la Corte al ser la primera denuncia que recibía el futuro esposo.
Mucho se menciona que Rice es un tipo sin mayores problemas, incluso la misma Palmer ha salido a hablar a favor de su cónyuge, pero el ruido mediático provocó el aumento de la pena por parte del comisionado Goodell.
Todo surge a partir de que TMZ Sports filtra el video captado en el elevador del hotel, el cual había permanecido quizá convenientemente oculto.
Es impactante observar cómo otra vez una prueba, que no es prueba, provoca una decisión fuerte por parte de un organismo rector de un major sport en los Estados Unidos.
¿Se puede manejar el término “mediocracia” entonces? Ellos deben estar felices, en la trinchera de una especie de Fuenteovejuna electrónica… con hambre de más casos estridentes.
Alejandro Aguerreberees columnista especializado en deportes. Colabora en varios periódicos y programas de radio y televisión tanto nacionales como internacionales. @Alejou