¿La SHCP o el DIF no verifican el funcionamiento de las casas hogar como la Domingo Savio, de Puebla?
Nadie imaginaba que tras esas paredes se escribía una historia de horror donde las víctimas eran menores de edad, hijos de madres solteras, abandonados, huérfanos o carentes de recursos económicos, a quienes les prometieron apoyos para conseguir un mejor futuro.
El inmueble, ubicado en la Calle 78 Poniente número 1313, de la colonia 20 de Noviembre, en la capital de Puebla, México, no tiene nada de particular. Se trata de una casa de un solo piso ubicada en una esquina, pintada de amarillo con vivos en color marrón, en cuya puerta hay un letrero donde se lee: “Casa Hogar Domingo Savio, A. C.”
La madrugada del sábado 14 de junio, policías ministeriales realizaron un operativo que se prolongó durante varias horas y cuyo resultado fue la detención de tres sujetos y el rescate de 33 menores de edad de entre cinco y 17 años, así como de 10 jóvenes de entre 18 y 24, en su mayoría originarios de Oaxaca, Puebla y el Distrito Federal.
La investigación inició cuando una de las empleadas, cuyo nombre está reservado en la averiguación previa 1768/2014/AESEX, acudió al Ministerio Público con tres niños para denunciar supuestas violaciones. Por desgracia, esto se confirmó durante las pesquisas y permitió que la noticia saliera a la luz pública.
Los orígenes
La “institución” se fundó en el ciclo escolar 2010-2011 con 10 niños, a los que se les daba educación de primero a sexto grado de primaria. En su página web1, dada de baja el lunes 16 de junio, se argumentaba que: “Empezó a funcionar porque el fundador creyó (en) la necesidad de apoyar a niños y jóvenes que realmente quisieran estudiar y no contaban con los recursos necesarios para lograr su objetivo en la vida”.
Hasta antes de su cierre, en el sitio se informaba que había 35 “beneficiados” que cursaban estudios de primaria, secundaria, bachillerato y hasta universitarios, apoyados por los fundadores del patronato: Crispín García Sánchez, Javier Valencia Ramos y Tomás Armando Durán Martínez, “tres personas que han querido dedicar su vida al servicio de los demás”.
El objetivo del organismo era “proporcionar a los niños y jóvenes la calidez de hogar, orientación psicológica, moral y espiritual a la par de su preparación académica. Así se contribuye con la sociedad integrando ciudadanos honestos, buenos cristianos que trabajen como profesionistas o dedicados al servicio de Dios”.
El nombre de la casa hogar corresponde al Santo Domingo Savio, discípulo de San Juan Bosco antes de que fundara la Orden Salesiana, quien murió el 9 de marzo de 1857, cuando tenía 14 años. Fue canonizado por el papa Pío XII en 1950.
Durante cuatro años, Durán Martínez se presentó como sacerdote salesiano originario de Yucatán, integrante de una familia “muy pobre” que pidió permiso para trasladarse a Puebla, ya que su “vocación de servicio” lo impulsó para trabajar en apoyo a niños de escasos recursos y desamparados.
De hecho, en la página había fotografías y videos de él vestido como sacerdote y en donde se le observaba oficiar misas y dar la comunión a los menores. No obstante, Enrique José Flota Ocampo, director jurídico de la Procuraduría General de Justicia de Puebla, aclaró que no era cura y que no hay vínculo alguno entre la casa hogar y la comunidad salesiana.
Por el contrario, el sujeto es contador público originario de Mérida, Yucatán, de donde huyó luego de que en 1999 se giró una orden de aprehensión en su contra por los delitos de corrupción de menores, abusos deshonestos y violación equiparada, acusaciones que ya prescribieron.
Los indicios inadvertidos
Vecinos de la zona declararon que nunca observaron algo “raro” o “irregular”. Los ahora detenidos, que se hacían llamar “hermanos”, llevaban a los menores al oratorio Don Bosco, a escuchar misa en una iglesia cercana y a jugar en las canchas de fútbol y básquetbol.
Sin embargo, algo que sí les generó dudas era que los supuestos sacerdotes pidieron a los propietarios de unos baños públicos de vapor que les dieran acceso gratuito, como apoyo a la casa hogar. Y aunque en un principio accedieron a la solicitud, cuando los tres sujetos insistieron en acompañar a los niños y jóvenes, se les pidió no utilizar más las instalaciones.
Ahora se sabe que Durán Martínez despojó a una anciana de una propiedad en la misma zona. El supuesto sacerdote convenció a Elvira Téllez, una devota de la tercera edad ya enferma, de que le cediera el inmueble, ubicado en la Privada de la Calle 78 Poniente número 7803, para instalar un dispensario.
Meses antes de su muerte, llevó a la señora Téllez ante un notario público para que le cediera los derechos de la propiedad que hoy está cerrada con un candado y en cuyo interior se puede observar un altar con imágenes de vírgenes y santos, así como un catre y otros objetos en completo desorden.
Los donativos
La casa hogar está registrada ante la Administración Jurídica Local de Puebla Sur de la Secretaría de Hacienda. Se le dio de alta como un organismo civil y fideicomiso asistencial por lo que, de acuerdo con el artículo 95, fracción VI de la Ley del Impuesto sobre la Renta, podía recibir donativos.
De esta forma, se estima que obtenía al menos 50 000 pesos mensuales por parte del Programa de Redondeo FEMSA y de su cadena de tiendas de conveniencia OXXO, además de despensas que le proporcionaba Cáritas, cobertores de la Fundación Baby Mink y otros apoyos en efectivo o en especie de la Fundación Dr. Simi.
Además, el Deportivo Parque España II la apoyaba en fechas como el Día del Niño o el Día de Reyes con la entrega de playeras, chamarras, toallas, tenis y balones para la práctica de diferentes actividades deportivas.
El director de dicho deportivo, Luis Otero Sánchez, declaró a un medio local que algo le llamó la atención el pasado 6 de enero. “Les llevamos juguetes que ellos recibían emocionados. Sin embargo, los hermanos seleccionaron los presentes, y cuando les preguntamos la razón, ellos respondieron que los pequeños estaban conscientes de que debían ser compartidos y llevar los mejores regalos a otros albergues”.
Lo que en un principio le pareció “un gesto maravilloso”, tenía otra finalidad. Los directivos sacaban provecho de todos esos obsequios al venderlos para así obtener una ganancia económica.
Uno de los últimos donativos fue de Volkswagen de México, que el pasado 13 de junio entregó 3 millones 118 000 pesos en beneficio de 24 instituciones de asistencia social en Puebla, entre ellos la Casa Hogar Domingo Savio.
Hoy se sabe que esa “institución” no aparece en la lista de la Unidad de Atención de las Organizaciones Sociales de la Secretaría de Gobernación y que el sistema estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) solo administra cuatro casas hogar: Casa Ángeles, Casa de la Niñez Poblana, Psiquiátrico Infantil y Casa del Adolescente.
Las acusaciones
Tras las primeras pesquisas se determinó que uno de los menores fue víctima de ataques al pudor, dos admitieron haber sido abusados sexualmente, uno más es atendido por corrupción de menores y otro fue víctima de violencia equiparada.
Por los hechos, la Procuraduría del estado inició seis averiguaciones previas. A Crispín García se le acusa de corrupción de menores incapaces o de personas que no podían oponer resistencia; a Javier Valencia, de violación y ataques al pudor, y a Tomás Armando Durán, de resistencia a particulares.
Sin embargo, el Ministerio Público amplió la acusación contra Durán Martínez y lo incriminó también por corrupción de menores, violación equiparada y violencia familiar equiparada.
Los tres fueron trasladados al Cereso de San Miguel y quedaron a disposición del juez noveno de lo Penal en la ciudad de Puebla. La investigación permanece abierta, pues se presume que pudiera haber otros implicados.
Los 33 menores fueron trasladados a la Casa de la Niñez Poblana y a la Casa del Adolescente, donde se evalúa su condición psicológica y médica; mientras, los 10 jóvenes fueron canalizados al Centro de Protección a Víctimas del Delito de la fiscalía estatal.
Al final, hay más preguntas que respuestas: ¿La Secretaría de Hacienda o el DIF a nivel estatal o federal no verifican el funcionamiento de este tipo de “instituciones”? ¿Cualquiera puede darse de alta y recibir donaciones? ¿Las empresas donantes no supervisan el destino de los recursos que entregan? ¿Se está financiando el horror, vía organizaciones que prometen un mejor futuro a niños, adolescentes y jóvenes, cuando en realidad se les está arruinando la vida? ¿Cuántas organizaciones similares más existen en el país?
Hannia Novelles periodista y conductora del noticiario de la televisión mexicana Proyecto 40. @HanniaNovell