Quien controla los medios de comunicación tiene un poder predominante sobre el resto de la población.
La reforma a la Ley de Telecomunicaciones es una reforma constitucional que fue presentada por el presidente Enrique Peña Nieto dentro del marco de los acuerdos y compromisos establecidos en el Pacto por México. Fue aprobada por la Cámara de Diputados el 25 de abril de 2013 y por el Senado de la República cinco días después. El 22 de mayo de 2013, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión la declaró constitucional. Y el 11 de junio fue publicada en el Diario Oficial de la Federación.
Por un lado, esta reforma fomenta la competencia con dos nuevas cadenas de televisión abierta con cobertura nacional, pero por el otro, las propuestas para las leyes secundarias incluyen artículos sobre la regulación de internet que han estado creando controversia, ya que se plantea que el gobierno cuente con autoridad para intervenir en el control del acceso y el contenido de la red.
Tendemos a creer que internet —en especial las redes sociales— es un espacio en donde somos libres, en donde podemos opinar, discutir, debatir y difundir información cuando queramos y como queramos. La realidad es que, aunque internet es una importantísima herramienta para la democracia de un país, puede ser visto por los gobernantes como una amenaza; un buen ejemplo sería Egipto en 2010, cuando el gobierno tuvo que censurar por completo internet y las redes sociales para impedir a sus habitantes comunicar al exterior su situación política y social, y para evitar que sus opositores se organizaran y planearan más movimientos en contra del entonces presidente, Hosni Mubarak, quien después de miles de manifestaciones y muertos, logró ser derrocado en febrero de 2011.
En México las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones y radiodifusión que propuso el presidente Enrique Peña Nieto han levantado dudas sobre lo que en realidad esta reforma significa, pues los artículos 145 y 197 hablan de un control parcial —y en algunas situaciones total— del contenido y del acceso a internet. En el artículo 145 se dice que los servidores de internet podrán “bloquear el acceso a determinados contenidos, aplicaciones o servicios a petición expresa del usuario, cuando medie orden de autoridad o sean contrarios a alguna normatividad”. En el artículo 197 ordena a los concesionarios de servicios de telecomunicaciones a “bloquear, inhibir o anular de manera temporal las señales de telecomunicaciones en eventos y lugares críticos para la seguridad pública y nacional a solicitud de las autoridades competentes”.
Esto puede lucir como un golpe desesperado del Ejecutivo, el cual se está viendo totalmente rebasado por la capacidad y la inmediatez que internet otorga a los ciudadanos; hoy podemos denunciar injusticias en tiempo real, desenmascarar a políticos corruptos y, lo más importante, o lo más tenebroso si lo vemos con los ojos de “papá gobierno”, podemos organizarnos y movilizarnos en cuestión de horas y en grandes cantidades; marchas, mítines y movimientos pacíficos, todos son organizados y difundidos en las redes sociales, las cuales se han vuelto la mejor herramienta para mover masas.
Por esta razón el gobierno está desesperadamente buscando maneras de censurar proponiendo un artículo (el 197) que le otorgaría la capacidad de restringir las comunicaciones en medio de protestas y así impedir la organización de los ciudadanos o la denuncia de violaciones a derechos humanos que tanto se dan durante manifestaciones en este país.
Cada año la organización Reporteros sin Fronteras publica una lista en la que enumera a países que considera como “enemigos de internet”, estos son quienes restringen parcial o totalmente el uso de internet a sus ciudadanos; este año apareció en la lista un país que supuestamente es una democracia y que, sin embargo, se codea en el tema de la censura con países autoritarios como Irán, China, Turkmenistán, Arabia Saudí y Baréin. Estados Unidos fue nombrado “enemigo de internet” gracias a las revelaciones sobre el espionaje masivo de la NSA hechas por Edward Snowden, quien no hubiera logrado destapar al gobierno de Estados Unidos sin antes salir del país y, por supuesto, sin internet: las redes sociales y los medios digitales se encargaron de que el mundo entero tuviera conocimiento del espionaje. Seguramente si estas leyes secundarias son aceptadas, México tendrá su lugar junto a su padre Estados Unidos en esta terrible lista de “enemigos de internet”.
El ejemplo más reciente que tenemos de censura a internet es el caso de Venezuela, cuyos ciudadanos se han encontrado en los últimos meses en constantes protestas en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro, quien ha obligado a todos los proveedores a filtrar la información con la excusa de que el contenido debe de ser “sensible”, pero todos sabemos la realidad: Maduro no quiere que veamos la guerra interna que se está suscitando en su país y las atrocidades que la Policía y los militares están ejerciendo en contra de estudiantes y protestantes.
Lo mismo pasaría en México: a la primera manifestación integrada por “anarquistas” bloquearían la comunicación y nadie podría denunciar los daños y las violaciones a los derechos humanos, aunque de alguna manera se “filtrarían” solamente los daños causados por parte de los manifestantes.
Sin embargo, creo que debemos de generar una mayor conciencia sobre el uso que damos a internet y a las redes sociales, pues son una herramienta de doble filo que también puede ser utilizada para asustar a otros ciudadanos; como el caso de dos chicos veracruzanos que difundieron en la red una balacera falsa y generaron pánico en la sociedad; estos jóvenes fueron castigados por la ley. Un estudio de Parametría dice que el 57 por ciento de los ciudadanos está de acuerdo en que se establezcan sanciones para las personas que divulguen información falsa, que perturbe o pueda dañar el orden público.
Deberíamos de preocuparnos por una educación sobre el mundo digital, por hacer entender a los jóvenes la responsabilidad que conlleva publicar algo en la red y lo importante que es la verificación de datos antes de generar contenidos porque se puede dañar la integridad de una persona o incluso del Estado. Es necesario comprender que las redes sociales y el contenido en internet es algo serio y que lo que publicamos llega a mucho más usuarios de los que tenemos como “amigos”.
Denunciar es bueno, movilizarnos y exigir nuestros derechos es aún mejor, y estar unidos es la única manera de hacerlo, pero debemos de actuar con responsabilidad y prudencia; el gobierno no puede censurarnos, no puede limitar nuestro acceso a internet y nosotros no podemos permitirlo porque en esta “era de la información” quien controla los medios tiene un poder predominante sobre el resto de la población, por eso nosotros debemos de ser los únicos dueños del contenido que decidimos leer y publicar en internet, que es hoy nuestra más grande herramienta y nuestro más fuerte escudo.
Después de las protestas ocurridas el pasado 23 de abril frente a las instalaciones de Televisa Chapultepec, el presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado, Javier Lozano, aclaró que no habrá ningún tipo de censura en internet y que se está trabajando para eliminar esos artículos de la iniciativa de leyes secundarias. Sin embargo, no es de extrañarse que después de innumerables engaños por parte del gobierno, los ciudadanos nos veamos temerosos e incluso incrédulos ante las declaraciones y promesas del senador.
Twitter: @CCamsanchezb