La vida en Lompico se vuelve cada vez más árida.
Lompico, California, se queda sin agua. Esta idílica comunidad de unos 1200 habitantes está asentada en un cañón de las montañas de Santa Cruz, donde imponentes secuoyas son características comunes de los jardines traseros de las personas. La semana pasada, Lompico apareció en una lista de 17 distritos rurales que, de acuerdo con el Estado, podrían agotar completamente su suministro de agua en un lapso de 60 a 120 días.
“Conforme continúa la sequía, es probable que haya más lugares que aparezcan en la lista”, declaró a la prensa Dave Mazzera, jefe de la División de Agua Potable del Departamento de Salud Pública del Estado.
Es difícil imaginar lo que esto significa en términos absolutos: las aproximadamente 500 casas de Lompico obtienen su agua de tres pozos, alimentados por un manto acuífero subterráneo. Los mantos acuíferos vuelven a llenarse por el agua de lluvia que se filtra a través del suelo, lo cual es un proceso muy lento en condiciones normales. California lleva tres años en la peor sequía padecida por el estado, y los niveles en el manto acuífero de Lompico son cada vez más bajos, ya que la demanda de agua supera el ritmo al que puede reabastecerse. Incluso el arroyo de Lompico, que pudo haber compensado parte de la diferencia, ha estado casi seco desde agosto. Para Lompico hay cada vez menos opciones.
Para Lois Henry, que ha vivido en Lompico durante 43 años y durante los últimos cinco ha formado parte de la junta de su sistema de suministro de agua, la situación es grave.
“Nunca había visto una sequía así”, declaró a Newsweek. “No tenemos ninguna provisión de agua, aparte de lo que hay aquí, en el condado. No tenemos agua del Río Colorado ni de la Hetch Hetchy [represa cerca de Yosemite], ni del Delta de San Joaquín. Solo tenemos el agua que está aquí”, y simplemente no basta.
Con aproximadamente 17.7 centímetros de lluvia en California en 2013 (en comparación con el promedio, que es de casi 65 centímetros), el gobernador Jerry Brown declaró una emergencia de sequía en enero. Muchas presas del estado se encuentran actualmente a tan solo 30 por ciento de su capacidad, y el deshielo de Sierra, una fuente importante de agua para California, se encuentra únicamente a 12 por ciento de su contenido normal de agua para esta época del año.
Mientras que a Lompico se le agota el agua, otras partes del estado están a punto de quedarse sin el suministro proveniente de los depósitos compartidos por el Estado. Brown ha pedido a los californianos una reducción voluntaria de 20 por ciento en el uso del agua, y muchas comunidades locales han impuesto reducciones obligatorias al uso individual del agua. En Lompico, el distrito ha pedido a sus clientes que reduzcan el uso de agua en 30 por ciento.
Los científicos han determinado que es muy probable que las condiciones extremadamente secas persistan en California debido al cambio climático que, de acuerdo con las conclusiones de un reciente estudio, hará que las sequías “comiencen más rápidamente y sean más intensas”. La Sociedad Estadounidense de Meteorología pretende retomar la cuestión de la función del cambio climático en la actual sequía a finales de este año.
“Sé que hay períodos de sequía. Son cosas que pasan. Tuvimos el “dust bowl” (cuenco de polvo) en la década de 1930. Probablemente las cosas estén mejor ahora”, dice Henry. “Espero que no sea un cambio climático permanente. ¿Qué les pasaría a las secuoyas?”.
B. Lynn Ingram, paleoclimatóloga de la Universidad de California en Berkeley, piensa que California se recuperará de esta sequía. Pero advierte que es necesario tener en cuenta los antecedentes de sequías sumamente largas en la región, las cuales han durado varias décadas o más.
En Occidente tendremos el año con menos lluvias [que empezó el 1 de octubre] en aproximadamente 500 años “O incluso más”, declaró Ingram a Newsweek.
Con base en los registros de tres anillos de secuoyas gigantes en las montañas de la Sierra Nevada, piensa que California no ha estado tan seca desde 1580, cuando la presencia de anillos extremadamente delgados, e incluso la ausencia de ellos, indica que el clima “era tan seco que los árboles dejaron de crecer”. Publicó la investigación en el libro alarmantemente titulado The West Without Water (Occidente sin agua).
Los paleoclimatólogos han descubierto pruebas de sequías que han durado un siglo en el Período Cálido Medieval, especialmente en la mitad sureña de California. Eso ocurrió justamente durante la época de la denominada “caída de los Anasazi”, cuando los estadounidenses nativos emigraron en masa de la región de las cuatro esquinas, y los restos humanos encontrados muestran “señales de hambre, enfermedad, mortalidad infantil y violencia, que indican una privación extrema y competencia por obtener los cada vez menores recursos acuíferos y alimentarios”, dice Ingram. Ingram percibe una cierta analogía entre la historia de los Anasazi y la crisis de sequía actual. Durante los años lluviosos antes de esa mega-sequía medieval, el tamaño de su población había crecido, en forma muy parecida al tamaño de la nuestra, “dejándolos más vulnerables cuando el clima cambió”.
“Si miramos más atrás en el registro paleoclimático, veremos que ha habido sequías incluso más prolongadas [más de una década], que ocurrieron con regularidad [cada 30 a 90 años]”, dice Ingram. “Así que realmente debemos planear por adelantado y prepararnos para enfrentar condiciones cada vez más secas”.
Tim Quinn, Director Ejecutivo de la Asociación de Organismos del Agua de California, es una de las personas cuyo trabajo es pensar cuáles serán esos preparativos. “Sabemos que tendremos otra sequía en la próxima década, y tenemos que estar preparados para ella”, declaró a Newsweek.
Es fundamental almacenar grandes cantidades de agua en reservas de emergencia, de acuerdo con Quinn. Los distritos de suministro de agua del sur de California invirtieron en sistemas de almacenamiento cuando la zona fue azotada por la sequía en 1997, y el hecho de recurrir a esa fuente de emergencia ha impedido que esta región enfrente la peor parte de esta “terrible e inusual” sequía que ocurre ahora mismo, afirma Quinn.
Pero las comunidades ubicadas en elevaciones más altas como Lompico se encuentran peor: tienen menos lugares a los cuales recurrir cuando sus arroyos y pozos empiezan a secarse, debido a la gran reducción del deshielo de este año y a que los mantos acuíferos “ya están sobreexplotados”, señala Quinn.
“A menos que ocurra un milagro, tendrán que enfrentar un racionamiento obligatorio de 30 a 50 por ciento” en las áreas montañosas, declaró Quinn a Newsweek.
Por ahora, Lompico tiene suficiente agua para salir del paso. Pero Henry dice que uno de los tres pozos de la ciudad ha sido cerrado recientemente, disminuyendo aún más los aproximadamente 35 galones por minuto que el distrito es capaz bombear a sus 494 conexiones de agua. De acuerdo con Henry, el suministro de agua es tan precario que a Lompico le bastaría tan solo una ruptura de la tubería principal o un incendio importante para caer en niveles desastrosos.
Ordenar a las personas que usen menos agua también indica que habrá menos dinero en pagos de agua para ayudar a financiar un nuevo pozo, o para reparar el que se encuentra en mal estado.
“Es como si no pudiéramos ganar”, dice Henry.
Lompico se encuentra en conversaciones con su vecino San Lorenzo para construir un sistema de combinación de aguas, que aliviaría la situación. Pero ya que más de 90 por ciento del estado sufre la sequía, un gran incremento en la lluvia sería la única solución a largo plazo.
Como último recurso, el agua puede poder ser transportada en camiones o en tuberías a lugares rurales como Lompico, señala Quinn. Si esas áreas agotan su provisión de agua, la gente podría abandonar su casa. “Ciertamente, esto no está más allá de la esfera de lo posible”, dice Quinn. “La vida se vuelve muy dura cuando es imposible conseguir agua”.
Pero Henry nunca ha pensado en irse. Además, ¿cómo podría hacerlo? Vender una casa en un área afectada por sequía resultaría casi imposible.
“¿Qué voy a hacer? Estoy jubilada, esta es mi casa. Mi casa está totalmente pagada. Uno no puede simplemente alejarse de algo como esto”.