Ochoa Reza, director general de la CFE, es tajante: México será, otra vez, un potente exportador de energéticos al mundo.
De acuerdo con Enrique Ochoa Reza, director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la reforma energética que impulsó el presidente Enrique Peña Nieto, y que obtuvo el apoyo de diversas fuerzas políticas en el Congreso de la Unión y en las legislaturas de los estados, es un proceso de transformación muy importante y fundamental para el país, pues le permitirá a México ser, otra vez, un potente exportador de energéticos al mundo.
En los últimos 15 años, explica el funcionario en entrevista con Newsweek en Español, México ha tenido una historia energética con tendencias a la baja, pues por un lado ha perdido casi un millón de barriles de petróleo diarios de producción y, por otro, en materia de gas natural pasó de ser casi autosuficiente en 1997 a importar hoy en día una tercera parte de su consumo.
Mientras tanto, en refinación actualmente el país importa cerca de la mitad de la gasolina que consume, y en petroquímicos, cerca del 65 por ciento.
Además, expone Ochoa Reza, Petróleos Mexicanos (Pemex) le compra los productos que importa a empresas privadas siempre y cuando no radiquen en el territorio nacional. Es decir, antes de la reforma ninguna empresa privada podía producir gas natural en México, tampoco refinar gasolina o diésel ni producir petroquímicos. En otras palabras, la tercera parte del gas natural, el 50 por ciento de gasolina y el 65 por ciento de los petroquímicos que Pemex no produce y que importa, solo se los podía adquirir a empresas privadas fuera del territorio nacional. Por lo que los empleos, impuestos y crecimiento económico se generaban fuera de México.
“La reforma energética tiene como uno de sus primeros propósitos que esos empleos, ese pago de impuestos y esa generación de crecimiento económico se haga con empresas en territorio nacional. Es decir, que empresas mexicanas o internacionales produzcan más gas natural en México, que puedan refinar en México y que puedan producir petroquímicos en México de manera tal que nuestro consumo nacional se vea fortalecido a partir de la producción en México”, señala quien hasta hace una semana fuera subsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía.
Además, añade nuestro consultado, el esquema jurídico previo a la reforma tenía un gran contrasentido: a Pemex no se le permitía asociarse en territorio mexicano.
“Veamos esta ironía: todas las empresas petroleras hacen asociaciones estratégicas en diversos espacios, incluyendo Pemex, pero este lo hacía siempre y cuando no fuera en territorio nacional. Por ejemplo, Pemex tiene una empresa refinadora en Deer Park, Texas, con la empresa internacional Shell, y ahí producimos gasolina, es la refinadora más eficiente que tiene Pemex en comparación con las refinadoras que posee en territorio nacional. Esa alianza estratégica en refinación le ha funcionado a Pemex y a México, pero si Pemex antes de la reforma hubiera querido asociarse con Shell en Veracruz, Tamaulipas o Hidalgo, la Constitución y la ley se lo impedían.
“¿Entonces qué logra la reforma energética? Le permite a Pemex llevar a cabo asociaciones en territorio nacional, acabando con un elemento que no hacía ningún sentido en términos de oportunidad económica para el país. La reforma permite que Pemex, asociado con particulares o por sí solo, o bien particulares por sí solos, puedan ahora en México extraer gas natural, llevar a cabo procesos de refinación de gasolina y diésel y petroquímicos, además del transporte y almacenamiento de toda la cadena”.
Más electricidad con gas natural
Enrique Ochoa Reza confirma que la reforma energética consiste en modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales y que hay 21 artículos transitorios. De estos destacan aspectos transitorios que favorecen al medioambiente. Por ejemplo, la generación de energía eléctrica en México se enfrenta al problema de que producirla representa gastos muy elevados, además de que se hace contaminando el medioambiente sobremanera debido a que se utiliza combustóleo y diésel para producir electricidad, los cuales cuestan hasta cuatro o seis veces más que si se usara gas natural. ¿Entonces por qué la CFE no produce la electricidad con gas natural que es más barato y más amigable con el medioambiente?
Responde el funcionario: “No lo hace porque no hay suficiente gas natural producido en México, lo tenemos que importar. La reforma energética permite la producción privada en territorio nacional, asociada con Pemex o por sí sola, de más gas natural mexicano. Vamos a poder producir más electricidad a partir de gas natural, que como es más barato y menos contaminante, nos va a permitir bajar el costo de la generación de electricidad y, en consecuencia, bajar el precio de la luz. Además, al poder utilizar gas natural, que es menos contaminante, en su conjunto el sector eléctrico mexicano va a contaminar menos que lo que contamina con combustóleo y diésel”.
De acuerdo con el directivo de la CFE, otro aspecto positivo de la reforma energética es el mandato constitucional de establecer leyes que permitan y fortalezcan la generación de energía eléctrica a través de geotermia. Es decir, que se pueda generar electricidad renovable a partir de la energía que se forma en la tierra por el calentamiento de agua y el vapor que se desprende.
“Hoy hay múltiples trámites, algunos no tienen conexión entre sí, que entorpecen la generación de energía geotérmica en México. Lo que permite la reforma es que exista un ordenamiento jurídico que le dé sentido, secuencia correcta y que fomente el desarrollo de producción eléctrica a través de geotermia. Eso es muy importante para que entonces no solo tengamos gas natural, sino también geotermia, con lo cual se favorece la generación de energía renovable para poder aprovechar los mantos de agua y vapor que están en el subsuelo”.
Enrique Ochoa considera asimismo que la reforma energética fue integral, “tenía que serlo para que pudiera arrojar resultados benéficos para los mexicanos”. Según su opinión, debía ser completa, pues una de las razones por las cuales el sector energético tenía problemas era que se habían hecho reformas parciales que no le daban sentido integral al sector de la energía:
“La reforma que aprobó el Constituyente permanente tiene su componente de hidrocarburos, donde están incluidos producción de petróleo, gas natural, refinados petroquímicos, transporte y almacenamiento, y tiene su componente eléctrico, que tiene que ver con generación, despacho eléctrico, trasmisión y distribución, y también tiene su componente ambiental. La reforma es integral, todos los aspectos están incorporados”.
Por esa razón esta es la reforma más trascendente de México en las últimas décadas: “La reforma es la más importante porque es integral y porque también nos permitirá incrementar la producción petrolera con participación pública a través de Pemex, de asociaciones de Pemex con los privados y de privados. El objetivo es que la producción de petróleo, que ha caído en los últimos años de 3.4 millones de barriles diarios a 2.5 millones —una caída de casi un millón de barriles diarios—, al final de la administración del presidente Peña Nieto aumente a 3 millones, es decir, recuperemos la tendencia al crecimiento”.
Abundantes reservas en aguas profundas
Bajo el régimen jurídico previo a la reforma, el país corría el riesgo de mantener una situación absurda, añade nuestro entrevistado. México es rico en recursos naturales de subsuelo, pero estaba importando de Estados Unidos los productos que precisamente posee debajo de su superficie terrestre.
“Irónicamente, estábamos comprándole gas natural a Estados Unidos para utilizarlo en México cuando en México, en el subsuelo, tenemos amplios mantos de gas natural. Había incluso empresas mexicanas que, al no poder extraer gas natural en México, lo extraían en Texas y luego lo vendían a México, pero la cuenca geológica de la cual están extrayendo gas en Texas es la misma que llega a México, de gas de lutitas y petróleo de lutitas que no solo abarca Texas, sino también los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y el norte de Veracruz”.
Por ello, “lo que estamos promoviendo es que empresas mexicanas e internacionales puedan extraer, asociadas con Pemex o por sí solas, gas natural en el territorio nacional, y aprovechar la riqueza que tenemos en el subsuelo y poder brindar servicios en la electricidad, en la petroquímica y en el consumo industrial en México.
“Con el petróleo la historia es muy similar. Tenemos abundantes reservas en México, pero estas están, entre otros lados, en aguas profundas del golfo de México. Si vemos el mapa del golfo de México, está dividido en dos espacios territoriales: el golfo de México del lado estadounidense tiene más de 100 empresas perforando en aguas profundas y ultraprofundas y produciendo cerca de un millón de barriles diarios, y en las aguas profundas y ultraprofundas del lado mexicano solo estaba trabajando una empresa.
“A partir de la reforma energética veremos interés de Pemex y de empresas privadas y públicas tanto nacionales como internacionales para formar grupos asociados para explorar y extraer petróleo y gas natural en las aguas profundas y ultraprofundas del golfo de México, así como en los campos de lutitas de petróleo y de gas en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y el norte de Veracruz. Es un cambio de legislación para permitir que las oportunidades económicas se queden en México”.
La reforma energética tiene al menos tres etapas. La primera fue el cambio a los artículos constitucionales. La segunda serán los cambios a las leyes secundarias para organizar el sector, las cuales se legislarán a lo largo del período ordinario de sesiones que comenzó al iniciar el mes de febrero y hasta los últimos días de abril. Y la tercera etapa es la implementación de la reforma.
Simultáneamente, en la segunda etapa existe una parte conocida como la ronda cero, un proceso a través del cual Pemex le informará a la Secretaría de Energía qué áreas de producción petrolera y gasera tiene interés en mantener. La Secretaría de Energía, después de los 90 días que tendrá Pemex para dar esa información, tendrá 180 días para determinar, junto con la asistencia técnica de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, qué áreas del territorio nacional se debe quedar Pemex, y en consecuencia, qué áreas del país estarán abiertas a la participación pública-privada o privada en rondas posteriores.
Después de las etapas uno y dos, en la tercera “tendremos que fortalecer a los órganos reguladores, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía, y también acompañar a Pemex en un proceso de cambio que marca la Constitución, de ser un organismo descentralizado a ser una empresa productiva del Estado, que es como se le aspira fortalecer. Y, además, tendremos los procesos de ronda 1, 2, 3 y 4 a partir de finales de 2015, principios de 2016, donde las áreas que no están reservadas para Pemex podrán ponerse a competencia de diversas empresas del mundo, incluyendo Pemex, para que se incremente la producción de petróleo y gas”.
Los mecanismos de transparencia
El funcionario consultado por Newsweek en Español también explica que la reforma constitucional establece un artículo preciso para elementos de transparencia y rendición de cuentas y otro para el combate a la corrupción.
“En cuanto a transparencia estamos siguiendo las mejores prácticas internacionales. En los procesos de exploración y extracción de hidrocarburos, cuando se licite una nueva área, ese proceso debe ser público y transparente y lo va a llevar a cabo la Comisión Nacional de Hidrocarburos. En segundo lugar, una vez que se asigne uno de los nuevos contratos, ya sea para Pemex o para el sector privado asociado con Pemex o por sí solo, el contrato debe de tener una cláusula de transparencia y debe ser un contrato de acceso público.
“Número tres, el nuevo modelo petrolero y gasero a base de contratos establece que las empresas podrán presentar los costos en los que incurren cuando llevan a cabo esas actividades, y esos costos tienen que ser financiados con la producción petrolera o con las utilidades que esta genere; es decir, esos costos en los cuales incurrirán las empresas, Pemex o cualquier otra, deben de ser también públicos. Cuarto lugar, todos los ingresos que provengan de la producción de petróleo y gas se van al Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, pues todo ese ingreso y la manera en que se gastará ese dinero también debe de ser público, transparente y auditable”.
Es decir, la Constitución establece cuatro mecanismos de transparencia a lo largo de la cadena de producción y de implementación de la reforma: “La sociedad tendrá acceso a la información que requiere a lo largo de toda la cadena de valor, y eso es muy importante. Adicional a eso se estableció un artículo transitorio que mandata que en la legislación secundaria se establezca un régimen para el combate a la corrupción específico para el sector de los hidrocarburos, de manera tal que no solo en Pemex, sino en cualquier empresa que participe en el sector, se establezcan las reglas de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción”.
Potente exportador de energía
Enrique Ochoa Reza manifiesta asimismo que, para el ciudadano de a pie, la reforma energética se traducirá en múltiples beneficios.
“Por un lado, estamos esperando crear 500 000 empleos adicionales de aquí a 2018, y hasta 2.5 millones más para 2025. Esperamos que la economía nacional crezca al menos un punto porcentual más de aquí a 2018, y hasta dos puntos en 2025. También estamos promoviendo el incremento de la producción petrolera de los 2.5 millones de barriles diarios que tenemos hoy a 3 millones en 2018, y a 3.5 millones en 2025. En producción de gas estamos estimando que los 5700 millones de pies cúbicos diarios que se producen ahora podrán llegar a 8000 millones en 2018, y a 10 400 millones en 2025.
“Estamos también promoviendo que, al poder tener más producción de gas natural, podamos reducir los precios del gas en el país, y al tener más producción nacional de gas natural, podamos entonces producir energía eléctrica con base en gas natural a menor costo y, en consecuencia, bajar las tarifas de luz. La producción incremental de gas natural también nos va a permitir activar la industria de fertilizantes en México, pues actualmente importamos fertilizantes de Ucrania a costos de cuatro veces más del valor interno. Al tener más fertilizantes producidos en México a menor precio podremos tener más áreas del campo mexicano utilizándolos —un espacio del campo que tiene fertilizantes puede producir hasta cuatro veces más alimentos—. Entonces, es un espacio de beneficios acumulados en el sector petrolero, gasero, de electricidad, de fertilizantes en el campo mexicano que producirán más empleos y más crecimiento económico”.
—¿Y qué papel jugará México en el mercado energético mundial? —preguntamos finalmente al director general de la CFE.
—México había sido históricamente un potente exportador de energía. Pero por las tendencias que he platicado, bajó la producción petrolera y gasera, estamos importando más gasolina y más petroquímicos, en tan solo cuatro años sin reforma energética México se iba a volver un importador neto de energía. Es decir, íbamos a pasar de ser un exportador potente de energía a ser un importador neto de energía; eso hubiera significado una pérdida de soberanía energética nacional.
“Con la reforma energética buscamos revertir estas tendencias, incrementar la producción petrolera, producir más gas natural en México sustituyendo importaciones, producir más gasolina mexicana y más petroquímicos mexicanos, y en conjunto el país entonces recuperaría la soberanía energética y sería entonces, otra vez, un potente exportador de energéticos al mundo en lugar de un importador.
“Hacia delante lo que vemos es garantizar el consumo interno de energéticos como primer paso y, después, participar activamente en mercados energéticos mundiales. El primer paso en ese sentido es la exportación de petróleo a India, China, a Asia en su conjunto, y en segundo lugar, pensar en integrar con los países de Centroamérica un mercado de gas natural. Pero, obviamente, primero está el abasto nacional; después, la apertura hacia Centroamérica”.
Enrique Ochoa Reza, el perfil
Enrique Ochoa Reza es profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es doctor en Ciencia Política, maestro en Filosofía Política y maestro en Ciencia Política por la Universidad de Columbia, en Nueva York.
También es licenciado en Derecho por la UNAM y licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, donde se tituló con la tesis “Un mercado de generación de energía eléctrica para México”. Fue asesor del secretario de Energía de 1997 a 1999 y es miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.
Es miembro del Consejo de Administración y de los Comités de Petróleos Mexicanos, así como de los consejos de administración y de los comités de sus organismos subsidiarios.
Fue funcionario del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y del Instituto Federal Electoral. Es autor y coautor de libros publicados en México y Estados Unidos.
Antes de ser nombrado director general de la Comisión Federal de Electricidad, el pasado 5 de febrero, fue subsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía.