La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha detectado varias marcas de alimento para perros contaminadas con un fármaco utilizado para la eutanasia, lo cual ha orillado a algunos fabricantes a solicitar el retiro voluntario de sus productos, causando inquietud entre los propietarios de mascotas.
La FDA afirma que la concentración de la sustancia en el alimento enlatado para mascotas difícilmente podría dañar a los animales. No obstante, la dependencia advierte que ninguna cantidad de pentobarbital sódico -un fármaco letal utilizado para practicar sacrificar a los animales- es aceptable en el alimento para mascotas.
La compañía J. M. Smucker, mejor conocida por la mermelada Smuckers, ha respondido al informe notificando el retiro voluntario del alimento contaminado para mascotas que comercializa. La comida para mascotas de las marcas Gravy Train, Ol’Roy, Kibbles N’ Bits, o Skippy Premium, podrá devolverse en las tiendas para recibir un reembolso completo. Así mismo, la FDA ha pedido a las tiendas de mascotas que dejen de vender dichas marcas de inmediato. Lo mismo aplica al alimento para perros de la marca Against the Grain, la cual solicitó la devolución de sus productos por el mismo problema, la semana pasada.
En estos momentos, la FDA está investigando de qué parte de la cadena de suministro provino la sustancia y cómo contaminó el alimento. Cuando un animal pequeño está demasiado enfermo, los veterinarios suelen inyectarle pentobarbital sódico en dosis lo bastante altas para que el animal muera de un paro cardiaco. Existen otros métodos para sacrificar a los animales, y en el caso de las especies más grandes, es costumbre utilizar armas y herramientas parecidas a las armas, por ser más práctico.
Algunos productores de alimento para animales compran materias primas en instalaciones que procesan animales sacrificados en refugios para animales. Esto significa que algunos alimentos para mascotas se fabrican con variedades de carnes que no consumen los humanos, incluidas ganado enfermo, y gatos y perros que contienen dosis letales de pentobarbital sódico. En otras palabras, el cadáver de un perro callejero que fue sacrificado en un refugio podría terminar molido como comida para perros. Se desconoce si esta práctica tiene alguna relación con las marcas que han sido retiradas del mercado.
El envenenamiento por pentobarbital sódico puede ocasionar “somnolencia, mareo, agitación, pérdida del equilibrio, náusea, nistagmo (movimiento lateral, rápido y repetitivo, de los ojos) e imposibilidad para levantarse”, informó la FDA. La dependencia recomienda que, si tu perro manifiesta síntomas de envenenamiento por pentobarbital sódico, acudas de inmediato con tu veterinario.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek