Junius, un caballo que apenas rebasa los 20 años, reparte etiquetas en un DoubleTree de Hilton, en los suburbios de Filadelfia. Es agosto, una semana después del mortal mitin de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, que agitó a Estados Unidos y el caballo ha montado una cabina que ha atraído gran diversidad de animales —desde zorros fénec hasta gatos munchkin—, que hacen fila por su mercancía.
Junius no es en realidad un equino. Y sus clientes caminan en dos patas. Todos sonfurries (peludos), personas que se identifican con —y a menudo se disfrazan como— sus animales favoritos, una fantasía que puede incluir varias formas de sexo, pero no bestialidad. Estos aficionados hirsutos están en la ciudad por Furrydelfia, la primera convención de peludos en el área. Muchos son homosexuales y muy izquierdistas, por lo que no sorprende que las etiquetas —una suástica dentro de la huella de una pata con una raya roja atravesada— tengan un atractivo especial.
Muchas de estas personas crecieron como marginadas y fueron intimidadas en la escuela, y aun cuando a menudo se burlan de ellos como fetichistas calenturientos, losfurries insisten en que representan mucho más que sus proclividades sexuales. Estas personas dicen que buscan ser incluyentes y han dado la bienvenida a su redil a gente con identidades de género específicas y extrañas peculiaridades sociales. Pero esa tolerancia tiene límites, y desde la elección de 2016, Junius y otros peludos han enfrentado su propia versión de los extremistas de derecha que se volcaron sobre Charlottesville. Estos “peludos alternos”, como se les conoce, tienen opiniones similares a las de la derecha alterna, un movimiento nacionalista blanco y antiglobalista que en gran medida apoya al presidente Donald Trump.
Los peludos alternos empezaron como una broma en Twitter, donde peludos de tendencia derechista usaron la etiqueta #AltFurries para compartir memes a favor de Trump con temática peluda y promover políticas satíricas, como una prohibición a la “mezcla de especies”. Pero, conforme creció su popularidad, la etiqueta atrajo a personas de quienes los críticos dicen que son racistas.
Hoy, la mayoría de los peludos alternos interactúan solo en línea, pero algunos han llevado sus ideas al mundo real. El verano pasado, un hombre asistió a Anthrocon, la convención de peludos más grande del mundo, con un “traje peludo” con la bandera confederada y una pancarta de Trump, y algunas personas distribuyeron panfletos de peludos alternos en una convención peluda en Orlando, Florida. Otros han empezado a usar brazaletes notoriamente similares a aquellos usados por los nazis. Para muchos peludos, lo que empezó como una broma en línea ya no es divertido.
Antes de que Junius llegara a Filadelfia, los peludos alternos lo amenazaron en línea por atacarlos en medios sociales al llamarlos intolerantes y fascistas; algunos dijeron que querían “romperle el cuello”. Un grupo trató de hallar su información personal y publicarla en línea. Las amenazas no lo asustaron, pero lo preocupa que una cantidad creciente de peludos sea vulnerable al reclutamiento de los supremacistas blancos. “Los nazis están buscando precisamente estos tipos de compañeros blancos alienados”, dice (como la mayoría de los peludos con quienesNewsweek habló, no quiso que se imprimiera su nombre real). “Estas personas solo quieren lastimar e incitar, y están empezando a llevar su troleo fuera de línea”.
SINCERIDAD BAJO LA PIEL: Muchos peludos son homosexuales y muy izquierdistas, por lo que les horrorizó enterarse de que algunos de sus compañeros tienen opiniones similares a las de los extremistas de derecha que se volcaron sobre Charlottesville en agosto. FOTO: ALBIN LOHR-JONES/PACIFIC PRESS/LIGHTROCKET/GETTY
¿QUIÉN LE TEME AL GRAN LOBO (NAZI) FEROZ?
Es el primer día de la convención en Filadelfia y, afuera del Hilton, un grupo de peludos está de pie en un círculo fumando cigarrillos. En su mayoría están vestidos con algún atuendo de animal: hay osos, lobos e, incluso, dragones. Hace calor afuera, por lo que no todos usan su traje completo; estos tienen mala ventilación, y muchos dicen que son demasiado caros (pueden costar más de 3,000 dólares). Algunos simplemente visten cabezas de animal o solo orejas. El único requisito para ser un peludo, me dicen los asistentes, es decir que lo eres. Estos peludos quieren un ambiente libre de censuras que les permita ser ellos mismos, con bolas de pelo y todo. “Estamos tratando de crear el mundo en el que queremos vivir”, dice un zorro de mármol canadiense llamado Xiao Mei. “Como el Stonewall de la década de 1970”.
Pero cuando se trata de la derecha alterna, los peludos definitivamente censuran. Solo pregúntele a una cabra llamada Dionysius, quien anunció su llegada a Filadelfia con una publicación críptica en Gab, un sitio de medios sociales para gente proscrita por Twitter. “Llegué a Filadelfia, es gracioso cómo tres cuartos de litro de Jack Daniels hace que la manejada sea más rápida. Siempre feliz de conocer nuevos amigos que odian a los comunistas como yo”. Dionysius sabía que tendría que hacer la mayoría de esos encuentros afuera de la convención porque —y algunos de sus amigos— fue proscrito de esta por amenazar a los peludos. Antes de la convención gastó 105 dólares para encargar material gráfico de su “persona peluda”, oalter egopeludo, empujando a Junius y otros dos peludos fuera de un helicóptero, una alusión a un meme de derecha sobre cómo una junta militar argentina mataba a los disidentes en la década de 1970 (el arte hecho por seguidores es popular entre los peludos, los cuales pagan a artistas para que dibujen sus personas peludas). Dionysius había planeado encargar un nuevo dibujo que lo mostrara atropellando a otro peludo con una camioneta (alguien filtró los planes en Twitter). Él también es parte de los Furry Raiders, un grupo domiciliado en Colorado que usa los brazaletes supuestamente inspirados en los nazis.
Junius no piensa que Dionysius lo empuje de un helicóptero, y cuando se enteró del material gráfico, pensó que era bobo. “Estas personas nos odian a mí y otros compañeros lo bastante como para invertir su tiempo, energía o dinero en un espléndido arte de odio”, dice. Pero la imagen era lo bastante amenazante como para que él y otros sintieran que a Dionysius y los peludos alternos no se les debía permitir unirse a las festividades lanudas. En Twitter, Junius publicó una fotografía vieja de Dionysius —un hombre chaparro y de barba con un jersey de las Panteras de Carolina— recargado en una enorme camioneta azul. “Por cuestiones de seguridad pública, si ves esta camioneta o a este hombre, repórtalos con el personal”, publicó.
Drayne el Lobo, presidente de la convención, estuvo de acuerdo. “No pretendíamos hacer una declaración política”, dice sobre la prohibición. “Pero teníamos que asegurarnos de que los asistentes se sintieran seguros”.
Dionysius piensa que su rechazo es una exageración típica de lo que él llama “guerreros de la justicia social”. Explica que encargó el material gráfico en respuesta a los peludos de izquierda que amenazaban con golpear “peludos nazis” (en realidad no los golpearon). “Nadie jamás ha traído un helicóptero a una convención que yo sepa. Elegí ese escenario, así como el estilo caricaturesco, precisamente porque no quería hacerlo una amenaza”.
Los peludos alternos creen que su grupo es mal entendido. Len Gilbert, un eminente peludo alterno, dice que no son nazis, y la mayoría de sus miembros tampoco son supremacistas blancos. El nombre de Gilbert es un seudónimo, el que usó para escribir una novela peluda erótica, The Furred Reich, sobre el encuentro de un joven oficial nazi con una hembra antropomórfica de leopardo de las nieves. Gilbert mantiene en secreto su persona peluda para asistir a las convenciones de peludos sin que se lo prohíban. No le sorprendió que miembros de su movimiento fueran proscritos de Furrydelfia. “Muchas convenciones son administradas por guerreros de la justicia social”, considera. “Varios locales hablaron de prohibir brazaletes u otros atuendos, como si eso en cierta forma se aplicara a nosotros. Nosotros no usamos brazaletes o uniformes. Nos presentamos en trajes peludos como todos los demás, por lo que no estoy seguro de cómo podrían llevar a cabo esas prohibiciones” (como Gilbert, la mayoría de los peludos alternos ocultan sus identidades reales, y Furrydelfia aplicó la prohibición informalmente y prometió expulsar a cualquier acusado de hacer amenazas contra otro asistente).
Los peludos alternos han afectado eventos. En junio, un grupo de ellos, haciéndose pasar por policías y periodistas, afirmaron que un panel en una pequeña convención en Pomona, California, promovía la pedofilia y el abuso de animales. El tema: “bebés peludos”, peludos que hacen “juegos de edad” como animales bebés (la mayoría de los bebés peludos son benignos, aun cuando hay algo de material gráfico obsceno en los rincones oscuros de internet). El hotel canceló el panel y les cobró a los organizadores 24,000 dólares por protección policiaca fuera de horas de servicio.
¿Pero esta broma significa que los peludos alternos son nazis y supremacistas blancos? Dionysius dice que no puede ser ni uno ni otro porque es judío. Foxler Nightfire, presidente de los Furry Raiders, una vez trató de unirse a un grupo neonazi, pero fue expulsado por ser gay, mitad asiático y peludo. Otro eminente peludo alterno, una rata llamada Chairman Squeek, afirma ser un “gitano travesti y comunista” (Newsweek no pudo verificar sus orígenes étnicos).
Afuera de la convención de Filadelfia, Babalu, un corpulento híbrido de toro y oso que trabaja para el Departamento de Defensa, está igual de confundido. La mayoría de las actuaciones de los peludos, explica, son extravagantes o representaciones del tipo de animal que personifican. “Eso es lo que hace tan difícil hallarle sentido a esta mierda nazi. ¿Solo están actuando o eso es en lo que creen legítimamente?”.
IRA BLANCA: Los peludos alternos niegan ser racistas violentos. Pero hay conexiones entre ellos y los supremacistas blancos, e incluso con el caos de agosto pasado en Virginia. FOTO: SAMUEL CORUM/ANADOLU AGENCY/GETTY
TOPOS Y CONEJERAS
Deo la Demonio de Tasmania cree saber la respuesta. Fue retratada en el ficticio paseo en helicóptero de Dionysius. Autodenominada comunista, también fue el centro de otra controversia de los peludos alternos. En respuesta a la noticia de que docenas de Furry Raiders planeaban asistir a la Rocky Mountain Fur Con de Denver, en abril, tuiteó: “No puedo esperar a golpear nazis”. Un peludo anónimo comentó: “Ver que te dispare alguien que se defiende por un asalto sin provocación será mucho más entretenido”.
Estas amenazas propiciaron que Deo contactara a la policía de Denver, la cual las halló creíbles. La investigación hizo que el Centro de Tecnología Marriott cobrara 22,000 dólares adicionales en comisiones de seguridad para los oficiales fuera de horas de servicio. Estas comisiones de seguridad, junto con problemas fiscales (los organizadores no presentaron a tiempo su papeleo sin fines de lucro) y un alboroto por la noticia de que una de las personas detrás del evento fue sentenciado por contacto sexual criminal con un menor, en la década de 1990, finalmente hundieron la convención. En respuesta, los organizadores enviaron una carta de cese y desista al hogar de Deo, en la cual lo amenazaban con una demanda colectiva que la acusaba de dar declaraciones falsas a la policía.
Como resultado del incidente, Deo dice que ella y su familia recibieron una andanada de mensajes amenazadores. “Te violaré hasta que mueras, puta de negritos”, le escribió alguien. “¡Un judío menos!”, dijo otro después de que su abuelo murió. Ella reportó estas amenazas a la policía, pero esta fue incapaz de rastrear a su acosador, por lo que Deo dice que se compró un arma de fuego para protegerse.
Deo no asistió a Furrydelfia, pero sí presionó para que se prohibiera el ingreso a los peludos alternos. No cree que sus acosadores estén siendo irónicos o solo troleando. Por meses, Deo fue un topo en el grupo de chat de los peludos alternos en Discord, un servicio privado de mensajes muy popular entre los jugadores. El grupo tenía cientos de miembros con índices variables de actividad. Después de Charlottesville, Deo filtró los contenidos, alrededor de un mes de conversaciones. Muchos comentarios eran racistas, pero lo más perturbador para Deo: uno de los miembros sugirió contratar un sicario para matarla. Deo le dio esta información a su policía local. “Mi familia es judía. No estoy usando el término nazi sin saber el peso real de lo que significa”, dice.
Gilbert, el autor de Furred Reich, era el presidente del servidor de peludos alternos en Discord. Dice que el grupo no era un centro de reunión de nazis. “Siempre he considerado los ‘peludos alternos’ como un movimiento abarcador a la derecha de la afición”, dice aNewsweek. Gilbert no quería rechazar a nadie porque algunos consideraran las opiniones de otros como intolerantes o despreciables.
El día después de que Deo filtró el chat, alguien también filtró una conversación privada de peludos de izquierda. Deo también era un miembro de ese grupo, aunque muy inactiva. Este chat también tenía un topo (que en realidad era un cuervo). Y sus registros contenían múltiples llamados a la violencia. Algunos miembros discutieron sobre hacer bombas; uno incluso propuso envenenar a Foxler, líder de los Furry Raiders, con polonio. “Ellos son tontos, no deberían haber dicho esa mierda”, dice Deo con respecto al chat. “Les he dicho por meses que dejen de hablar de esas cosas sobrecogedoras”.
Sin embargo, los peludos alternos dicen que toman con seriedad esos registros de chat. El cuervo anónimo dice que el chat fue usado para adoctrinar a peludos izquierdistas en comunismo. “Noventa y cinco por ciento de los peludos que proclaman orgullosamente que quieren ‘golpear nazis’ están allí”.
PELUDOS A VOLAR: El arte hecho por los seguidores es popular entre los peludos, que pagan a artistas para que dibujen sus “personas peludas”. FOTO: CARSTEN KOALL/GETTY
Tal vez, pero hay conexiones reales entre los peludos alternos, los supremacistas blancos e, incluso, el caos de agosto pasado en Charlottesville. En la filtración de Discord, Dionysius dijo que había enviado su cómic del helicóptero a Christopher Cantwell para “tener algo de tiempo al aire” en el programa de Cantwell en YouTube. Cantwell, uno de los líderes más eminentes de la derecha alterna en Charlottesville, fue acusado de tres delitos graves como resultado de la violencia en el evento. Un expeludo, un golden retriever llamado Golden Zoltan, sostenía una antorcha tiki entre la derecha alterna en Charlottesville.
El vínculo más condenatorio entre los supremacistas blancos y los peludos alternos es Nathan Gate, un joven neonazi de la derecha alterna. Gate no se considera un peludo, pero ayudó a crear y moderar el canal de peludos alternos en Discord (también montó el servidor AltRight.com para el sitio web de noticias y comentarios de Richard Spencer, líder de la derecha alterna). Incluso organizó la campaña contra la convención Califur en Pomona; se hizo pasar por un reportero local y llamó al hotel mientras movilizaba a los peludos alternos para que hicieran lo mismo en Discord. En el mitin en Charlottesville, grabó una transmisión en vivo de dos horas y media el día de los eventos caóticos. En la transmisión, Gate está rodeado por neonazis en playeras blancas tipo polo, milicianos armados e, incluso David Duke, uno de los supremacistas blancos más eminentes del país.
A pesar de estas credenciales, sus vínculos con los peludos han molestado a sus amigos prejuiciosos. “Considero a los peludos como degenerados y solo trabajé con ellos para lograr metas en común, como hacer que cerraran Califur”, dice Gate. “La asociación me está dando problemas”.
Y luego está la novia de 18 años de Gate, KKKutie, quien ofrece evidencia anecdótica de que los peludos son reclutados por nazis. Gate y KKKutie han salido por más de un año, pero ella dejó de ser peluda hace pocos meses. Tal vez era una de las publicadoras más virulentas en el Discord de peludos alternos, y quien habló de contratar un sicario para matar a Deo. “Pienso que los peludos alternos terminan siendo una especie de éxodo para muchos peludos. Conforme son arrastrados más a la derecha… empiezan a madurar en mente y cuerpo y, en su momento, se cansan de toda esa cosa peluda y lo dejan detrás por un activismo político real. He experimentado esto de primera mano, y he presenciado que varios de mis amigos hacen lo mismo”, afirma KKKutie.
Revela, además, que fue realmente radicalizada a la supremacía blanca por la derecha alterna, pero los peludos alternos fueron su pasaporte fuera de la subcultura peluda. En los registros de chat filtrados se puede ver cómo su desprecio por los peludos crece conforme discute sobre hacer dinero con arte para sus amigos lanudos. “Si dibujo porno peludo ellos me dan dinero, terminan quebrados, se mueren de hambre, matan comunistas y se degeneran al mismo tiempo”.
Deo afirma que las palabras de KKKutie demuestran su punto sobre el racismo de los peludos alternos. “Ellos [los supremacistas blancos] usan estos grupos de nerds porque son excelentes terrenos de selección”, dice. “Están llenos de gente amargada, triste y solitaria”.
ESTA OBRA, que muestra a Dionysius arrojando a peludos izquierdistas fuera de un helicóptero, hizo que lo proscribieran de las festividades lanudas en Filadelfia. FOTO: CORTESÍA DE DIONYSIUS
UN INFIERNO DE PELOS
De vuelta en Furrydelfia, Junius empaca sus artículos en el salón de mercancías de la convención. Las etiquetas antinazis se vendieron rápidamente —los donativos se destinarán a un fondo de apoyo para Charlottesville, explica— y parecían ser mucho más populares que los peludos alternos. Dionysius se mantuvo encerrado en su cuarto de hotel, no quería llamar la atención de los asistentes de Furrydelfia a la caza de él y sus conocidos. Explica que pasó el fin de semana visitando amigos en el área y nunca entró en el espacio de la convención, que estaba en un área distinta del hotel.
Aun cuando la mayoría de la gente en Furrydelfia consideró el evento como un éxito, la controversia alrededor de los peludos alternos todavía ronda. Recientemente, algunos peludos amenazaron con boicotear la FurryCon de este año en el norte de Nueva York después de que uno de los organizadores dijo en Twitter que Las Vidas de los Negros Importan era un grupo de odio como el KKK. Fur Affinity, el equivalente peludo de Facebook, también prohibió las imágenes e iconografía nazis, lo que propició que un peludo alterno amenazara con una demanda. Y ambos bandos en el conflicto se vigilan mutuamente en medios sociales, bloqueando a sus críticos para luego seguirlos con cuentas alternas. Al parecer, el odio en verdad se les ha enconado bajo la piel.
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Publicado en cooperación conNewsweek / Published in cooperation withNewsweek
