En la madrugada del 4 de septiembre, Alex Handrick despertó al escuchar disparos. Luego de servir ocho años en el Ejército de Estados Unidos, el guardia de seguridad privada reconoció de inmediato el sonido. Al darse cuenta de que los disparos provenían de la parte superior de su apartamento en el sótano, el hombre de 28 años tomó su rifle de asalto y subió corriendo por la escalera.
Allí, desnudo, excepto por un cinturón de municiones, encontró a John McAfee, magnate tecnológico de 71 años –y ex fugitivo-, quien estaba ametrallando la pared y el techo de la sala de estar. Al ver a Handrick, McAfee dejó de disparar y dijo: “Hay un intruso”.
Janice McAfee, de 34 años y la esposa de McAfee desde hace casi cinco años, recuerda que estaban teniendo relaciones sexuales en su hogar de Lexington, Tennessee, cuando fueron interrumpidos por el ladrido de sus perros.
“[Él] creyó escuchar movimientos en el entresuelo bajo nuestra alcoba y en el ático, y entonces empezó a disparar su arma hacia las dos áreas”, diría después en su declaración al FBI, obtenida por Newsweek.
Este incidente es apenas el capítulo más reciente en una saga de cinco años del pionero de ciberseguridad, cuyo antivirus epónimo lo convirtió en un nombre de uso corriente en la década de 1990 y, al vender la compañía en 100 millones de dólares, en un hombre muy acaudalado. Sin embargo, en el tiempo transcurrido desde entonces, McAfee ha sido frecuentemente asociado con escándalos; el más notorio, ocurrido en 2012, cuando se vio envuelto en la investigación por el asesinato de su vecino en Belice, la nación centroamericana a la que había emigrado cuatro años antes.
McAfee niega toda participación en el homicidio y, por el contrario, afirma que fue parte de un complot del inframundo en el que estuvieron implicados la corrupción gubernamental del más alto nivel, los carteles de la droga, numerosos proxenetas, prostitutas, su propia paranoia, y hasta su mujer. “Es una telaraña muy enredada”, dice McAfee a Newsweek. “Yo soy la mosca y la araña tiene más de ocho patas”.
John y Janice McAfee se conocieron en 2012, cuando Janice trabajaba como prostituta. Se casaron al año siguiente. JORDAN SAVILLE / NEWSWEEK
La noche del 4 de septiembre, Handrick y su equipo de seguridad registraron la casa, y no hallaron evidencias de algún intruso. Con todo, McAfee obtuvo algo de aquel susto. Siempre abrigó la sospecha de que su esposa estuvo implicada en el complot en su contra; y ahora iba a descubrir que sus temores estaban bien fundamentados.
McAfee conoció a Janice la noche después que huyó de Belice, como culminación de una disputa cáustica y violenta con el gobierno local. Luego que las autoridades hicieran una redada en su complejo –bajo la sospecha de que operaba un laboratorio de metanfetaminas-, McAfee dice que hackeó los registros gubernamentales y documentó lo que, según él, eran pruebas de una corrupción estatal masiva.
Un portavoz del gobierno de Belice niega que McAfee haya violado los sistemas de cómputo en aquellos días. “La afirmación es absolutamente falsa”, dijo el portavoz a Newsweek.
La pared de la sala de estar en el hogar de John McAfee en Lexington. Disparó contra la pared al sospechar que había un intruso en el entresuelo. JOHN MCAFEE
Luego, en noviembre de 2012, McAfee fue declarado “persona de interés” en la investigación del homicidio de su vecino, Gregory Faull. En una fuga muy arriesgada, McAfee viajó a Guatemala en barco, pero fue arrestado por ingresar en el país ilegalmente, así que fingió un infarto para evitar que lo extraditaran a Belice y de esa manera, ganó tiempo para que sus abogados presentaran una apelación, la cual le permitió regresar, eventualmente, a Estados Unidos.
La noche siguiente a su regreso, el 14 de diciembre de 2012, conoció a Janice Dyson, quien trabajaba como prostituta en South Beach, Florida. McAfee dice que, al principio, la rechazó cuando Janice lo abordó fuera de una cafetería; sin embargo, terminaron pasando la noche juntos. Ella no tenía idea de que McAfee era rico o tristemente famoso, mas su proxeneta, Delmariea Kamani Crutchfield –conocido como “Suave”- sí lo sabía. Crutchfield pidió a Janice que le dijera dónde se hospedaba McAfee, pues tenía intención de asaltarlo, pero ella se negó.
La entrada al entresuelo del hogar de McAfee en Lexington, por donde cree que entraron los intrusos para secuestrarlo. A partir de entonces selló la compuerta. JOHN MCAFEE
Janice y McAfee volvieron a encontrarse y a la larga, iniciaron una relación. Se casaron en 2013, pero el romance relámpago duró muy poco. Luego de una disputa, Janice abandonó el apartamento que compartían para hospedarse en un hotel de Portland, Oregón, y la primera persona con quien se comunicó fue Crutchfield, quien le dijo que había gente buscando a su marido. Al principio, pidieron a Janice información sobre los movimientos de McAfee, pero más adelante –cuando ya se habían reconciliado-, la chantajearon y ordenaron que dejara sin seguro las puertas de su hogar de Lexington, e incluso que drogara la comida de su esposo para incapacitarlo y facilitar su secuestro.
Fue solo hasta el tiroteo en su casa que McAfee encaró a Janice con sus dudas de que estaba implicada en algún tipo de complot. Ella confesó que, dos días antes, se había reunido con Crutchfield en una habitación del Lexington Inn, a unos 5 kilómetros de la casa de la pareja.
En varias entrevistas con Newsweek, Janice aseguró que, si bien pareció cooperar con las órdenes que recibía a través de Crutchfield –quien no pudo ser contactado porNewsweek-, al mismo tiempo intentó dar indicios del complot a su marido.
“Aunque estaba cooperando, trataba de sugerir, sin decírselo, que tuviera cuidado. [Pero] los entorpecía. Evité que ocurrieran muchos de los intentos que hicieron en nuestro hogar; impedí que ocurrieran, porque también estoy en la casa”, dijo.
La puerta del dormitorio de la alcoba de John McAfee en su hogar de Lexington, Tennessee.JOHN MCAFEE
“Porque, de haber hecho mi trabajo, habrían dado conmigo… No me gusta la idea de ir a prisión o de terminar muerta para el beneficio de otro”.
Según el relato de Janice, uno de los intentos para secuestrar a McAfee incluyó mezclar la comida que preparaba con una sustancia química que lo incapacitaría, mas ella asegura que fue incapaz de seguir adelante con el plan.
“Ha sido un complot tras otro”, se queja McAfee. “Mi esposa cooperó plenamente con ellos, aunque, al mismo tiempo, trataba de instarme a que no hiciera cosas que me conducirían directamente a la trampa, sin decirme que estaba cooperando para que me secuestraran… Es probable que Janice haya causado más beneficios que daños pues, si bien cooperaba, a la vez parece que le agrado, o eso creo”.
“Ahora está entre la espada y la pared. Todavía teme que puedan dañar a su familia, a pesar de que el FBI y yo no vamos a permitirlo. Ha hecho lo impensable, que es delatar al inframundo… ha delatado a ciertas personas muy poderosas”.
Por cuanto concierne a McAfee, todo el complot en su contra se remonta a su época en Belice. Jamás ha divulgado la información que afirma haber hackeado y robado al gobierno como respuesta a la redada en su complejo, y cree que fuerzas poderosas del inframundo criminal beliceño quieren secuestrarlo para averiguar qué sabe, exactamente. McAfee espera que, ahora que se ha manifestado públicamente, quienes lo persiguen y acosan a su esposa desistan.
“Si quisieran matarme, sería más fácil”, dice. “Pero no pueden matarme, porque necesitan sentarse conmigo y cortarme los dedos o algo hasta que les diga en dónde están almacenados todos los datos”.
Los correos internos que intercambiaron los miembros de alto nivel de la Oficina Central de Tecnología de la Información (CITO) de Belice –vistos porNewsweek- descartan como “completas tonterías” y “desvaríos de una mente enferma” la idea de que McAfee obtuviera alguna información sobre corrupción.
Los medios a menudo han descrito a McAfee como paranoico. Su asociación con el adjetivo pudo haber iniciado a raíz de sus premoniciones paranoicas sobre los virus computacionales –las cuales derivaron en la creación del primer software antivirus comercial-, pero desde entonces, ha permeado su vida personal.
Una búsqueda Google de las palabras “John McAfee paranoico” produce 139,000 resultados, el primero de ellos: un perfil de 2015 publicado enMen’s Journal, que lo etiqueta como “el profeta de la paranoia”. Tras el homicidio de Faull, el primer ministro de Belice, Dean Barrow, declaró que McAfee era “en extremo paranoico, hasta chiflado”, y en una serie de varias entrevistas conNewsweek, el propio McAfee utiliza el término muy a menudo para describir su esquema de seguridad. No obstante, insiste en que, en este caso, semejantes medidas son completamente necesarias.
“No soy paranoico”, asegura. “¿Acaso eres paranoico cuando realmente están persiguiéndote? No lo sé. Es verdad que están persiguiéndome. No creo ser paranoico, pero la prensa dice que lo soy. No creo ser paranoico, absolutamente no”.
Alguien más tampoco cree que McAfee sea un simple prisionero de su paranoia, y ese es su ex cuñado, Dwight Correll. El detective jubilado de la policía del Estado de Washington ha conocido a McAfee desde principios de la década de 1980, pero no lo había visto en persona desde hacía 15 años, hasta que lo invitó a Lexington para investigar sus temores de secuestro. De primera instancia, Correll se mostró escéptico.
“Empezaba a tener algunas dudas, pensando que, tal vez, John estaba demasiado agitado o paranoico”, comenta Correll, hablando por teléfono desde la casa de McAfee. “Y entonces, cuando hablé con Janice y ella me contó toda la porquería que había estado haciendo, comprendí que John tenía todo el derecho en el mundo para sentirse agitado y paranoico… Después de hablar con Janice, me di cuenta de que estaban en medio de un mundo de porquería”.
En conversación telefónica con Newsweek, un miembro del actual servicio de seguridad de McAfee, quien solicitó el anonimato, describió el ambiente como “extremadamente tenso”. Amén de las armas de fuego, los perros y las puertas de acero, las medidas de seguridad de McAfee incluyen un camión adaptado con reflectores, sirenas y un parachoques neumático. El área que rodea la casa cuenta con cámaras, reflectores y trampas en el bosque circundante, mientras que describe la alcoba de McAfee como “el dormitorio más fuertemente armado” de Estados Unidos.
“Es una fortaleza”, asegura. “Para que alguien me capture vivo, cosa que deben hacer, tiene que intentarlo contra un hombre atrincherado que está devolviendo el fuego”.
Lo más asombroso es que, a pesar de que Janice confesó su participación en el complot para secuestrar a McAfee, la pareja no se ha separado. Janice afirma que recibió amenazas contra ella y su familia si no cooperaba con Suave y los otros implicados.
“Sigo con Janice y no tengo intención de separarme de ella”, informa McAfee. “Puede ser una estupidez, pero, para empezar, ha dicho la verdad y entiendo que fue muy difícil para ella… Y segundo, si me separo de ella ahora, entonces es muy probable que regrese con su proxeneta y tramen cosas de las que no tendré idea, ni el menor conocimiento, ¿entiendes?”.
McAfee afirma que, pese a las revelaciones, sigue amando a Janice. No obstante, ella es reacia a decir lo mismo. “No es amor”, responde, al preguntarle cuáles son sus sentimientos por McAfee. “Tal vez admiración. Amor es una palabra muy rara para mí, no la uso”.
McAfee agrega que su círculo de confianza no se extiende más allá de Janice. Además de Handrick, tiene un equipo rotatorio de guardias de seguridad privados que incluyen a dos ex Boinas Verdes. Sin embargo, desde las revelaciones de su mujer, McAfee mantiene una distancia mínima de 5 metros respecto de sus agentes de seguridad, por el temor de que alguno de ellos se haya corrompido.
En un correo electrónico dirigido aNewsweek, el 12 de noviembre, McAfee escribió: “Como, duermo y me baño con una pistola en mano. Cuando salgo del dormitorio [asegurado con una puerta de acero sólido de 3.57 milímetros de espesor] y voy a la habitación principal de la casa, me preceden mis dos pastores alemanes y un pitbull. Momentos antes de salir, llamo al jefe de seguridad y le pido que todo el personal esté sentado en sillones reclinables con los pies levantados; una postura vulnerable, ya que me encuentro parado y voy armado… NO es una situación divertida”.
McAfee informa que se mantiene en contacto regular con un agente del FBI, aunque cuandoNewsweek lo contactó, el agente se negó a tocar el tema de la investigación ni reconoció que hubiera una investigación abierta. En una declaración oficial, un portavoz del FBI dijo: “La política del FBI es no confirmar ni negar la existencia de una investigación”.
Con todo, McAfee desconfía hasta del FBI. Al respecto, dice: “¿Por qué debo confiar en un agete del FBI, cuando pueden darles 10 millones de dólares solo por no entorpecer algo? No tendrían que meter las manos; solo por hacer nada. Por eso no confío en ellos”.
McAfee dice que pretende emigrar a un lugar más seguro, pero no revela a dónde o cuándo se mudará con su esposa, sus perros y su séquito de seguridad. Su ex cuñado espera que elija un lugar tranquilo y apartado, aunque Correll especula que, a juzgar por el colorido pasado de McAfee, es más factible que termine consumiéndose que desapareciendo.
“Es probable que yo buscara un lugar distinto”, comenta Correll. “Tal vez la cima de una montaña, en algún lugar donde pueda contemplar el paisaje a 8 kilómetros a la redonda. Por supuesto, eso terminaría por volverse aburrido muy pronto. No veo a John haciendo eso”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek