Ambas disciplinas pueden ser letales. Tan peligroso llega a ser un puñetazo como mortal una patada. Son gladiadores diferentes que despiertan cada vez más fanáticos.
Las artes marciales mixtas luchan por retomar el lugar que un día tuvieron en Tijuana para el plano internacional. Y aunque el boxeo sigue siendo el favorito de los aficionados, el crecimiento de los seguidores del octágono es innegable.
En el fondo parece haber una diferencia irreconciliable entre esos deportes, pero entrenadores y promotores recuerdan que tienen un mismo origen que los vincula.
“Se están abrazando las disciplinas. Nunca he visto una en conflicto con la otra. Muchos manejan como si existiera esa rivalidad o competencia de mercado de las artes marciales mixtas con el box y otras disciplinas”, menciona Marco Pérez, Comisionado de Artes Marciales Mixtas.
Está al frente de esa responsabilidad desde noviembre del 2016, y fue promotor entre 2001-2002, cuando asegura que Tijuana estaba entre los primeros cinco lugares a nivel Latinoamérica.
“Desafortunadamente por diversos factores, uno de ellos, y creo que el principal, el tema de la inseguridad que se desató, se dejó de promover el deporte”, comenta.
Hoy su plaza principal es el Auditorio Municipal Fausto Gutiérrez Moreno, pero en la zona centro hay espacios para eventos pequeños, muchos de ellos de nivel amateur, menciona.
“Están dándole una plataforma a los jóvenes, a los nuevos que están iniciándose en esa disciplina”, agrega.
A diferencia de las artes marciales mixtas, con el paso del tiempo las carteleras de boxeo de distintos niveles se mantienen como una constante en esta ciudad fronteriza.
Pero en Reyes Gym conviven los dos deportes. El entrenador Miguel Ángel Reyes Maldonado platica que empezó practicando artes marciales mixtas hace 40 años, y aproximadamente 25 años después se enfocó en el boxeo.
Su cambio fue porque nació la carrera boxística de Jacqueline “Jackie” Nava, la primera mujer campeona del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que antes de ser pugilista practicó artes marciales profesionalmente. Obtuvo un cinturón como campeona de Norteamérica que Miguel Reyes exhibe en su gimnasio.
“Ella no quería tampoco, decía: ‘yo no sé boxear’. Lógicamente yo sabía del talento que tenía”, cuenta el entrenador de “La princesa azteca”.
Menciona que hoy en Tijuana hay pocas compañías locales organizando carteleras de artes marciales mixtas. Hay algunas que promueven boxeo y suman enfrentamientos de artes marciales “en pequeña escala”.
“Hay una que otra empresa que resurge, promueve y se desaparece”, añade Reyes Maldonado.
Son esas compañías las que parecen haber evitado que ese deporte se rindiera en esta ciudad, y hoy recibe un segundo aire con la atención que le han dado empresas de nivel mundial.
En el gimnasio del entrenador de boxeo Rómulo Quirarte el ambiente es distinto. Allí han pisado la lona figuras como Julio César Chávez en la primera etapa de su carrera y en sus tres primeras defensas como campeón del mundo; José Luis Castillo, considerado por muchos como el único que venció a Floyd Mayweather, aunque los jueces le dieron la victoria al norteamericano; Jorge “Maromero” Páez; Antonio De Marco, Luis Ramón “Yori Boy” Campas, y Humberto “Zorrita” Soto, entre otros.
El recuento lo hace Rómulo Quirarte hijo, porque su padre se aferra a su filosofía de no dar entrevistas, asegurando que no tiene nada que decir.
“En mi casa se desayuna, se come y se cena boxeo. Mi papá tiene 50 años trabajando en esto”, destaca “Bobby” Quirarte.
Los Quirarte también tuvieron la oportunidad de incursionar en las artes marciales mixtas hace unos 15 años, pero declinaron la propuesta de promotores para que sus pupilos llevaran una doble carrera: de boxeo y de artes marciales mixtas.
“Con una sola pelea de vale todo me lo iba a retirar del boxeo. Los dos llevan violencia, pero el riesgo mayor lo corren los de vale todo”, menciona.
Rómulo Quirarte Jr. y Reyes Maldonado consideran que cada deporte tiene a su público. Así parece ser después de tantos años de convivencia a lo largo de la historia, desde los Juegos Olímpicos en Grecia, hasta la actualidad.
En todo ese tiempo la evolución de las reglas para cuidar la salud de los peladores ha mejorado, y aun así han muerto algunos. Incluso el “Vale todo” ganó su nombre por el nivel de agresividad y variedad de golpes permitidos. Alrededor de 20 años después, se transformó en artes marciales mixtas.
“En el amateur muchas veces se cae en descuidos”, reconoce el comisionado de esta disciplina que también es Presidente de la Asociación Estatal de Pancracio.
Estas peleas fueron en sus orígenes enfrentamientos que arrojaban un ganador cuando uno de los oponentes no tenía fuerzas para continuar.
Todo esto es el atractivo que despierta el gusto de seguidores y practicantes de los combates cuerpo a cuerpo, explica Gretchel Celaya, integrante del equipo de apoyo sicológico para selectivos de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
“Son muy atractivos debido a que vemos la parte interna de la persona, de este atleta, vemos el instinto del ser humano”, apunta.
No existe un perfil único de quienes practican, pero hay similitudes en sus motivaciones para pelear como inseguridad, complejos y su entorno, comenta. Lo que los hace iguales cuando están uno a uno, es lo que deben de canalizar: miedo, ansiedad, ira, fobias.
El trabajo mental con los atletas nacientes puede detectar a quienes no están hechos para practicar estos deportes, pero es su decisión seguir adelante porque una derrota devastadora puede cambiarlo todo, asegura.
“En la actualidad es lo que hemos estado manejando, que los boxeadores y de artes marciales estén preparados para la peor situación posible”, añade.
La multipromocionada pelea entre el boxeador Floyd Mayweather y el artemarcialista Conor McGregor demostró la rentabilidad económica de un combate entre exponentes de distintas disciplinas, aunque deportivamente no hayan aportado algo nuevo.
Los protagonistas del boxeo y de las artes marciales consultados para este texto antes de la pelea, coincidían en las pocas probabilidades que tenía la estrella del Ultimate Fighting Championship (UFC), de salir con la victoria.
El UFC es la plataforma que buscan los peleadores de artes marciales mixtas, y para lo que se especializan en la combinación de disciplinas como tae kwon do, Jiu-jitsu, kick boxing, boxeo, muay thai, karate y/o capoeira.
Miguel Reyes, que prepara en técnicas de golpeo a combatientes para esa compañía en Estados Unidos, destaca que en su primera salida, un peleador puede ganar unos diez mil dólares, cifra muy superior a la de un boxeador debutante.
Allí asientan también sus esperanzas de renacimiento de esta frontera promotores y entrenadores. La empresa ya puso los ojos en Tijuana y los atletas que se han formado en sus gimnasios.
El Comisionado Marco Pérez destaca que la visita este año de compañías como Brave, de los Emiratos Árabes, y del programa Combate América de la televisora TV Azteca, son otro indicador de que las artes marciales se están poniendo de pie otra vez en Tijuana.
El evento que organizó la empresa árabe en esta ciudad fue el segundo que presentó en el continente americano, y el primero en México, subraya.
“Estas empresas están cuidando que un 80% de su cartel sean peleadores mexicanos. Están dándole un impulso importantísimo al atleta mexicano”, comenta.
En su primer aliento, recuerda, en la escena de las artes marciales en esta frontera había peleadores de México, Estados Unidos, Brasil, Canadá y Francia, entre otros.
Para él, esa temporada de éxito de las artes marciales mixtas fue en parte gracias al cuidado de los peleadores cuando esa disciplina ni siquiera estaba regulada.
“Cumplíamos con todos los requisitos que se deben de cumplir, que son obligados para un evento profesional, sin ser propiamente un evento profesional”, refiere.
La tremenda capacidad para generar ganancias es otra de las características que comparten el boxeo y las artes marciales mixtas.
En el pugilismo esto genera desde hace tiempo sospechas cuando hay victorias en las tarjetas de los jueces que los aficionados no comparten.
“Nosotros tenemos que respetar la opiniones del público, porque realmente el público es el que termina pagando por ver un espectáculo de este nivel, y creo que están en su derecho de exigir algo”, dice Rómulo Quirarte Jr.
Las artes marciales mixtas, donde también ha habido triunfos cuestionados, no está exenta de caer en el juego de esos intereses.
“No lo ha tocado tanto. Hay muchas controversia igual en peleas, hay revanchas”, subraya Reyes Maldonado.
Pero el dinero no siempre llega a todos. En el entorno del gimnasio de Rómulo Quirarte lo que sobra es sencillez. Enfatizan que más que peleadores, forman humanos.
Solo aceptan a mayores de siete años y menores de 22, a los que no les cobran por aprender, pero sí les exigen disciplina y continuar los estudios, porque no todos alcanzarán un cinto mundial de boxeo y otros serán efímeros.
“Un día eres campeón del mundo, y a lo mejor a la siguiente vez el excampeón del mundo. Y ser médico, nadie te lo va a quitar, hasta que te mueras vas a ser médico”, añade “Bobby” Quirarte.
Las prioridades en el presente y futuro entre las artes marciales y el boxeo tampoco son muy distintas en esta ciudad formadora de guerreros que es Tijuana.
Los primeros buscan más promoción y espacios para regresar a los primeros lugares, los segundos con grandes empresas como Promociones Zanfer, Golden Boy y Top Rank, perciben un descuido.
“Siento que se llenaron de muchos compromisos a nivel internacional, que no les da abasto para darle oportunidad a más gente. Golden Boy es lo mismo, ellos se enfocan en los peleadores de Estados Unidos, los latinos. Top Rank está manejando muchos europeos en este momento”, detalla Quirarte Jr.
Por lo pronto Tijuana sigue generando y recibiendo a hombres y mujeres con hambre de pelear más allá de sus fuerzas que persiguen la pequeña posibilidad de lograr ganancias millonarias.