Este verano, hasta 1,000 millones de
televidentes encenderán sus televisores para ver el nuevo juego de moda en
India: no se trata del críquet, ni del futbol soccer ni del basquetbol, sino de
algo muy poco conocido en Occidente, llamado kabaddi. Este deporte combina
elementos del juego infantil de “corre, que te atrapo”, el rugbi y capturar la
bandera, y fue inventado hace siglos en el sur de India. Fue exhibido por
primera vez en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, pero nunca se convirtió
en un deporte olímpico oficial. Esto no ha perjudicado su popularidad en India:
la Liga Profesional de Kabaddi, que se encuentra en la víspera de su quinta
temporada, que comienza en julio, tiene más fanáticos en India que cualquier otro
deporte, además del críquet.
Los deportes profesionales nunca han sido
tan populares en India como lo son en muchas otras naciones de gran tamaño,
pero el país se ha convertido en un atractivo mercado para los anunciantes
mundiales ansiosos por llegar a la clase media india, uno de los sectores de
consumidores de más rápido crecimiento en el mundo. Para 2025, se proyecta que
el gasto de los consumidores indios se triplique, llegando a 4 billones de
dólares al año. (En comparación, los alemanes gastaron 1.81 billones de dólares
en 2016). El interés en el entretenimiento, como la música y la televisión, ha
crecido en India, y las corporaciones multinacionales apuestan a que la clase
media desarrollará un apetito por los deportes.
Una empresa conjunta entre Reliance
Industries de Mukesh Ambani, la agencia deportiva y de talento artístico IMG y
el grupo de medios de comunicación Star India de Rupert Murdoch está inyectando
una gran cantidad de dinero a deportes como el fútbol soccer, el tenis y las
artes marciales mixtas. Está cortejando a jugadores de futbol retirados de
equipos ingleses, como Diego Forlán, ex delantero del Manchester United, y
Florent Malouda, antiguo extremo del Chelsea, así como a estrellas del tenis
como Roger Federer y Rafael Nadal, quienes, según informes, recibieron
aproximadamente 4 millones de dólares cada uno por parte de la Liga de Tenis de
India por jugar en la temporada 2014-2015. Mientras tanto, los empresarios de
poca monta ponen en marcha franquicias de deportes en india que abarcan desde
el bádminton hasta el basquetbol. Se han creado 20 nuevas ligas profesionales de
deportes desde la fundación de la Liga Premier de críquet en 2008.
Ninguna de estas ligas ha sido tan
exitosa como la de kabaddi. La empresa local de análisis de datos News Flicks
señala que la temporada de 24 partidos del año pasado atrajo a cerca de 1000
millones de telespectadores. El kabaddi es actualmente el segundo deporte más
popular en India después del críquet.
“El kabaddi posee una identidad india
característica”, señala Anupam Goswami, Comisionado de la Liga Profesional de
Kabaddi. En tan sólo cuatro temporadas, la emoción en india ha creado un
deporte con participación internacional. Doce equipos, que incluían escuadras
provenientes de Japón, Estados Unidos y Reino Unido, compitieron en la Copa
Mundial de Kabaddi de 2016, que atrajo a 114 millones de televidentes indios en
16 días de partidos.
Este deporte aún está muy lejos de lograr
la popularidad del críquet, que también posee una profunda historia en India.
Desde que los colonizadores británicos lo introdujeron en el siglo XVIII, el
críquet ha sido calificado como la religión que une a las muchas castas y
comunidades de India. En menos de 10 años desde su inicio, la liga profesional
de críquet de India se ha convertido en el principal impulsor de ese deporte en
todo el mundo, con miles de millones de espectadores más que en el Reino Unido,
país donde inició ese deporte.
Así como los mejores jugadores de fútbol
soccer del mundo viajan a jugar a Europa, los mejores jugadores de críquet del
mundo desean competir en la Liga Premier de India. La inversión de ese país en
el deporte ha generado acuerdos millonarios de patrocinio para los principales
jugadores como Sachin Tendulkar, quien obtuvo suficiente dinero de marcas como
Pepsi, Colgate y Visa como para colocarse entre los 100 atletas mejor pagados
del mundo en 2014, de acuerdo con la revista Forbes.
Sin embargo, la gran pregunta para los
negocios es si los deportes recientemente importados pueden lograr la misma
popularidad en India que aquellos con los que los indios crecieron. Hasta
ahora, los deportes con los que los indios están menos familiarizados, como el
fútbol soccer, no han generado el mismo tipo de entusiasmo.
Las personas que cuentan con información
privilegiada afirman que los funcionarios de las ligas y los propietarios de
franquicias recurren a regalar boletos e incluso a llevar en camiones a los
alumnos de escuelas a los juegos para lograr “estadios llenos”, según la jerga
de la industria. Por ejemplo, la Liga Premier de Bádminton, con tres años de
antigüedad, atrajo únicamente a 3.5 millones de espectadores en sus 15 partidos
realizados a principios de este año, mientras que la Liga de Hockey de India
obtuvo aún menos espectadores durante su temporada de 2016.
Algunas de las nuevas ligas deportivas
prosperan. Remus D’Cruz, ejecutivo de la Liga India de Hockey, de cuatro años
de antigüedad, indica que básicamente alcanzan un punto de equilibrio gracias a
los fondos recibidos de patrocinadores corporativos como Airtel, la empresa
proveedora de redes móviles y Hero, el fabricante de motocicletas.
Mientras tanto, el gasto corporativo en
la mercadotecnia relacionada con los deportes está al alza en India. En
términos generales, el patrocinio deportivo ha aumentado casi 20 por ciento en
2016 con respecto al año anterior para alcanzar casi 1000 millones de dólares,
cerca de la décima parte del gasto publicitario general en India, de acuerdo
con un informe publicado en 2017 por SportzPower India. (Esta cantidad es mucho
menor que en América del Norte, donde el gasto en patrocinios del año pasado
fue de más de 20,000 millones de dólares). Algo que quizás resulte más
alentador es que los patrocinadores de deportes distintos al críquet ahora
aportan cerca de 40 por ciento del total.
Los inversionistas no son los únicos que
se benefician de una creciente cultura deportiva. Vivo, el fabricante chino de
teléfonos inteligentes y patrocinador titular del kabaddi, ha apostado más de
45 millones de dólares en esta temporada a que el juego le ayude a adquirir
algunos fanáticos a su marca.