Derivado de la reforma penal de 2016, el nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio en México debe su relevancia a que otorga prioridad al respeto a los derechos humanos tanto de las víctimas como de los acusados. El abogado Enrique Vázquez Acevedo, director general de Vázquez Acevedo & Consultores, considera que lo que logró la reforma fue implementar un nuevo sistema de procesamiento penal que posee dos vertientes sumamente relevantes, la eficacia en los derechos humanos y la sujeción al derecho internacional de estos derechos. “En esas dos vertientes es como hoy funciona el sistema. Esto es un cambio cultural en México, que no solamente aplica para el derecho penal, sino para todo el ámbito jurídico”, explica en encuentro con este medio.
Licenciado en derecho y doctorando en ciencias jurídicas con especialidad en derecho procesal civil, mercantil y de amparo, Vázquez Acevedo añade que, “hoy, si estamos en un asunto legal, traigo por un lado un derecho humano, el de la víctima, la reparación de su daño, y el del imputado, su presunción de inocencia. Si eso lo ponemos en una balanza, esta necesita equilibrarse, y eso se hace en el juicio, equilibrar”.
Si por alguna causa, por ejemplo, en un juicio a un indígena no se le brinda un traductor, se le violenta un derecho humano que se llama el debido proceso legal: “La esencia de la reforma se llama, simplemente, transformación del debido proceso legal como derecho humano. ¿Qué es el debido proceso legal? Es el conjunto de requisitos que tienen que observarse en cada una de las instancias procesales para que el gobernado pueda defenderse adecuadamente ante cualquier acto de la autoridad que le vulnere o le pretenda vulnerar un derecho. Ojo, insisto, no es una reforma a favor del imputado, pues la autoridad también le puede violentar un derecho a la víctima si no le da reparación del daño, o puede violentar al imputado si no le da un defensor o traductor. Cuando hay violación de un derecho, la consecuencia es la violación de la dignidad humana”.
Vázquez Acevedo & Consultores es una consultoría especializada en el conocimiento de la legislación internacional y nacional en derechos humanos y su aplicación al Proceso Penal Acusatorio. Su objetivo es que, frente a sus clientes, las autoridades actúen sin violentar la dignidad humana y con el debido proceso legal. Además, trabaja para el esclarecimiento de los hechos, que el culpable no quede impune, proteger al inocente y lograr la reparación del daño a las víctimas.
“Con las reformas de 2008, 2012 y 2016 percibimos que había una necesidad de acompañamiento especializado para el cliente porque el nuevo sistema no se conocía. Por ejemplo, en el área de ejecución de la pena, en el anterior sistema se decía: ‘Pues bueno, ese señor ya no tiene nada que hacer’. Y hoy hay mucho que hacer en pos de su libertad, siempre y cuando a la víctima, para que le den su libertad a ese señor, le sean reparados los daños”.
—¿En todos los casos, Enrique?
—En todos los casos, desde luego que no en los de delincuencia organizada, ni en delitos de alto impacto. Antes de las reformas hablábamos de un derecho penal, en materia penitencia, de autor, pues al acusado le tomaban en cuenta sus antecedentes penales, sus estudios de personalidad; pero hoy, con esta reforma, se habla de un derecho penal de acto: se le sanciona por lo que hizo, no por lo que es. Y con eso se logra la alineación a lo que se conoce en el mundo jurídico como el estado de derecho constitucional.
—¿Qué distingue a esta consultoría de otros despachos?
—Ofrecemos asesoría jurídica integral desde que una persona es detenida hasta que es puesta en libertad aun después de sentenciada. Nuestro campo principal es la ejecución, la ejecución se da cuando una sentencia ya está firme, le dieron a una persona una sentencia de diez años y ya no hay qué promueva, amparo ni nada, lo único que le queda es su compurgamiento. Pero hoy, con el nuevo sistema de justicia, hay un beneficio, la libertad condicional. Hoy en México, todo aquel reo que cumpla el 50 por ciento de su pena, teniendo desde luego un buen comportamiento y una serie de requisitos que le impone el artículo 137, tiene derecho a su libertad. En muchas ocasiones tendrá necesidad de llevar un brazalete, y la consultoría no solo hace el trámite legal, sino da el acompañamiento para ofrecer incluso el servicio del brazalete. De modo que la consultoría no solamente da un acompañamiento en todo lo jurídico, sino también en lo tecnológico.
—¿Quiénes son los principales clientes de la consultoría y qué casos son los más frecuentes?
—Nuestros principales clientes son empresas que tienen problemas. Mucha gente piensa que la reforma se hizo para beneficio del imputado, del acusado sentenciado. No es cierto. Se hizo en beneficio de la víctima. Porque la víctima en principio ya es parte del proceso, tiene un asesor jurídico y, además, uno de los principales objetos del proceso penal es la reparación del daño. Si tomamos en cuenta que el 80 por ciento de los delitos que se cometen en el país son patrimoniales, si tú le reparas el daño, yo, abogado, me hago a un lado. Si se trata de una empresa o un particular que comete un delito patrimonial, un fraude, un abuso de confianza, si se logra reparar ese daño, ya no se continúa el proceso.
—¿Entonces por qué la reforma penal ha sido tan denostada?
—La ley, en el iure, la ley como tal, es muy garantista y se ha avanzado mucho. En el foro jurídico, ante el desconocimiento, lo que se ha hecho es satanizar su operación. Pero es un cambio, es reinventarnos. Esto lo entendí con mayores raíces filosóficas a través del doctorado que estoy haciendo, donde me han dado todo el bagaje filosófico y jurídico. Si hablamos de despachos penales, hoy tienen que actualizarse, y hay por ahí algunos muy importantes que incluso cerraron. Esto es un cambio, el cambio no está en solo aprenderse una ley, sino en actualizarse. ¿De qué depende hacer valer los derechos? De que los conozcas, si no los conoces, seguirás con lo mismo y la generación de los antiguos vicios.
—¿Qué vislumbra para México con su nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio?
—Vislumbro que el ciudadano va a creer en las autoridades, eso lo va animar, y ya no le tendrán que estar diciendo: denuncia. Irá con la autoridad porque esta hará bien su trabajo y va a cumplir con sus funciones. Pero algo importante que tenemos que ir erradicando de nuestro pensamiento como mexicanos es la generalidad. Estamos acostumbrados a generalizar, y tenemos que empezar por erradicar esa mala influencia. No todos somos malos, hay buenos y malos, pero son muchísimos más los buenos que estamos generando el cambio.