Manila.— Varias personas que se manifestaban frente a la embajada de Estados Unidos en Manila, capital de Filipinas, quedaron tiradas en el suelo luego de que fueron arrolladas por un vehículo policiaco, el pasado 19 de octubre. Un día después, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, anunció en Pekín su “separación” de Estados Unidos, su tradicional aliado, y confirmó su espectacular giro diplomático hacia China. Este viaje de Duterte representa la reanudación de las relaciones entre China y Filipinas, que en los últimos años se volvieron glaciales a raíz de la disputa por la soberanía de algunas islas en el mar de China Meridional. “Anuncio mi separación de Estados Unidos”, lanzó Duterte en un foro económico, pocas horas después de una cumbre con su homólogo chino Xi Jinping. Duterte ha sido criticado por Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU por su campaña anticriminal, que ya ha causado más de 3700 muertos según un recuento oficial. Estados Unidos, por su parte, respondió que pedirá a Filipinas una “explicación”. “Vamos a buscar una explicación de lo que el presidente quiso decir exactamente cuando habló de una separación con Estados Unidos”, dijo John Kirby, vocero del departamento de Estado.
Un total de 52 personas han sido rescatadas por elementos de la Policía y Bomberos Municipales durante las primeras horas...
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