Este lunes 14 de abril de 2025, la región fronteriza entre México y Estados Unidos fue sacudida por un sismo de magnitud 5.2 que se registró a las 10:08 a.m. hora local del epicentro, ubicado a 18 kilómetros de San Diego Country Estates, en California. Sin embargo, en Tijuana —ubicada en el mismo huso horario que la costa del Pacífico— el temblor se sintió exactamente a las 10:00 de la mañana, remarcando una vez más la paradoja de vivir en un espacio compartido pero fragmentado por fronteras políticas y administrativas.
Impacto en varias ciudades de ambas fronteras
Aunque el epicentro se localizó en territorio estadounidense, el movimiento telúrico impactó directamente en varias ciudades del norte de Baja California, especialmente en Tijuana, donde miles de personas detuvieron sus actividades ante la inesperada sacudida. Colonias como Otay, Zona Río, Libertad, Playas y La Mesa reportaron la percepción del temblor, el cual fue breve pero fuerte. En redes sociales, usuarios mexicanos y estadounidenses comenzaron a compartir reportes casi simultáneos, lo que demuestra la intensidad del fenómeno y la manera en que la frontera se convierte en un espacio sísmico común.
No fue un evento aislado
Según el monitoreo global de actividad sísmica, este no fue un evento aislado. Durante las últimas horas, se han registrado movimientos de magnitudes similares o mayores en otras partes del mundo: un sismo de 6.5 grados a 630 kilómetros de Nukuʻalofa, en Tonga, ocurrió el 13 de abril a la 1:03 p.m. (hora local); otro de magnitud 5.9 se reportó a 560 kilómetros de Yuzhno-Sajalinsk, Rusia, a las 2:13 a.m. del mismo día; y uno más de magnitud 5.8 en Tayikistán el 12 de abril. Esta serie de eventos sísmicos recientes evidencia una actividad tectónica global activa, aunque no necesariamente conectada entre sí, y refleja los constantes reajustes de placas que ocurren en distintos puntos del planeta.
En el caso de Baja California y California, los sismos tienen una explicación más localizada. Ambos lados de la frontera comparten un sistema de fallas geológicas que incluye la famosa falla de San Andrés, además de otras menos conocidas pero igualmente activas como la de Laguna Salada, Cerro Prieto y Elsinore. Estas estructuras tectónicas colocan a la región dentro de un cinturón sísmico importante del Pacífico, lo que significa que eventos como el de este 14 de abril no son extraordinarios, aunque sí representan una llamada de atención.
Capacidad de respuesta de autoridades y sociedad
La noticia del temblor también coincidió con la cobertura de medios nacionales, como el portal Mediotiempo, que en una publicación de las 9:42 a.m. ya advertía de la actividad sísmica en México este 14 de abril. Aunque el sismo aún no había ocurrido al momento de la publicación, el artículo reafirma que México es un país donde la tierra tiembla de forma cotidiana, y donde, más allá de la magnitud, lo que se pone en juego es la capacidad de respuesta de las autoridades y de la sociedad en su conjunto.
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La tierra habló a las 10:00 a.m. en Tijuana. Y aunque hoy solo fue un aviso, la historia geológica de la región nos recuerda que podría ser solo el preludio de algo mayor. N