Mira a tu alrededor porque lo que veas podría ser lo mejor que puedas tener. Algunos investigadores piensan que la raza humana ha alcanzado su punto máximo en el ámbito físico y que lo único que nos queda es la decadencia, debido a los problemas ambientales.
En un estudio publicado en la revista Frontiers in Physiology, un equipo de científicos franceses analizó una cantidad de registros e investigaciones equivalentes a 120 años para calcular el ritmo variante de los cambios en la estatura, el desempeño atlético y el tiempo de vida de los seres humanos. Los investigadores observaron que, aunque hubo un pronunciado aumento en las mejoras en esas tres áreas durante el siglo XX, las cuales reflejaron los avances industriales, médicos y científicos, el ritmo de esos avances ha disminuido de manera importante en años recientes.
El equipo analizó récords mundiales en distintos deportes, como el atletismo, la natación, el patinaje, el ciclismo y el levantamiento de pesas. Los atletas olímpicos de esos deportes rompieron récords con márgenes impresionantes desde comienzos hasta finales del siglo XX, pero desde entonces, los deportistas que han impuesto récords olímpicos solo han hecho mejoras incrementales.
No solo hemos dejado de ser más rápidos y más fuertes, sino también de crecer, de acuerdo con el estudio. Los investigadores utilizaron datos recopilados por una red de científicos especializados en salud, conocida como NCD Risk Factor Collaboration (Grupo de Cooperación sobre el Factor de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles). Sus cifras muestran un aumento importante en la estatura (3.47 centímetros) en hombres y mujeres de 184 países, al comparar a las personas nacidas en 1896 con las que nacieron en 1996. Sin embargo, los datos de las últimas tres décadas indican que la estatura se ha estancado en los países de altos ingresos de América del Norte y Europa.
Sin importar lo bien que comamos, en cierto punto nuestra genética pisa los frenos, señala Jean-François Toussaint, fisiólogo de la Universidad Descartes de París. “No somos capaces de ser tan altos como las secoyas de California. Nos hemos vuelto más altos, pero nuestro genoma no tiene la capacidad de seguir creciendo y creciendo”.
Este punto máximo en la estatura es evidente incluso entre algunas de las personas más altas del planeta: los jugadores de baloncesto. Toussaint y sus colegas analizaron datos de jugadores profesionales desde la década de 1920 y descubrieron que, si bien tenemos aún a jugadores tan altos como la estrella de los Knicks de Nueva York Kristaps Porzingis (2.21 metros), los datos muestran que la estatura media de los jugadores de la NBA se ha estancado durante los últimos 20 años.
En algunos países africanos, el promedio de la estatura en los seres humanos adultos se ha reducido durante los últimos diez años, de acuerdo con el estudio. Toussaint afirmó en un comunicado de prensa que las condiciones ambientales podrían estar provocando que el progreso humano se reduzca. “Esto indica que algunas sociedades ya no son capaces de proporcionar suficiente nutrición a cada uno de sus niños y mantener la salud de sus habitantes más jóvenes”.
En cuanto al tiempo de vida de los seres humanos, es difícil imaginar que alguien pudiera derrotar a Jeanne Calment, una mujer francesa que tenía 122 años cuando murió, en 1997, y Toussaint y sus coautores piensan que pocas personas lograrán hacerlo. La expectativa de vida en los países con altos ingresos aumentó alrededor de 30 años entre 1900 y 2000, según un estudio realizado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, citado por los investigadores, gracias a una mejor nutrición, higiene, vacunas y otros avances médicos.
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Pero es posible que hayamos alcanzado nuestro límite biológico en cuanto a la longevidad. Los investigadores encontraron que, en muchas poblaciones humanas, “es cada vez más difícil mostrar avances en la duración de la vida, a pesar del progreso de la ciencia”, dice Toussaint. Conforme el cambio climático produce olas de calor más frecuentes, así como otras condiciones climáticas difíciles, explica, las personas mayores se vuelven más vulnerables y el tiempo de vida promedio podría seguir reduciéndose en algunos países.
No todos están de acuerdo. Algunos expertos piensan que, al menos algunos de nosotros, los llamados superagers o superancianos, seguiremos engañando a la Parca durante cada vez más tiempo. Por ejemplo, Siegfried Hekimi, biólogo de la Universidad McGill, es el coautor de una investigación realizada en junio de 2017 en la que se sugiere que podría no existir un límite detectable al tiempo de vida de los seres humanos.
“No sabemos cuánto del tiempo de vida depende de nuestras condiciones de vida”, declaró Hekimi a Newsweek en un correo electrónico. “Pero aún parece que la duración de la vida aumenta en respuesta a unas mejores condiciones de vida, para aquellas personas cuyas condiciones de vida mejoran con el paso del tiempo”.
En cuanto a nuestro desempeño físico, Hekimi piensa que también podemos mejorar. ¿Su indicador? El hecho de que los medicamentos diseñados para mejorar el desempeño hayan demostrado que mejoran marcadamente el desempeño atlético. Es posible que el dopaje no sea una forma legal de romper récords, pero Hekimi afirma que el hecho de que funcione “indica que aún hay espacio para mejorar”.