Mario Santos es un hombre que no se conforma con el sistema.
Desde que se inició en el medio de la música se dio cuenta de que no existía en México
una escuela que enseñara las bases de la música popular, pues fuera del
Conservatorio Nacional no había posibilidades de estudiar música.
Fue así como en 1993 fundó, junto con otro socio, la escuela
de música Fermatta, la cual dejó en 2005 para trabajar en su carrera como
productor, arreglista, director musical, compositor de música de cine y dirigir
proyectos de música con reconocidos artistas como Natalia Lafourcade y Mijares.
En México el Conservatorio Nacional es una gran opción para músicos de
concierto pero Santos sueña con proponerle a los jóvenes algo diferente: “quiero formar chavos creadores y darles una
opción para que estudien una carrera profesional en música, sin que necesariamente sea música clásica”, cuenta en una
oficina de la nueva escuela que fundó en Septiembre de este año: AB
Musiq.
“De por sí la carrera de músico no es algo bien visto por la
sociedad, se ve como un hobbie. Fermatta nació como una opción para que quien quisiera hacer música popular
pudiera estudiar profesionalmente y es la idea de AB Musiq”, agrega.

Abrir una escuela de música no es algo sencillo, y menos en
un país como México; un país que es rico en cultura, pero que tiene un gobierno
que no la considera algo primordial. “La cultura en el arte no es muy apoyada por
el gobeirno, el presupuesto se ha recortado y mientras un gobierno no esté
realmente preocupado e interesado en la cultura no va a haber apoyos”, explica
Santos, quien en 2008 ganó un Grammy con Guillermo Gil y la cantante
puertoriqueña Kany García.
Como sucede con la mayoría de los problemas que tiene
México, el problema de la cultura comienza en la educación. “Para formar músicos necesitas a buenos maestros y esos maestros deben de haber tenído una buena educación musical”.
Mario explica que el problema radica en que, “La gente cree
que la música popular no es cultura porque sus raíces son populares y no
académicas y lo que pasa es eso: nuestras autoridades culturales consideran que
no es cultura nuestra propia música, pero para mi es más cultura nuestra un son
huasteco que una canción de blues”.
Así nace AB Musiq, con la meta de ofrecer una educación
musical diferente y, aunque no es el único proyecto educativo en México, cuenta
con una metodología distinta a todas las que se enseñan en el país.
“Un músico hoy no puede solamente saber tocar un
instrumento, tiene que saber más de lo que sabía un músico hace treinta años:
tecnología, redes, web, como promocionar un proyecto, como crearlo desde cero porque ahora todo
lo que puedes hacer en tu casa, lo puedes mezclar ponerlo en web y
promocionar”, explica el fundador de la escuela.

Mientras la tecnología revoluciona el mundo, lo hace también
con el mundo de la música y ya no es suficiente estar especializado en un sólo
ámbito. Esa es la principal meta de AB Musiq: “que todos generen su propia música”.
La primera licenciatura (Licenciatura en Composición Musical
Aplicada y Producción Musical) empieza en 2016, dura cuatro años y estará
reconocida por la Secretaría de Educación Pública (SEP).
También hay clases de música para ingenieros y diplomados de
seis meses. Además de clases de instrumento, ejecución y composición de
canciones; cursos de introducción a film scoring y armonía aplicada y un
ensamble de jazz.
“Vamos a abrir un programa de preuniversitarios para que
toquen, porque es lo que quieren, tocar, son ensambles y leen un poco de música
pero más que nada es tocar”, dice Santos emocionado.
Él sabe que lo que falta en México es eso: educación musical
porque es la preparación “y cambiando la educación musical cambia todo el
modelo de la industria porque hay que quitar la idea de que un artista vive del
amor al arte, un chavo que hace canciones tiene que venderlas porque si no, se va a poner a
hacer otra cosa porque tiene que comer”, agrega.
AB Musiq es un proyecto educativo que quiere formar a
jóvenes creadores y compositores que se sumen a las otras disciplinas creativas
que hay en México.