Las elecciones legislativas del domingo en Venezuela, en las que por primera vez se plantea la posibilidad de una derrota del oficialismo, podrían tener un impacto directo en las relaciones bilaterales con Estados Unidos, quien se ha mantenido como un observador atento pero discreto de todo el proceso del país gobernado por Nicolás Maduro.
Diversos sondeos muestran a los candidatos de la oposición como favoritos en las elecciones que renovarán la totalidad de la Asamblea Nacional unicameral venezolana, aunque analistas apuntan que un cambio en las relaciones con Estados Unidos dependerá de la magnitud del eventual triunfo opositor, lo cual no luce imposible ante el clima generalizado de inconformidad, pero también se vislumbran riesgos por lo que pueda realizar el oficialismo, empecinado en mantener el poder a toda costa.
Pero si bien Venezuela se rige por un sistema político presidencialista y los comicios parlamentarios, aún si considerados vitales por el chavismo y por la oposición, las elecciones no amenazan directamente al gobierno del mandatario socialista Nicolás Maduro.
En el contexto internacional, Washington y Caracas mantienen relaciones difíciles desde hace más de una década y carecen de embajadores desde 2010, aunque las dos partes dieron tímidos pasos para tratar de reducir el octanaje de las tensiones y no parecen dispuestos a permitir que las elecciones reenciendan la mecha.
Para el especialista, será necesario ver si la oposición logra una mayoría simple (84 legisladores) o una mayoría calificada (más de 101 diputados), porque se trata de escenarios con diversa influencia en un eventual cambio de dirección de la política exterior.
Respeto y cooperación a resultados
En ese mismo sentido, John Walsh, especialista de la Washington Office on Latin America (WOLA) comentó con la AFP que las elecciones “podrían brindar al presidente Maduro un socio en momentos en que se necesita tomar decisiones difíciles”, especialmente en materia económica.
Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo padece una severa escasez de casi dos tercios de los productos básicos, una inflación de 200% anual (85% según el gobierno) y una contracción de su economía de al menos 6 puntos del PIB para 2015, según consultoras privadas y organismos como la Cepal y el FMI.
Eric Farnsworth, del grupo de análisis Council of the Americas (COA), dijo que, más allá de los números, un elemento fundamental en cualquier escenario posterior a las elecciones será “el respeto de todas las partes a los resultados”.
Para Farnsworth, en caso de que el gobierno de Caracas considere que una crisis con Washington puede ayudar “en un período de volatilidad, las relaciones se deteriorarán, inclusive bastante rápido”.
En este sentido, Murillo señaló que es necesario contemplar también un escenario en el que la oposición logre un muy buen resultado electoral, lo que llevaría al gobierno a radicalizarse y a acusar a líderes opositores de ser “una creación de Estados Unidos”.
Observador atento
El presidente Barack Obama mantuvo un fugaz encuentro personal con Maduro en la Cumbre de las Américas Panamá, en abril, y posteriormente envió al diplomático Thomas Shannon a Caracas en un par de oportunidades para abrir un canal directo de comunicación que las dos partes parecen querer mantener abierto.
Que Washington se muestre tomando partido en la elección “sería un error”, apuntó Schechter.
Las autoridades estadounidenses “dirán que la democracia incluye diversos puntos de vista y que una asamblea (parlamento) con mayoría de la oposición formaliza la expresión de múltiples opiniones. Hacer más sería una equivocación”, dijo Schechter.
En la visión de Farnsworth, Estados Unidos “sería forzado a decir algo si hay indicaciones de robo en las elecciones o casos de fraude”.
Para Schechter, “una redistribución del poder dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela podría ser tempestuosa” en caso de que una catástrofe electoral haga que los dirigentes entren “en pánico”.
Murillo, en tanto, señaló que “la pérdida de popularidad de Maduro no sugiere un cambio de timón tan grande, salvo que otros sectores del chavismo le pongan presión”.
Con información de AFP