En junio de 2013 la revelación de Edward Snowden de que los horarios, duración y números de teléfonos de las llamadas se conservaban en los gigantescos ordenadores de la Agencia de Seguridad Nacional provocó el estupor y la indignación entre muchos estadounidenses, preocupados por esa intrusión en sus vidas privadas.
La NSA seguirá teniendo la posibilidad de acceder a los metadatos concernientes a los llamados telefónicos de un sospechoso. Pero esas investigaciones serán “menos eficaces” y “tomarán más tiempo”, afirma el abogado especializado en ciberseguridad y vigilancia electrónica Stewart Baker, quien batalló en la web contra Snowden y en favor de la NSA.
La ley aprobada por el Congreso norteamericano puso fin a la recolección de datos y creó un nuevo sistema que permite al organismo de inteligencia continuar accediendo, a los datos de los llamados de los estadounidenses solicitándolos a las compañías telefónicas.
Para la NSA “no es el fin del mundo”
Efectivamente, la batalla de las organizaciones de defensa de los derechos civiles contra la intrusión de los servicios en la vida privada de las personas no parece haber concluido.
“El trabajo está lejos de haberse terminado si realmente queremos estar seguros de que nuestros datos no se recolectan violando la Constitución”, considera Neema Singh Guliani, de la Asociación de Defensa de las Libertades Civiles (ACLU), y es que el otro gran y controvertido programa de la NSA denunciado por Snowden continúa vigente.
El programa de espionaje, Prism, realiza interceptaciones de las comunicaciones de gigantes estadounidenses como Microsoft, Yahoo, Google y Facebook se basa en una ley que expira en 2017.
La Electronic Frontier Foundation, una poderosa organización californiana de defensa de los derechos de los internautas, explica que Prism es “uno de los principales soportes de la vigilancia masiva de las comunicaciones electrónicas”.
Aunque para el director de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), John Brennan, las revelaciones no autorizadas, como las filtraciones del exespía Edward Snowden, han hecho mucho más difícil localizar a los terroristas que vienen perpetrando ataques como el reciente en París, el presidente Barack Obama reveló recientemente que el programa de recopilación de información de la NSA no había sido de gran ayuda obteniendo información sobre ataques terroristas.