Sin ir más lejos, el NYT señala que en 2012, durante su campaña presidencial, Enrique Peña Nieto y el PRI “emplearon diversos mecanismos pata medir las ondas cerebrales de los votantes, reacciones cutáneas, frecuencias cardíacas y expresiones faciales”. En fechas recientes, agrega el diario estadounidense, el Partido Revolucionario Institucional ha utilizado “codificación facial” para elegir a los mejores candidatos para elecciones estatales y locales.
Sin embargo, parece ser que el monitoreo neurocientífico no acaba allí. Aparentemente, algunos gobiernos estatales en México emplean una amplia gama de herramientas “neuropolíticas” para valorar el funcionamiento de estrategias de la administración. “En mi gobierno hemos utilizado una variedad de instrumentos de medición e investigación, y estudios de opinión [de corte neuroanalítico] para evaluar la eficacia de nuestros programas gubernamentales, comunicación y mensajes”, declaró Francisco Olvera Ruíz, gobernador priista de Hidalgo al New York Times.
Y añadió: “La neurociencia es especialmente valiosa porque nos ha permitido descubrir lo que la gente piensa, percibe y siente con mayor precisión y objetividad”.
The New York Times consultó a varios especialistas en lo que muchos llaman “neurociencia del consumidor”, como el Doctor Jaime Romano Micha, un neuropsicólogo mexicano que ha invertido décadas en el estudio del cerebro humano, en especial de los niños. Pronto, la excelente labor del médico llegó a oídos de la política mexicana, que se acercó para pedir ayuda en 2012.
La firma del Dr. Romano, Neuropolitika, fue contratada por el PRI durante la campaña presidencial de Peña Nieto “para valorar a los candidatos de oposición y las oportunidades de Peña Nieto de conectar con los ciudadanos mexicanos”, dice el NYT en su artículo titulado Neuropolítica: Donde las campañas intentan leerte la mente.
Asimismo, reportan que otro experto, Dan Hill, también fue comisionado por los dirigentes de campaña del ahora Presidente de México, para que analizase las expresiones faciales de los votantes mexicanos durante los debates presidenciales.
Ambos, Romano y Hill, por medio de sus estudios, dijeron al equipo de Peña Nieto que “debían tomar más en serio al candidato de izquierda que al contendiente conservador”. Al final, como todos sabemos, EPN terminó ganando las elecciones federales apenas por encima de Andrés Manuel López Obrador, de la izquierda mexicana. Josefina Vázquez Mota del Partido Acción Nacional, en efecto, finalizó en tercer lugar de votos.
El campo de la neuroconsulta para fines políticos-gubernamentales va en ascenso, aseguran los expertos que han visto un incremento en su campo de trabajo, pero, aún así, aseguran que continúa siendo un tema lo bastante controvertido como para que no todos hablen abiertamente de él; y mucho menos, que quienes utilizan el neuromarketing lo admitan sin temor a represalías, ya que, por muchos, podría ser considerado como una sutil técnica de espionaje y hasta manipulación.
(Con información de The New York Times)