“Para muchos detenidos en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo, la línea divisoria entre el pasado y el presente es sumamente delgada y las experiencias pasadas de tortura viven en el presente, sin un final evidente a la vista, en parte porque no han recibido una rehabilitación independiente, holística o adecuada”, expresó la relatora especial sobre la protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo, Fionnuala Ní Aoláin.
La relatora de la ONU terminó este lunes 26 de junio una visita a la base naval de Guantánamo, donde conoció a algunos de los detenidos y pudo observar que “todos viven con daños constantes como consecuencia de prácticas sistemáticas de entrega, tortura y detención arbitraria“.
TORTURA, INSEGURIDAD, SUFRIMIENTO Y ANSIEDAD
La experta dio cuenta de mejoras importantes en las condiciones de reclusión, pero expresó grandes preocupaciones por la detención continua de 30 hombres y la arbitrariedad sistemática que caracteriza su día a día, que conlleva “inseguridad, sufrimiento y ansiedad a todos, sin excepción”.
Agregó que pese a la gravedad y naturaleza de los daños físicos y psicológicos actuales de muchos detenidos, la infraestructura implica una vigilancia casi constante, extracciones forzadas de celdas, uso indebido de restricciones y otros procedimientos operativos arbitrarios que no cumplen con los derechos humanos.
GUANTÁNAMO MANTIENE TRATO CRUEL Y TORTURA CONSTANTE
Entre otras transgresiones de las garantías fundamentales, citó deficiencias en la atención de salud, acceso inadecuado a la familia, y detención arbitraria caracterizada por constantes violaciones a los juicios justos.
“El conjunto de estas prácticas y omisiones tiene efectos acumulativos y agravantes sobre la dignidad y los derechos fundamentales de los detenidos, y equivalen a un trato cruel, inhumano y degradante continuo”, apuntó. Por lo mismo, declaró que “sigue siendo prioritario que se cierre esa instalación”.
LOS EXDETENIDOS DE GUATÁNAMO SIGUEN SUFRIENDO VIOLACIONES
Ní Aoláin se reunió también con detenidos repatriados y reasentados y sus familias, así como con funcionarios gubernamentales de otros países, tras lo cual señaló graves deficiencias en la provisión de los medios esenciales que los ex detenidos necesitan para vivir una vida digna, incluida la identidad legal, la atención médica, la educación, la vivienda, la reunificación familiar y la libertad de movimiento.
Afirmó que estas deficiencias contravienen las obligaciones de Estados Unidos en virtud del derecho internacional contraídas antes, durante y después de la transferencia de los detenidos. Incluso en lo que respecta a la no devolución, y agregó que estas obligaciones son mayores porque el individuo ha sido torturado bajo su custodia, lo que requiere que se le garantice una rehabilitación adecuada.
TRAS LA TORTURA EN EL ENCIERRO, LLEGA LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN LIBERTAD
Una vez transferidos, “los dejan a que se las arreglen solos, vulnerables a la penuria, la exclusión social, el estigma y la inferencia gubernamental“. La experta destacó que el gobierno estadounidense no tiene un sistema adecuado para abordar el bienestar de los trasladados, o la falta de respeto por parte de los gobiernos a sus derechos, y añadió que la gran mayoría de los exdetenidos siguen sufriendo violaciones continuas de sus garantías fundamentales.
La de Ní Aoláin fue la primera visita oficial a Guantánamo de un experto de la ONU y se centró en tres cuestiones: los derechos de las víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, los derechos de los detenidos en el centro de detención de Guantánamo y los derechos de los exdetenidos. N