Es muy común escuchar entre amigos y familiares sobre personas diagnosticadas con diabetes. A pesar de ser un padecimiento relativamente controlable, es una enfermedad crónica de cifras alarmantes. Lo que aún no se comprende son las implicaciones a escala neuronal, y cómo esta incide sobre la degeneración cerebral.
A propósito del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora el 14 de noviembre, vamos a tomarnos unos minutos para comprender la relación entre diabetes y neurodegeneración.
PANDEMIA SILENCIOSA
Cerca de 537 millones de personas adultas viven con diabetes y se estima que la cifra aumente a 643 millones en el año 2030, según la Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés). Aunque el 40 por ciento de los casos se dividen entre China e India, no debemos dejar de lado que México ocupa el séptimo lugar, con más de 14 millones de diabéticos (Statista).
Si ponemos en contexto estas cifras, diríamos que el número de diabéticos supera al número de hispanoparlantes nativos: ni siquiera reuniendo a todos los que tienen al español como lengua materna alcanzaría para igualar el número de diabéticos en el mundo. Así de grande es el problema de la diabetes en el planeta.
DIABETES Y ALZHÉIMER
Más allá de lo que representa la diabetes como enfermedad crónica controlable, está el hecho de cómo afecta otras áreas del cuerpo humano a lo largo del tiempo, como es el caso del cerebro. Como sabemos, el cerebro es un órgano complejo y delicado que se ve afectado por la calidad de vida de las personas.
Aunque existen una serie de variables que inciden en la neurodegeneración que conlleva al alzhéimer, es importante resaltar la influencia que representa la diabetes en su aparición o complicación.
De acuerdo con estudios realizados en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas (Ciberdem), y publicado por la Revista Neurología, “tanto la retinopatía diabética como la enfermedad de alzhéimer se caracterizan por una serie de mecanismos patológicos que se fusionan alrededor de la unidad neurovascular, que incluyen neuroinflamación y degeneración, degeneración vascular y activación glial”.
Poner sobre la mesa la probabilidad de que un paciente diabético desarrolle alzhéimer a largo plazo es algo que debe hacerse. El portal de divulgación científica NeuroMéxico indica que algunos estudios han reportado que los pacientes con diabetes tienen un incremento de riesgo de un 65 a un 90 por ciento de desarrollar demencia del tipo alzhéimer. Actualmente, la dinámica de control se centra solamente en la diabetes, sin alertar sobre posibles complicaciones a futuro. A diferencia de la diabetes, la neurodegeneración es algo sencillamente alarmante, dada la incapacidad del paciente de valerse por sí mismo.
CÓMO REDUCIR EL RIESGO
Entre los elementos claves en salud está la existencia de un estilo de vida saludable. Si usted aún no forma parte de las estadísticas de diabetes ni de neurodegeneración, entonces está a tiempo de hacer mucho por su salud futura, desde hoy.
A continuación, comparto algunas acciones de estilo de vida que sugiere la Federación Española de Diabetes (Fede):
1. Comer frutas y verduras.
2. Equilibrar las fuentes de proteínas.
3. Reducir las grasas saturadas y trans.
4. Reducir hidratos de carbono y azúcar.
5. Eliminar el tabaco y el alcohol.
6. Realizar actividad física a diario.
7. Realizar controles periódicos de salud.
Todas estas acciones, por simples que parezcan, no son tan sencillas de realizar. La cultura, el entorno social y las dinámicas de crianza influyen considerablemente en lo que ingerimos y cómo nos movemos. La decisión de tener una salud física óptima y gozar de una salud neuronal para toda la vida es una decisión personal. N
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Joselyn Quintero es especialista en neurofinanzas, autora de varios libros, conferencista y directora de Armonía F. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.