Dicen que cuando alguien se hace un tatuaje, debe tener un
motivo. Cuando la pequeña Charlotte Chambell, de 4 años, recibió su implante
coclear –un aparato que ayuda a que una persona sorda pueda escuchar- , su
padre decidió tatuarse un implante para dar a su hija la confianza necesaria de
llevar ese objeto ajeno a su cuerpo y que no se sintiera diferente.
“(Lo hice por) el amor que siento hacia ella. Mi cabello
puede volver a crecer”, dijo Alistair Campbell, el padre de la pequeña, en
una entrevista para el diario NZ Herald.
Esta muestra de amor ha cobrado relevancia debido a que, hace
unos días, la página de Facebook de la web de noticias The LAD Bible compartió
una fotografía del tatuaje, y conmovió tanto a los seguidores, que pronto se
convirtió en una imagen viral que daba la vuelta al mundo en redes sociales.
Los padres de Charlotte, originarios de Nueva Zelanda,
descubrieron que su hija estaba “profundamente” sorda del oído
izquierdo y que, además, padecía problemas de transmisión de sonido entre el
derecho y el cerebro. Por ello, le tuvieron que poner su primer implante
coclear desde los cuatro años.
A diferencia de los aparatos que ayudan a potenciar los sonidos,
este implante realiza el trabajo de las partes dañadas para proporcionar las
señales sonoras al cerebro.
El padre de la pequeña dijo que dejaría crecer su cabello, sin embargo, se lo rapará cada vez que Charlotte desee o necesite ver el tatuaje.