Un alijo de archivos policiales nunca antes vistos de Xinjiang, China, sacó a la luz más detalles sobre el internamiento sistémico de musulmanes por parte del gobierno chino.
Un destacado investigador ha descrito este internamiento como “probablemente el mayor encarcelamiento de una minoría étnico-religiosa desde el Holocausto”.
La filtración de archivos, que sucedió tras un ataque a una base de datos de la policía de Xinjiang, incluye discursos clave de altos funcionarios responsables de administrar los campamentos de “reeducación” de la región, que los funcionarios en Pekín han descrito como centros de formación profesional.
Los archivos también contienen fotografías de más de 2,800 detenidos, entre ellos 15 menores de edad.
Los archivos policiales de Xinjiang, cuya autenticación fue coordinada por el Dr. Adrian Zenz, se publicaron este martes. Al mismo tiempo, la máxima funcionaria de derechos humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, comenzó una visita de seis días a China para evaluar su condición de derechos humanos.
Zenz, director de estudios sobre China en la ONG Victims of Communism Memorial Foundation (Fundación Memorial Víctimas del Comunismo), se encuentra entre los principales investigadores del tema. Pekín lo sancionó a él y a otras personas en marzo de 2021 por sus extensos estudios acerca de las políticas chinas en Xinjiang. Estos se basan en documentos internos del gobierno, testimonios, imágenes satelitales e informes de investigación.
ENTRE UN MILLÓN Y DOS MILLONES DE DETENIDOS
Los últimos documentos corroboran estudios que estiman que desde 2017 el número de uigures y otras minorías étnicas, principalmente musulmanas, detenidos en Xinjiang es de entre un millón y dos millones.
La intensa campaña política —aparentemente impulsada por el contraterrorismo— alcanzó su punto máximo en 2018 y 2019, según Zenz. Él cree que, en la búsqueda de seguridad permanente, permanecerán las políticas centrales dirigidas a los “extremistas” (en el amplio sentido de la palabra).
En un artículo de 56 páginas publicado en el Diario de la Asociación Europea de Estudios Chinos, Zenz escribió que, en un momento dado, alrededor del 12 por ciento —o casi uno de cada ocho— de los adultos de minorías étnicas estaban detenidos en Konasheher. Este es un condado del sur de Xinjiang, conocido como Shufu en chino.
“En 2018, el más joven de estos detenidos tenía 15 años y el mayor, 73 años”, dijo.
Las descripciones de los centros de detención de alta seguridad son amplias. Los documentos oficiales muestran especificaciones de equipamiento. Este incluye guardias de torres de vigilancia armados con ametralladoras de grado militar montadas en trípodes y rifles de francotirador.
El ataque a la base de datos también reveló un discurso de Chen Quanguo, principal funcionario del Partido Comunista Chino, en Xinjiang entre 2016 y 2021. En este dio órdenes de “disparar y matar” a los posibles fugitivos y “terroristas” que intentaran amotinarse, según las traducciones de Zenz.
LA RESPONSABILIDAD DE XI JINPING
Chen, quien supervisó el brutal programa de campos de internamiento de la región, fue uno de los sancionados por el Departamento del Tesoro en julio de 2020.
Según Zenz, el contenido de la filtración apunta una vez más al papel “informado y activo” que desempeñó el líder chino, Xi Jinping, quien demostró haber respaldado personalmente tácticas agresivas en 2014, tal y como lo exhiben sus discursos en ese momento.
A medida que los centros de detención de Xinjiang comenzaron a desbordar su capacidad máxima, dijo Zenz, Pekín prometió y entregó más fondos. Eso amplió el alcance y la escala de los arrestos arbitrarios por delitos imprecisos.
Adrian Zenz concluyó que China no solo está utilizando el contraterrorismo para justificar su objetivo de asimilar por la fuerza a los musulmanes de Xinjiang. También, que sus funcionarios han “internalizado los discursos estatales oficiales sobre terrorismo, extremismo y otras fabricaciones relacionadas con la supuesta amenaza que representan para el Estado”.
“Aquí, se analiza que la campaña de reeducación de Xinjiang, la representación de grupos étnicos enteros como amenazas, así como las preocupaciones extremas concomitantes sobre seguridad en la ejecución de la campaña, reflejan un retorno a la paranoia”, dijo Zenz.
“Las percepciones paranoicas de amenazas justifican las respuestas paranoicas, que a su vez engendran más paranoia”, señala el informe.
“UNA FORMA DE GENOCIDIO”
Las detenciones masivas se suman a las denuncias de trabajos forzados, asimilación cultural y “optimización” de la población a través de políticas de prevención de la natalidad.
Zenz lo llama “una forma lenta y, en gran medida, invisible de genocidio”. El gobierno de Estados Unidos está de acuerdo.
“Debido a que estos archivos se obtienen directamente del hackeo de computadoras y bases de datos de la policía en Xinjiang, nos brindan por primera vez un relato de primera mano de las operaciones policiales dentro de los campos de reeducación.
“Son imágenes tomadas durante simulacros policiacos, simulacros de seguridad en estos campamentos. Discursos pronunciados por Chen Quanguo y otros funcionarios, en los que hablan directamente sobre las actitudes y la amenaza que perciben de los uigures, sobre cómo los uigures deben ser arrestados y los campamentos defendidos”, dijo Zenz en un video en el que se presentan los archivos de Xinjiang.
“El propio Xi Jinping y el gobierno central lo están observando muy de cerca. Están muy conscientes de los detalles del internamiento masivo y del hecho de que los campos y las prisiones están abarrotados, de acuerdo con los archivos”, continuó.
“Lo que estamos viendo en la región es una especie de plan maestro por parte de Pekín para controlar, doblegar a grupos étnicos enteros a través del internamiento de personas, masas de personas, personas clave, la vieja generación.
“La nueva evidencia realmente muestra que la reeducación o el llamado ‘entrenamiento vocacional’ en Xinjiang no tiene nada que ver con el aumento de la pobreza. Nada que ver con ayudar a las personas a conseguir trabajo”.
CAMPOS SIMILARES A UNA PRISIÓN
“Se trata de un lavado de cerebro brutal”, añadió. “Se trata de ponerlos en campos similares a una prisión, custodiados por policías fuertemente armados”, dijo. “Está muy claro que esta es una campaña para quebrantar a un pueblo, para lavarle el cerebro”.
Zenz argumenta que los líderes mundiales deben responsabilizar directamente a los líderes chinos, incluido Xi. Un proceso que implicará más sanciones de alto nivel y, en última instancia, desinversión económica de Xinjiang.
Pekín, que dice que los residentes de Xinjiang son más felices como resultado directo de sus políticas, no ha respondido a esta filtración.
Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo a los periodistas en Pekín que la visita de la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, revelará “la situación real en Xinjiang”. Y también pondrá fin a todas las especulaciones occidentales.
Los diplomáticos occidentales han enfatizado la importancia del “acceso sin restricciones” para Bachelet por preocupaciones de que no podrá hacer una evaluación concluyente. Los grupos de derechos humanos han advertido que ella está cayendo en una trampa de propaganda.
Zenz le dijo a Newsweek: “Comparto estas preocupaciones. La visita de la Sra. Bachelet conlleva un alto riesgo de brindarle a la maquinaria de propaganda china una sesión de fotos, en lugar de poder ver evidencia de la atrocidad. En lugar de ir ella misma, debería haber enviado a algunos equipos de investigación de bajo perfil”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)